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Primeros pasos sobre el norte de Madre de Dios

Publicado el 15-01-2017

Viernes 13 de enero

Podemos seguir conectados al mundo vía satélite gracias a nuestro Bgan 710. ¡Viva la técnica!

Nuestras previsiones de hace tan solo 24h dependían de los datos meteorológicos que -ahora lo sabemos- no eran correctos. A las 5h de la mañana, el capitán de nuestro barco almirante constata que no es posible partir de manera segura: sopla un viento de 45 nudos (80 km/h) en Guarello mismo, en lugar de los 25 nudos previstos. Así que no nos haremos a la mar navegando rumbo al Barros Luco por el seno Azul, es decir, por el camino más corto. Ponemos en marcha el plan B, que significa dar un gran rodeo: vamos a dar la vuelta por Madre de Dios por el este y, luego, hacia el norte, para ir a refugiarnos en la bahía Wolsey, en el lado noroeste de la isla. Es el único lugar refugiado de la zona. Desde ahí, bastan de tres a cuatro horas para llegar al seno por el norte. Cual barracuda asomando su proa, esperamos la calma para lanzarnos al Pacífico. Esperamos que se dé al día siguiente.

Tales circunstancias de difícil navegación exigen decisiones complejas, así que se hace necesaria una reunión de seguridad entre Bernard, los capitanes y Marcelo (a distancia, gracias al teléfono satelital). Además del parte meteorológico, se tratan los problemas mecánicos y del consumo de carburante. Marcelo está en Santiago, pero él juega un papel clave en la gestión global de la expedición. Aparte de sus conocimientos de meteorología, recibe el apoyo experto de un ingeniero especializado y sigue permanentemente la actualización de los datos y el avance de nuestra flotilla, ya que dos de sus barco poseen un sistema de seguimiento vía satélite. Gracias a él, se puede ver nuestro periplo casi en directo sobre Facebook.

Suivi GPS des bateaux au nord de Madre de Dios
Stéphane Jaillet

A las 10:30 zarpamos hacia el canal Concepción, aunque esta vez dirección al norte por la ruta marítima clásica de los canales de Patagonia, para luego virar hacia el oeste por el amplio canal Trinidad, que bordea Madre de Dios por el norte y se abre al Pacífico. En la Patagonia marítima, apertura al Pacífico significa mala mar, algo que no falta. Los barcos danzan entre el oleaje como simples corchos. Tras doce horas de navegación entre el frecuente oleaje el mareo hace acto de presencia. La visibilidad no es buena y las distantes islas se desdibujan entre los tonos de gris bajo unas nubes bajas y una lluvia que no cesa en todo el día.

Finalmente, a las 20h, a la izquierda aparece la bahía Wosley. Todo se calma un poco y los rostros se relajan. Los barcos se amarran uno al lado del otro, al fondo de una cala, entre grandes árboles que se ciernen sobre unas aguas calmas, solo perturbadas por la lluvia que arrecia y los remolinos de una linda cascada.

Sábado 14 de enero

Con la llamada de Marcelo a las 6h de la mañana se confirma una pequeña ventana que durará 11 horas. A las 7:30 todos los capitanes, tras el aviso de Bernard algunos minutos antes, prenden los motores. Desayuno rápido con Coca-Cola (pH 4, cercano al del estómago...) reemplaza el café para algunos, ya que hoy, de nuevo, "se va a mover" y esta vez será en pleno océano.

Suivi GPS des bateaux entrant dans le Barros Luco

A las 8h los barcos se hacen a la mar. Al voltear el noroeste de Madre de Dios, el oleaje se va haciendo más intenso hasta tomarlo de lado. Los cascos golpean y gimen, el horizonte se pierde y toma inclinaciones imposibles, los barcos se sumergen y desaparecen en el fondo de agujeros movedizos. Unos se agarran fuerte, otros se refugian en sus camarotes en la pequeña bodega (aunque esto significa perder de vista el exterior), o bien montan al puesto de mando para acompañar al capitán (aunque fuma), y otros se quedan fijos en el puente, con las piernas separadas haciendo frente al fuerte viento. Por el momento no llueve, pero no hay que bajar la guardia, ya que el capitán es categórico: las olas superan los cinco metros. Las horas se hacen interminables y los cuerpos se resienten. ¿Cuándo llegaremos?

Navigation sur le Pacifique
Entrée dans le Barros Luco

Una hora y media más tarde aparece en la lejanía la pared gris de la Gran Barrera, una larga cresta que bordea, por el sur, la entrada del Barros Luco. Este macizo calcáreo es uno de nuestros objetivos, ya que en 2010 nos acercamos desde tierra desde Guarello, pero tuvimos que renunciar debido al mal tiempo.

En la entrada del Barros Luco la profundidad sobrepasa ampliamente los ciento treinta metros, lo que acelera la corriente y desordena el oleaje en olas que se entrecruzan, haciendo imposible la salida del seno en caso de temporal. Bordeamos la costa norte y llegamos a la Caleta San Pedro, donde los pescaderos buscan refugio en caso de mal tiempo. Hoy no hay nadie. Llegamos al pequeño seno entre aguas tranquilas. Al lugar no llegamos por azar. Este lugar lo elegimos por una buena razón: el pasado agosto, Bernard, Natalia, Marcelo y Richard realizaron un breve viaje de reconocimiento. Revisaron la costa norte del seno y escogieron esta ubicación, la única en este ambiente turbulento que reunía las condiciones necesarias: estar un "poco" resguardado, "un poco" plano, "no demasiado" alejado de nuestros objetivos.

Es medio dia. Tras tres días y medio de navegación (a menudo compleja) finalmente llegamos a nuestro objetivo.

Nos espera una fina lluvia. Apenas echamos el ancla, escalamos la pendiente de musgo que nos rodea para reconocer el que será nuestro lugar habitado durante dos meses. Hay que echar mano de la imaginación para proyectar una cabaña sobre este suelo desigual y esponjoso, una plataforma alejada del suelo para las carpas y algunos otros arreglos, como tres grandes carpas rusas. Aunque la vista es espléndida.

Camp de base
Camp de base

Por la tarde, se pone en marcha el carrusel que nos permite ir vaciando los barcos. Se forma una cadena humana para subir la madera que servirá para construir las plataformas de las carpas dormitorio, de las que Denis es el responsable. Los materiales más pesados se subirán por una tirolina. Bajo el mando de Florian, se alza rápido el trípode. El otro extremo se instala en el borde marítimo. Como de costumbre, Natalia está en todos los frentes, apoyando a Bernard y repartiendo las tareas con la eficacia que le caracteriza. Hay que darse prisa, ya que tenemos que liberar cuanto antes el don Arturo, que partirá al encuentro del quinto barco que nos traerá el material de cine, una operación que ha sido organizado por Marcelo, en estrecha colaboración con Francisco, un amigo de vieja data de Punta Arenas. Francisco también nos ha ayudado a resolver varios problemas logísticos: búsqueda de embarcaciones, alojamiento, transfer de nuestros grupos entre Punta Arenas y Puerto Natales.

Camp de base
Camp de base

Según las últimas informaciones, el flete (que pasó por Argentina) y el material de sonido que faltaba (que se ha enviado desde Francia) ha llegado bien a Punta Arenas. De nuevo, parece que todo vuelve a estar bajo control... Pero, ¿podrá el don Arturo partir? Hay aviso de temporal para todo el sur de Patagonia... y empieza esta noche...


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