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Actualización del miércoles 1 de febrero de 2017

Publicado el 01-02-2017

Viernes 27 de enero

Hoy hace un día relativamente calmo. Cédric, Lionel, Arnauld, Joël y Denis parten hacia la cueva de las Tres Entradas para proseguir la exploración. Salen desde la base hacia el este con un bote Bombard recorriendo el borde costero y entran en la primera bahía que se encuentra a mano izquierda. Los delfines juguetean con su embarcación. Tras desembarcar, si se remonta el pie del acantilado por unos 30 metros, se llega a una entrada con un espacio que, muy probablemente, fue aplanado antaño por los Kawésqar. Una pirca, conchales, una costilla de lobo marino confirman su paso por este lugar. Desde ahí, la vista hacia el mar es inexpugnable. Mientras que Cédric y Joël empiezan a levantar la topografía, Lionel, Arnaud y Denis inician la exploración desde el punto final alcanzado el día anterior, en la cabecera de un pozo. El trayecto continúa por una galería de unos ocho metros cuadrados de sección, lugar por el que en algún momento circuló el agua forzando el paso por el conducto. Luego, el agua cavó una incisión de unos 3-4 metros de altura en el suelo, formando un paso muy estrecho pero muy estético. Al lugar, confluyen galerías por las paredes y el techo. Se llega a un volumen mayor a partir del cual la galería principal remonta fuertemente. Es en ese punto donde encontramos las cuerdas que los marineros dejaron el algún momento para los eventuales visitantes. Las dos pequeñas y sencillas escaladas que instalan dan a un complejo de galerías entrecruzadas por las que se sigue la dirección de la corriente de aire. Después del antiguo pozo terminal, el sistema desciende y la galería en conducto forzado sigue presentando corriente de aire. Da paso a una serie de diversos conductos que confluyen. Como se hace tarde, el equipo se detiene en la base de una escalada. Sigue habiendo corriente de aire, nuestro hilo guía en esta compleja red que reúne todas las condiciones para convertirse en la cavidad más importante del sector, tanto por su desarrollo como por sus opciones de penetrar en lo más profundo del macizo.

Progresión por la cueva de las Tres Entradas

En la misma bahía Carlos regresa a la cueva que había descubierto antes de ayer y que se bautizó como «Chinita». Lo acompañan Georges, Richard y Franck. Un río con un caudal de 2 m3 por segundo sale de un bonito sifón situado bajo una amplia entrada. Se pierde poco después entre bloques para resurgir a nivel de la costa. El agua está cargada de ácidos húmicos con un color de té. Podría proceder de un sumidero cercano o de un lago. Franck desenrolla cuarenta metros de hilo de su devanador en una galería poco profunda y sale a un gran vacío de más de diez metros de altura que presenta un fuerte eco. Por la orilla derecha llega un afluente. Decide ir a buscar a Carlos y continuar con él. Exploran unos 80 metros de una galería seca antes de llegar a un segundo sifón. La nueva galería inundada es preciosa y desciende hasta– 24 m para luego remontar. Franck ha recorrido cien metros; Carlos lo alcanza. Pero la autonomía de sus botellas de buceo los obliga a dar media vuelta. El complejo conformado por la cueva de las Tres Entradas y la resurgencia de la Chinita es, a todas luces, una gran red de drenaje del macizo de unas dimensiones raras para Patagonia, que promete bellas exploraciones tanto en el aire como en el agua.

En el campamento base, donde solo podemos comunicarnos con el BGAN 710 de Centre Terre tras la avería definitiva del Marlink, Bernard constata con preocupación que el BGAN también empieza a fallar: por momentos, no se conecta con el satélite o lo hace con gran dificultad. Decididamente, este año la electrónica nos ha traicionado. Además, considerando que la primera video-conferencia está programada para el lunes, esto pinta muy mal.

Stéphane, Vincent y Natalia no regresan antes de las 21:45h, pero por estas latitudes y en verano, a esa hora todavía es de día. Hoy han realizado una maniobra de modelización 3D de un sector del karst que Stéphane había programado y, todo ello, bajo la atenta mirada de las cámaras. Todo ha salido bien (ver la nota científica anexa).

Sábado 28 de enero

La mañana se dedica a la preparación de la evacuación de Michel (ver la actualización sobre seguridad). Por la tarde hace un pésimo tiempo; el cielo se vacía en un gran diluvio. Sin embargo, hay que regresar a los macizos de caliza para aprovechar el periodo de tiempo calmo anunciado para principios de semana: ¡dos días con viento débil! A pesar de la tormenta, Jean-Marc, Joël, Denis, Florian, Lionel se prestan voluntarios para partir hacia el campamento Totem, en la Gran Barrera. Cédric, Arnauld, Laurence y Jean-Phi deciden subir al karst Norte al día siguiente.

Vista del campamento de la Gran Barrera

Richard, Vincent, Carlos y Franck escogen otro objetivo más cercano: bucear el sifón localizado al fondo de la caleta San Pedro hace algunos días por Natalia, Jean-Marc y Laurent. Tras una hora de penosa marcha por el bosque, llegan a la pared ante la que hay un derrumbe y por la que se deslizan varias cascadas barridas por el viento. En la base de una de ellas han encontrado un derrumbe de bloques inestables que desciende desde una entrada hacia un sifón (n°1). Pero el descenso no está exento de problemas, así que deciden continuar por la base del acantilado hasta llegar a una segunda entrada descendente, más practicable, donde se abre una galería y otro sifón (n°2). En honor a la cascada que cae en ese punto, el lugar ha sido bautizado como “Las Duchas de San Pedro”.

Hoy los buceadores, cargados con el pesado material, avanzan con dificultad por el bosque antes de llegar finalmente al sifón n°2. Carlos progresa por él unos 30 metros en sentido ascendente por una galería inclinada. Cuando llega a -18m se detiene debido a la fuerte corriente en contra. Durante este tiempo, Vincent fisgonea por la galería cercana al sifón. Encuentra una sala y el cauce de otro sifón que parece ser el sifón 1, así que se encontraría sobre el mismo trayecto de las aguas, pero en una zona río arriba del sifón 2, que se está buceando en ese momento. Franck reemplaza a Carlos y llega a – 20. Luego el conducto remonta claramente y Franck cree poder conectar con el sifón 1. Pero, desgraciadamente, lo detiene el hilo guía: el devanador está vacío. Regresa haciendo la topografía del sifón.

Inicio del sifón nº1 de la Chinita

Domingo 29 de enero

La noche es tan agitada como la tarde. Las estructuras de las cinco carpas-dormitorio del campamento crujen pero resisten ante los embates de un viento desatado. Las paredes de las carpas se tensan y vibran. El doble techo se apoya en gran parte de las paredes interiores de tela, facilitando que el agua se insinúe insidiosamente en esos puntos de contacto. Para muchos será difícil conciliar el sueño.

Por la mañana, un equipo formado por Natalia, Franck, José y Bernard se prepara para la cueva de las Tres Entradas. Al llegar al pequeño embarcadero, ¡horror!, el mar se ha llevado parte del material. Han desaparecido dos bidones grandes de 200 litres y uno de ellos es vital, ya que contiene el material de mantenimiento y reparación de los Bombard. Entre los ”fugitivos” se encuentra también un bote neumático aún en su bolsa, un kayak inflable, una botella de buceo, dos sacos de leña y algunos pares de remos. Todo se había asegurado bien contra la marea alta, pero aun así… Más tarde sabremos que esa noche se habría producido un temblor de 5,3 en Puerto Williams, al sur de Tierra del Fuego, a mil kilómetros de nuestro campamento. Esto podría ser lo que habría originado esta excepcional marea que se ha llevado nuestro material. La situación es grave. La salida prevista se transforma en una operación de búsqueda… solo que el Barros Luco es un fiordo inmenso, de veinte kilómetros de largo y diez de ancho, con diversas ramificaciones también de considerables dimensiones… Es casi una misión imposible. Aun así, tras un día de intensa búsqueda, conseguimos recuperarlo todo menos la botella de buceo, que permanece ilocalizable a pesar de que Carlos haya peinado las profundidades del seno buscándola. Uno de los dos bidones se ha encontrado a 12km de la base.

En el karst Norte, el equipo ha trasladado el campamento Nido de Cóndor a un lugar más apto.

Lunes 30 de enero

La reparación de fortuna que Bernard ha hecho parece haber estabilizado la antena satelital, así que se podrán realizar las video-conferencias previstas para hoy. La primera es a las 9:30h con el Liceo Louis Lumière de Lyon y la segunda con el liceo Peytavin de Mende y el colegio Ageron de Vallon-Pont-d'Arc (este último participó solamente como oyente). Pero la antena hace de las suyas y la conexión, muy inestable, finalmente no permite realizar la conexión con Lyon. A las 12h, se inicia la video-conferencia con Mende, las condiciones no serán las óptimas debido a la débil velocidad de conexión… pero funciona mínimamente con Bernard, José y Vincent al mando. Tras diversas intervenciones, nuestros especialistas responden a las preguntas realizadas por los alumnos. Finalmente todo ha salido bien, pero las hemos pasado canutas…

Primera video-conferencia con el licep de Mende

Por la tarde, Stéphane realiza una batimetría parcial del Barros Luco, en una zona situada enfrente del campamento, con Georges al timón. Las condiciones de navegación son malas y no es cuestión de acercarse a la desembocadura del seno al Pacífico, donde algunas cartas de navegación indican bajos fondos de tan solo 30 metros de profundidad. Durante las diez idas y venidas que efectuamos a través del Barros Luco, la sonda efectúa más de cinco mil mediciones. De los datos registrados se desprende que el seno gana claramente en profundidad tras el umbral que lo separa del océano, llegando a alcanzar los tres cientos metros de profundidad (límite máximo de nuestro aparto). La sección perpendicular del gran eje muestra caídas abruptas que siguen las laderas de superficie. Este seno, pues, sería uno de los antiquísimos valles glaciares en forma de pila, que luego fue ocupado por un gran lago de agua dulce, hasta que el deshielo de los glaciares no hiciera remontar veinte metros el nivel general de los océanos hace unos 15.000 años. Durante esta lenta transgresión, el agua salada invadió el lago del Barros Luco, confiriéndole el aspecto de extensión marina que presenta actualmente.

Martes 31 de enero

Exploración desde el campamento de la Gran Barrera

El equipo de la Gran Barrera regresa al campamento base. Ha pasado un triste domingo bajo la lona de protección esperando que amainara. Pero las condiciones climáticas siguen siendo desastrosas. Aunque el campamento está a tan solo 200 m de altitud, el termómetro no superó los 6 grados bajo la constante lluvia que sacude las carpas. El lunes, el tiempo les acompaña. Prospectan el contacto arenisca-caliza cercano al campamento en busca de sumideros; luego, la ladera del lapiaz, sin encontrar nada más que una serie de pozos, como uno de 25 metros, que llaman Ayayebien, en referencia al espíritu Kawésqar, Ayayema. Luego, todos ascienden la cima sur de la Gran Barrera, a 637 m de altitud, con el objetivo de tener una vista general de su zona de exploración. El panorama de 360º es magnífico. La vista alcanza los diez kilómetros de roca caliza a sus pies, con el océano a lo lejos, las ramificaciones del Barros Luco y el sur de Madre de Dios, zona que fue objeto de las exploraciones de Centre Terre en campañas precedentes.

La noche del lunes al martes pasa tranquila. Aun así, el sumidero n°1, cercado al campamento, sigue tragando mucha agua y no es posible explorarlo con seguridad. Se contentan con continuar con Ayayebien. A -25m, la sima se divide en una rama activa que absorbe todo el caudal y una rama seca, que es la que se escoge, evidentemente. Da a la cabecera de un pozo de 40 metros que finaliza en un pinzamiento rocoso infranqueable donde desaparece la corriente de aire que recorre toda la cavidad. Se hace la topo y se desinstala la cavidad. La rama activa solo se podrá explorar con buen tiempo, ya que el más mínimo aguacero hace aumentar el caudal considerablemente. ¿Quizás en febrero? El reducido equipo recoge el campamento y desciende al desembarcadero. La travesía del Barros Luco es escoltada por los delfines.

Se continúa con la exploración de la cueva de las Tres Entradas. Stéphane y Laurent topografían las galerías conocidas. Al fondo, Natalia, Bernard, José y Georges continúan la exploración. Tras perder la corriente de aire, la vuelven a encontrar por un paso lateral bien escondido y se adentran en lo desconocido. Lo topografían todo. Casi 50 metros de ascenso en forma de escaladas sucesivas los retrasa un poco. Está claro que es menos rápido explorar un sistema remontándolo desde la parte baja que descender pozos desde la parte superior… a menos que no sean pozos con agua, lo que es la norma por estos lados.

La cueva de las Tres Entradas confirma su potencial. Supera ya los 1.200 m de longitud topografiada… y todavía queda mucho por explorar.

Los buceadores, que sienten que su estadía se termina, realizan inmersiones todos los días. Hoy se dedican a los ajustes técnicos y toma de planes acompañados del equipo de cine. Mañana quieren hacer otra intentona en el sifón de la Chinita.

Sí, enero toca a su fin. Hoy el equipo de febrero despega desde Francia. Tras dos días de vuelos seguidos de dos días de navegación, nos traerán una segunda estación BGAN que nuestro partner Marlink nos presta con un tiempo limitado de conexión para compensar todos los problemas sufridos con la conexión. Con ello aseguramos las tres video-conferencias con los escolares que todavía quedan pendientes el mes de febrero.

Tras un breve intercambio de apenas una hora, el equipo de enero se embarcará inmediatamente hacia el continente y, luego, rumbo a Francia. Los horarios de los vuelos y la escala exigen celeridad. Para ellos, el fin de Última Patagonia 2017 se acerca inexorablemente...

El apunte sobre ciencia

Publicado el 01-02-2017

Un levantamiento 3D en alta resolución de los lapiaces de Patagonia

Las superficies kársticas de Patagonia se cuentan entre las más espectaculares del mundo y uno de nuestros proyectos es estudiarlas y entender las modalidades de formación de estos excepcionales paisajes. Hasta el momento, lo que hemos hecho principalmente es describir y fotografiar este tipo de superficies. Durante las expediciones del 2008 y 2010 pudimos instrumentar una cuenca hidrográfica y hemos realizado numerosas mediciones que nos han permitido entender mejor el funcionamiento de estos lapiaces.

Sin embargo, quedaba pendiente entender aún más la geometría de estas espectaculares formas. Las acanaladuras de disolución son claramente muy interesantes, ya que ellas estructuran la infiltración antes de que el agua penetre el subsuelo. Se organizan en cuencas-vertientes de unos pocos a varios cientos de metros cuadrados y presentan, sobre varias decenas de metros, las morfologías de un drenaje estructurado. Con este fin, se ha optado por recurrir a las imágenes 3D de altísima resolución. La producción de un modelo 3D ofrece, de hecho, la posibilidad de una representación total y exacta de una porción de lapiaz. El duplicado digital es, pues, el soporte (i) de una visualización desviada a nivel informático, (ii) de un análisis de caracteres geométricos del objeto (dimensión, pendiente, micro-relieve) y (iii) de un modelización por simulación de las escorrentías con el objeto de estudiar, a la vez, las dinámicas del flujo y de la erosión.

Para llevar a cabo este proyecto, Centre Terre, que ya está asociado al laboratorio Edytem (edytem.univ-savoie.fr) (CNRS y Universidad de Savoya) para todo lo relacionado al análisis de los karsts, ha iniciado una colaboración tecnológica e industrial con la empresa Perazio Engineering (www.perazio.com). Especialista en el ámbito de las tecnologías 3D en medio complejo, Perazio Engineering ha adquirido una sólida experiencia y referencias de nivel tanto en los modelos 3D de cueva como en Investigación & Desarrollo (cueva de Lascaux, cueva Chauvet, Sistema de escorrentía de aguas servidas de Paris). El objetivo es unir estas competencias para construir el modelo 3D en alta densidad, simular las modalidades de la erosión y valorar en común estos resultados (publicación científica, principalmente).

Hemos podido realizar la primera parte del proyecto sobre las superficies de lapiaz de Punta Blanca, un sector escogido por ser muy representativo. A más de 300m de altitud, sobre un espacio de varios cientos de metros cuadrados, hemos podido conducir la operación de levantamiento con el objetivo de realizar un ensamblaje fotogramético por multi-correlación de imágenes. Esta operación ha consistido en posicionar blancos sobre el terreno, en hacer el levantamiento topográfico de los mismos y, finalmente, en realizar una cobertura fotográfica mediante un dispositivo desarrollado por Perazio Engineering.

Natalia y Vincent pegan una decena de blancos de poliéster sobre la superficie de la caliza. Se realizará el levantamiento topográfico de los mismos con el objetivo de disponer de una escala, una base y una orientación correcta del modelo.
La pértiga desarrollada por nuestro partner Perazio Engineering permite conseguir varias imágenes de manera simultánea.
Stéphane recorre la acanaladura en ambos sentidos para realizar la toma de las 4300 fotografías que servirán al ensamblaje del modelo 3D.

Ahora se tratarán 4.300 fotografías en la estación de trabajo a nuestro regreso a Francia. Una vez realizado el modelo 3D, podrán iniciarse las operaciones de análisis y de simulación, que esperamos nos den una visión renovada e innovadora de estos paisajes tan espectaculares.

La cuenta vertiente estudiada es una pequeña porción de superficie de lapiaz de menos de 200 m². Los blancos, visibles a ambos lados sirven para un control geométrico del modelo.

Prevención y seguridad, palabras clave de la expedición

Publicado el 31-01-2017

Comunicar sobre un accidente o una enfermedad que afecta a uno de los miembros de la expedición no es fácil. En modo alguno pretendemos, por ello, esconder información, sino evitar alarmar inútilmente a la familia. Decimos inútilmente porque los familiares no tienen posibilidades de informarse más sobre los hechos, ni sobre el estado físico o psicológico de la persona afectada. Ahora que Michel está seguro en el hospital de Punta Arenas y que sus seres queridos están al corriente y pueden ponerse en contacto con él, reconstruimos lo ocurrido, lo que también nos brinda la oportunidad de hablar sobre el dispositivo de seguridad de la expedición Última Patagonia 2017.

Equipe Madre de Dios

El sábado 14 de enero, justo cuando nos preparábamos para abandonar los barcos, Michel no vio que la trampilla situada en el suelo de la cabina central del barco estaba abierta y apoyó el pie en el vacío. Se golpeó violentamente la caja torácica contra el borde de la escotilla, quedándose sin respiración por algunos segundos, que le parecieron una eternidad. En seguida se percata de una enorme contusión en el torso y teme haberse fracturado una costilla. De inmediato se contacta al CCMM (el Centro de consultación médico de Toulouse), al que Centre Terre está afiliado desde 2010 para el seguimiento médico de los miembros de la expedición. Nos indica que este tipo de fracturas solo se curan con el tiempo, ya que no hay manera de reducir ni detener el movimiento de la caja torácica producido por la respiración. Así que a Michel no le queda más remedio que asumir el dolor con paciencia y limitarse a disminuirlo. Se le administra un tratamiento clásico que, como es sabido, suele afectar al sistema gástrico e intestinal. Por ello, ni Michel ni el CCMM se alarman cuando estos efectos secundarios se manifiestan. El CCMM le administra otro tratamiento para contrarrestarlos.

Sin embargo, la situación de Michel empeora. Parece que el dolor de la contusión inicial está bajo control, a tal punto que es apenas perceptible comparado con los retortijones intestinales que ahora padece. Nada lo alivia. Gracias a la maleta médica Parsys operada por Bernard, se pueden realizar exámenes a distancia. Los profesionales del CCMM son capaces de determinar el estado general del enfermo, pero sin poder realizar un diagnóstico más preciso. Temperatura, pulso y tensión: normales. De manera incomprensible Michel sigue debilitándose y permanece postrado todo el día con náuseas, sin comer y deshidratándose. Parece que le falla el sistema digestivo, a tal punto que, finalmente, se decide poner en marcha una evacuación acordada entre el jefe de expedición, el paciente y el cuerpo médico. En ese momento, se activa el seguro médico de Michel.

Sin embargo, sacar a un enfermo de lo más remoto de Madre de Dios poco tiene que ver con las evacuaciones clásicas que las empresas especializadas operan diariamente en todo el mundo; por no hablar de las particularmente duras condiciones meteorológicas propias de esta zona... Bernard y Marcelo ponen en contacto a la empresa aseguradora con la única empresa en Punta Arenas con experiencia en este tipo de operaciones. No obstante, el único helicóptero de que disponen para un radio de acción suficiente (400 km) no se encuentra en la zona.

No queda otra opción que activar al cuerpo de la Armada de Chile con amplia experiencia en este tipo de extracciones complicadas. Marcelo activa sus contactos y consigue que la Armada intervenga, a pesar de que ésta está siendo muy solicitada debido a los grandes incendios que afectan la zona central de Chile. Finalmente se programa la operación para el mediodía del 28. Ese día amanece con muy mal tiempo, con lluvia y viento a la vez, y Michel se preocupa. Pero hacia las 11h mejoran las condiciones, lo que indica que la ventana escogida por la Armada es la correcta.

Bernard localiza y marca la única zona donde puede aterrizar el helicóptero. Se encuentra enfrente del campamento, al otro lado del seno. En cuanto se oye el helicóptero aproximarse, se levanta una nube de niebla: se han encendido dos bengalas y un fumígeno con el objetivo de facilitar el aterrizaje al piloto. En el campamento base se pone en marcha una caravana para guiar a Michel, que no puede sostenerse solo. Tras quince minutos de marcha, Michel sube al helicóptero y se cierran las puertas. El aparato despega, gira sobre sí mismo y emprende el vuelo de más de tres horas vía Guarello, donde deberá recargar combustible.

Hélicoptère de l'Armada Chilienne
Hélicoptère de l'Armada Chilienne

Más tarde sabremos que Michel habría sido hospitalizado en Punta Arenas sobre las 16h. Para finalizar el relato: lo que ha provocado que el estado de Michel se degradara no tiene nada que ver con su caída; se trata de una infección intestinal grave posterior que ha afectado su sistema digestivo. Él es el único afectado y no se sabe qué se lo ha podido provocar.

Actualmente está fuera de peligro, pero sigue bajo tratamiento. En las próximas 48h podrá salir de observación.

Estas peripecias confirman que todo puede ocurrir durante una expedición, incluso lo imprevisible. Pero no por ello podemos dejar de programar lo previsible. Para nosotros, esta programación comienza varios meses antes conformando un gran botiquín que se quedará en la futura base logística y de varios otros botiquines más pequeños que se utilizarán en los campamentos avanzados. El contenido lo determina el CCMM, que también organiza para nosotros un día de formación general. Entre los posibles imprevistos se incluyen los trayectos de aproximación en botes Bombard. Chalecos, material de seguridad a bordo, formación en caso de caída de hombre al agua es algo que todos conocen. Durante los desplazamientos en barco de los equipos al inicio, mitad y fin de la expedición, también se efectúa diariamente un punto de seguridad, dado que las condiciones cambian constantemente. Durante el transcurso de la expedición se consulta el tiempo constantemente, sobre todo, las previsiones de viento, dado que es lo que determina las opciones y limita las condiciones de navegación.

Lapiaz

El último eslabón de la cadena de seguridad es el propio participante. Todos tienen absolutamente claro que no deben partir nunca solos ni ponerse en riesgo, en vista de la situación de aislamiento en que nos encontramos. Es decir, siempre hay que mantenerse un grado por debajo de las posibilidades reales. Todos saben también que ningún equipo debe partir nunca sin una radio completamente cargada, que los campamento avanzados deben reportarse al campamento base cada día para informar de sus actividades a las 10h, 12h y a las 20h y que, si no se cumple con este protocolo obligatorio, se activa una intervención preventiva desde el campamento base, lo que afecta el funcionamiento general de la expedición.

A pesar de todos los preparativos realizados antes del inicio de la expedición, a pesar del estricto respeto de estos procedimientos de seguridad durante toda la expedición, a pesar de que se informa permanentemente sobre el desarrollo de la expedición a nuestro equipo y a las autoridades chilenas a través de Marcelo para asegurar el funcionamiento general de nuestras actividades, Centre Terre ha tenido que gestionar tres evacuaciones en las ocho campañas realizadas en los últimos veintidós años. En todos los casos han sido producto de un hecho fortuito imposible de prever: una caída en un pozo de superficie cubierto de arbustos y una roca que se cruza en el camino de un miembro del equipo; otra caída producida por el desprendimiento de una presa de roca; y, finalmente, la infección intestinal de este año.

Es obvio que al explorar en condiciones extremas territorios desconocidos nos exponemos a estos riesgos aleatorios. No nos queda más remedio que aceptarlos, intentando evitarlos en lo posible. Por suerte, la exploración está llena de momentos únicos, de descubrimientos sin parangón y de sólidas relaciones humanas que, para nosotros, la convierten en algo irremplazable. Es ese el punto que tanto nos atrae de las islas de caliza inexploradas de Patagonia; es ese el motivo por el que regresamos una y otra vez.

Lapiaz

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