Ultima Patagonia 2019

Última Patagonia 2019, ¡ha iniciado la cuenta atrás!

Publicado el 05-03-2018

La decisión ya es oficial: Centre Terre lanza un nuevo proyecto de expedición geográfica y espeleológica a la Patagonia chilena (región de Magallanes y la Antártica chilena) que se desarrollará en enero-febrero de 2019.

Esta vez se trata de un proyecto único, ambicioso y colegiado:

- único, porque, además de continuar con la exploración de las cavidades del sector del Barros Luco aprovechando la base científica instalada por la expedición en 2017, nos hemos marcado como objetivo lanzar un nuevo programa de estudio y exploración relacionado con los fenómenos kársticos y las circulaciones hidrológicas sub-glaciares que afectan a numerosos glaciares de Campos de Hielo Sur, la tercera extensión de hielo más grande del mundo tras Antártica y Groenlandia.

Concretamente, estudiaremos los “molinos”, simas excavadas en el hielo donde se pierden las aguas de los “bédières”, que son las escorrentías de superficie que colectan las aguas de deshielo. Los glaciares Pío XI y Témpano (o Ventisquero Grande) son nuestro principal objetivo dadas sus características estructurales, susceptibles de presentar tales circulaciones.

- ambicioso, porque con más de cuarenta y cinco participantes, el proyecto Última Patagonia 2019 se enfrenta, una vez más, a los difíciles retos de la autonomía total y de la compleja logística. Dos equipos distintos se moverán en los canales de Patagonia, lo que complica la organización general: el transporte y traslado del material y participantes será un puzle en el que la más mínima pieza faltante puede comprometer la eficacia del conjunto de operaciones y que conlleva unos aspectos de seguridad que no deben subestimarse.

- colegiado, porque Centre Terre no actúa solo. En el transcurso de las pasadas expediciones hemos podido establecer colaboraciones sólidas con las autoridades chilenas, el Ministerio de Educación Francés y numerosas instituciones científicas chilenas y francesas. Además, compartimos nuestros resultados con el ámbito científico y vivimos nuestras aventuras involucrando a un gran público escolar. Esta segunda área se desarrollará durante todo el año escolar francés 2018-2019 y finalizará con un concurso cuyos resultados se darán a conocer en junio de 2019. Las clases premiadas ganarán una jornada de iniciación a la espeleología guiadas por miembros de Centre Terre, cuyas aventuras en Patagonia los alumnos habrán seguido y con los que habrán podido comunicarse durante la expedición.

Enero de 2019 está a la vuelta de la esquina, así que ¡no hay tiempo que perder! En abril, Denis, Michel, Natalia, Marcelo y Bernard realizarán un viaje de reconocimiento al sector. Ello permitirá, sobre todo, verificar el buen estado de las instalaciones de la base científica que construimos en 2017 y programar las eventuales actualizaciones que implicará su puesta en funcionamiento. Seguidamente, se realizará un reconocimiento de los glaciares Pío XI y Témpanos con el fin de definir las necesidades logísticas propias de este objetivo, el mejor punto de desembarque y el lugar de implantación del campamento base para el equipo que se quedará quince días en terreno durante la expedición.

El punto álgido será el fin de semana del 15 y 16 de septiembre cuando carguemos nuestro contenedor de 20 pies que, acto seguido, pondrá rumbo a Chile. Esta fecha ineludible nos deja unos pocos meses para reunir los fondos necesarios, formar los equipos, fijar los parámetros logísticos, comprar y reunir el material, elaborar el programa científico y finalizar el proyecto escolar. Cada engranaje del dispositivo debe activarse y ajustarse para que esta expedición sea un éxito.

Las tareas no faltan y nuestro equipo al completo está listo para ponerse en marcha.

¡Usted también puede, desde ya, convertirse en actor de este gran proyecto! Colabore con la expedición Última Patagonia 2019 poniéndose en contacto con nosotros en la dirección de correo electrónico contact@centre-terre.fr o por teléfono al +33 6 08 75 95 29. ¡Empieza la aventura!

Actualizació - Marzo 2018

Publicado el 31-03-2018

Se acaba de publicar el informe completo de la expedición Última Patagonia 2017

La expedición Última Patagonia 2017 ha aportado una gran cantidad de resultados, a la altura de la logística puesta en marcha y del esfuerzo de de los miembros de un equipo cuya motivación, lejos de disminuir, parece aumentar con cada campaña patagónica.

Dar forma a todos estos resultados, necesariamente, toma tiempo. Aunque la explotación de todos los datos científicos no ha finalizado aún, era hora ya de elaborar el documento recapitulativo que realizamos tras cada expedición. De modo que el informe de Última Patagonia 2017 acaba de salir de imprenta.

Se trata de una publicación bilingüe de 128 páginas en color que aborda todos los aspectos de la expedición: desde la organización y logística, relaciones con las autoridades chilenas, desarrollo de los dos meses en terreno; pasando por la descripción de las cavidades exploradas, el proyecto educativo, primeros resultados científicos; hasta la alimentación, la cobertura médica y la película.

Hemos dedicado este trabajo a la memoria de nuestro amigo José Mulot, ya que esta fue su última expedición antes de que la implacable enfermedad que le carcomía se lo llevara.

El informe de la expedición Última Patagonia 2017 ya está a la venta en nuestra tienda on-line. Adquiriéndolo podrán no sólo compartir nuestras emociones y nuestros descubrimientos, sino también participar del éxito de la expedición 2019 que estamos preparando.

De aceites quemados y otros

Nuestras expediciones exigen el empleo de motores (grupos electrógenos, motorización de nuestros Bombard, etc.) que soportan la dura prueba del clima patagónico y sufren, además, el largo trayecto por mar en nuestro contenedor.

Estas condiciones exigen un mantenimiento escrupuloso, que acaba de realizarse el fin de semana del 24 y 25 de marzo.

Vista la magnitud de la tarea, Florian, nuestro mecánico en jefe, ha estado acompañado por Denis, Georges, Jean-Philippe, Sébastien, Sylvain y Yannick. Este equipo de shock ha sacado, controlado, vaciado, engrasado, cambiado lo que era necesario cambiar, sin olvidar de anticipar lo que viene, y todo ello con el buen humor que impera en cualquier reunión de Centre Terre.

¡Gracias a este equipo por el trabajo técnico, una tarea nada grata, pero imprescindible!

El film de la expedición 2017 acaba de recibir un nuevo premio

¡Y ya van cinco!

Tras los premios obtenidos Niza, Dijon, La Ciotat y Montpellier, el pasado 3 de febrero, L’île oubliée de Patagonie obtuvo su último galardón en territorio francés en el 49ºFestival International du Film Maritime, d’Exploration et d’Environnement (festival internacional del film marítimo, de exploración y medioambiente)

La expedición de reconocimiento con la mirada puesta en el 2019 se prepara

La expedición Última Patagonia 2019, que se llevará a cabo en enero y febrero de 2019, se centrará en dos zonas de acción bien diferentes:

- en un sector aún desconocido del norte del Archipiélago Madre de Dios;

- y, por primera vez, en un glaciar de Campos de Hielo Sur (la extensión de hielos continentales más grande del planeta después de los polos) con el objetivo de reconocer y explorar los molinos (simas) que se abren en superficie, es decir, en medio del hielo.

Para este segundo objetivo es indispensable realizar un reconocimiento previo con el fin de precisar mejor los objetivos y la implantación del campamento.

Este viaje de reconocimiento, que empezará el próximo 3 de abril y durará 20 días, lo realizarán cinco personas: Natalia y Marcelo, que vendrán de Santiago, y Michel, Denis y Bernard que llegarán desde Francia.

En la próxima actualización les contaremos cómo ha ido en esta operación.

Viaje de reconocimiento 2018 en Patagonia

Publicado el 09-05-2018

Quince intensos días

En el contexto de la preparación de la expedición de Centre Terre prevista para enero y febrero de 2019, este reconocimiento perseguía varios objetivos:

- escoger entre los glaciares Pío XI y Témpanos como destino del equipo que, el próximo año, se encargará de la parte exploración glaciar de la expedición. Este equipo descenderá molinos (las simas donde se precipita el agua de deshielo que circula por la superficie de los glaciares);

- verificar el buen estado de la base construida en 2017 en la costa del seno Barros Luco, base que se reutilizará en 2019;

- cumplir con un compromiso contraído con el equipo de la productora CAPA y Céline Cousteau para unas tomas con ella sobre y bajo el hielo;

- reunirnos con las autoridades chilenas a quienes conciernen nuestras investigaciones en los archipiélagos de Patagonia.

El reconocimiento incluía una agradable parte en terreno y una parte oficial más formal, pero igualmente indispensable. Se desarrolló del 3 al 20 de abril y participaron cinco miembros de Centre Terre: dos chilenos, Natalia Morata y Marcelo Agüero; y tres franceses, Bernard Tourte, Denis Morales y Michel Philips. Para Michel era una pequeña revancha por su mala experiencia de 2017 con la caída y, luego, la amibiasis que lo abatió.

El 3 de abril, Bernard, Denis y Michel se encontraban por la noche en el aeropuerto de Madrid y, de ahí, ponían rumbo a Chile. Por la mañana, tras un vuelo sin novedades, los tres franceses se reunían con Natalia y Marcelo en el aeropuerto de Santiago. El equipo al completo tomaba en seguida el vuelo hacia Punta Arenas, donde aterrizaron a primera hora de la tarde.

Una intensa ronda de reuniones…

Comienzan dos intensos días de reuniones protocolarias. A los 30 minutos de aterrizar (!), el equipo se reúne con el nuevo Intendente de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, Christian Matheson Villán, con quien sostienen una agradable y provechosa reunión. Luego, con la Dirección de Desarrollo Regional, se exploran las opciones para doblar al español la película Patagonie, l’île oubliée (“Patagonia, la isla olvidada”), con vistas a su difusión en Chile.

Al día siguiente, el 6 de abril, se realizan más reuniones. Primero, con el Contraalmirante Comandante en Jefe de la III Zona Naval de la Armada y, luego, con la nueva Secretaria Regional Ministerial de Bienes en la XII Región, Francisca Rojas Philippi.

Finalmente, tras tres horas de ruta desde Punta Arenas, última reunión con CONAF (Corporación Nacional Forestal) de Puerto Natales con el objetivo de explorar opciones de colaboración durante la expedición UP2019 como, por ejemplo, la utilización de la guardería situada en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, muy cerca del glaciar Témpanos.

Por la tarde, al llegar al muelle de Puerto Natales, el equipo constata que el Cabo Philips, el barco que debería abordar esa misma noche para iniciar su periplo, les está esperando, sí… pero puesto en seco en el astillero. Marcelo, el capitán, les asegura que todo estará listo para el día siguiente. Está por verse…

El Cabo Philips, a la llegada del equipo a Puerto Natales
El equipo de la pre-expedición horas antes de partir Denis, Marcelo, Michel, Bernard y Natalia

No tardan en encontrar un hostal y el contratiempo con el barco no les impide pasar una buena velada en Natales… antes de embarcar para unas vacaciones en el mar…

Grabando con Capa

El viernes 6 de abril, el barco se hace al mar. Estará listo a primera hora de la tarde. Se realizan las últimas compras antes de partir. Finalmente, acaban zarpando a las 23:30h dirección al Kirke para luego tomar los canales patagónicos, sentido norte.

Navegarán toda la noche y el día siguiente bajo una fina y perenne lluvia, pero con mar calma. Hacia las 21h arriban al muelle de Guarello, donde visitan a los responsables de la mina que tantas veces ha acogido las expediciones. El encuentro es, como siempre, muy cordial.

El 8 temprano se reemprende la navegación en dirección norte. Al final del día alcanzan su primer destino en el canal Grapler, cerca de la confluencia con el seno Eyre, al fondo del cual, en el cruce con el seno Exmouth, cruje el glaciar Pío XI. Este es el punto de encuentro con el Tiffara, el barco a bordo del cual viene Céline Cousteau. Ambos barcos se amarran juntos para pasar la noche. Es momento de presentarse ante el equipo de cine de CAPA y la tripulación del Tiffara.

Este glaciar de 5km de ancho es uno de pocos glaciares del planeta que sigue creciendo
El Tiffara, con sus 18 metros de eslora, es un pequeño punto frente al imponente Pío XI,

El lunes se zarpa temprano para emprender las 3 horas de navegación que les separan aún de la masa de hielo. Se aprovecha el tiempo para preparar y coordinar los dos próximos días de grabación.

Como era de esperar, la llegada de los dos barcos, que navegan juntos hacia el glaciar, es impresionante.

Los equipos CAPA y Centre Terre se coordinan antes de bajar a tierra

Nada más encontrar un buen fondeo, un equipo de avanzada desciende a la orilla oeste del glaciar. Van resiguiendo el lateral de la mole de hielo, de la que los separa un enorme torrente. La progresión, que discurre por un bosque poco denso, es fácil. Tras poco más de una hora de marcha, encuentran un punto que permite superar el torrente y poner pie en el glaciar.

Ya solo quedan los últimos ajustes a los crampones para - ¡por fin! - iniciar la primera visita al Pío XI. Se progresa fácilmente. Encuentran simas interesantes, aunque un poco estrechas. El equipo de cine identifica algunas locaciones para el día siguiente.

El torrente lateral del glaciar a su llegada al seno Eyre
Camino de acceso al Pío XI por un bosque poco denso

Por la noche, el grupo al completo se reúne a bordo del Tiffara, cuyo nivel de confort roza el lujo comparado con la rusticidad del Cabo Philips… Pero el presupuesto, es el que es.

Los bellos puentes de hielo, a menudo camuflados en el hielo, suponen un riesgo para la progresión
Dragón de la Patagonia, especie que habita los glaciares de Patagonia

El martes 10 de abril, ambos equipos al completo desembarcan para grabar varias tomas de la serie Céline Cousteau, l’aventure continue (“Céline Cousteau, la aventura continúa”), programa que se estrenará el próximo octubre en la cadena francesa France 3. Se avanza lentamente porque hay que ir deteniéndose para que los cámaras puedan filmar.

El broche final a esta jornada de trabajo lo pone un pequeño molino que Bernard y Céline descienden. En su interior el hielo toma unos tonos de azul mágicos… Anochece ya cuando los equipos regresan a los barcos.

El equipo instala el molino que descenderá Céline Cousteau

Empieza el verdadero reconocimiento

La mañana del 11, los equipos se separan. Han compartido dos días muy amenos.

El viaje de reconocimiento preveía inspeccionar la orilla norte del seno Exmouth para alcanzar el lado este del glaciar. La idea era desembarcar lo más cerca posible del glaciar, pero, a pesar del poco calado de la barca, la gran cantidad de sedimentos no permitían acostar. Finalmente, logran desembarcar bastante lejos del glaciar y avanzando un trecho con el agua hasta media pierna.

Desembarco in extremis por el seno Exmouth a 2km del borde glaciar
El caudaloso torrente y el tupido bosque no auguran un fácil acceso al Pío XI por el lado este

Resiguiendo la orilla, se alcanza una zona de ciénagas y una amplia extensión de cantos rodados parcialmente recubiertos de hierba. Del contacto del hielo con la pared fluye un gran torrente. El acceso por este lado no será fácil. Más arriba, la progresión por el bosque parece igualmente complicada…

Tras un almuerzo frugal a bordo del barco, esta vez el equipo se dirige hacia la orilla oeste del seno. No tardan en encontrar lo que andaban buscando: un lugar protegido donde instalar un futuro campamento, con un pequeño río que permite abastecerse de agua dulce.

Lugar identificado para instalar un campamento cerca del Pío XI

Se da por concluido el reconocimiento del Pío XI. Se retoma la navegación en dirección sur con el fin de llegar a la ruta marítima principal que recorre los canales. En unas pocas horas de navegación en calma llegan a una caleta protegida situada a pocas millas náuticas al sur de Puerto Edén, donde fondean para pasar la noche. La preocupación sigue siendo que no se entrevé pronto ninguna ventana de buen tiempo que permita verificar las instalaciones del Barros Luco.

El glaciar Témpanos

La mañana del 12 se zarpa temprano y, hacia mediodía, el equipo llega a las inmediaciones del Ventisquero Grande o glaciar Témpanos. El barco queda amarrado al pequeño desembarcadero que hay frente a la guardería de CONAF, situada justo de cara al glaciar. La vista es maravillosa. La casa es amplia y está bien equipada. Lástima que hace algunas semanas ha sufrido un robo. No obstante, se prevé que CONAF la vuelva a poner en funcionamiento. De hecho, sería un campamento base ideal para nuestra expedición.

La guardería de CONAF está situada frente al glaciar Témpanos
El granito pulido por el deshielo y cubierto por un manto vegetal que lo hace muy resbaloso

Esa misma tarde se realiza un primer reconocimiento del acceso al glaciar. Por el lado norte, el acceso es fácil resiguiendo la base de una pequeña cascada. Tras algunos minutos de marcha sobre bloques resbaladizos, se accede a una lengua del glaciar con una suave pendiente, que no se sube al no ir equipados con crampones en esa ocasión.

De regreso a la barca de apoyo, se resiguen las paredes frontales de hielo, pero sin acercarse demasiado debido al peligro de desprendimiento inesperado de la cara frontal. Llegados a la orilla sur del glaciar y tras superar varias rocas y bloques de derrumbe, se accede a un valle verde que asciende en dirección a un collado. Es un buen acceso hacia la parte alta del glaciar, pero hay que calcular más de una hora de marcha.

Hielo vivo en la cara frontal del glaciar Témpanos, también llamado Ventisquero Grande
Zona de huemules en la riva sur del seno Iceberg

El regreso es un zigzagueo constante entre los témpanos, que adoptan formas increíbles y que presentan el riesgo de volcarse al menor contacto. En 2019 habrá que tener presente este peligro.

Los caprichosos témanos que le dan el nombre a este glaciar

Viernes 13… ¿habrá suerte? Sobre las 9 de la mañana, el equipo se pone en marcha hacia el acceso norte del Témpanos. En pocos minutos logran subirse al glaciar con los crampones puestos. Empieza con una suave pendiente que presenta pequeños molinos. Más arriba, la progresión se va tornando más dificultosa al llegar a una zona de caos de pináculos con paredes de gran pendiente y filos muy aéreos. Más allá, la superficie de hielo parece más amable, pero la prudencia aconseja el regreso para intentar rodear esta delicada zona por el norte. Efectivamente, al poco se llega a un sector que permite subir más fácilmente hacía la parte alta del glaciar. Pero el tiempo pasa volando y deciden descender algunos de los molinos que han localizado al subir.

Aqui, las suaves pendientes del glaciar facilitan el acceso
Imponentes pináculos y grietas barran el paso
El pontencial en términos de cursos de agua superficial y formación de molinos es evidente en el Témpanos

Se instalan tres molinos. Todos son bastante estrechos y cae agua, por lo que no se bajan completamente. Para la expedición, habrá que prever lonas que permitan desviar el curso de las cascadas, aunque no cabe duda de que esta zona promete. Más abajo, casi en la base del glaciar, se localizan dos pequeñas marmitas de superficie, profundas y cristalinas. Las alimenta un pequeño meandro muy estético, excavado en pleno hielo. Se trata de una resurgencia de las aguas que circulan por el mismo hielo. Se remonta el meandro por unos diez metros hasta donde se pinza.

La ágil instalación en el hielo vivo facilitará la exploración de numerosos molinos
Profundas y cristalinas marmitas en un lateral del glaciar Témpanos

Se regresa bordeando el glaciar, resiguiendo la morrena lateral y superando bloques y un talud de grava, aunque hay que volver a ponerse los crampones para poder acceder al punto de inicio.

Llegan al barco por la tarde, para pasar la noche fondeados frente a la guardería de CONAF.

Se da por concluido el reconocimiento de los dos glaciares. La decisión está tomada: el próximo año trabajaremos sobre el Témpanos. Aunque esté más alejado de Madre de Dios, tiene más potencial desde el punto de vista de los molinos, la fauna y el paisaje.

Sin Barros Luco…

El 14 de abril estaba previsto partir temprano rumbo a Puerto Edén, pero una avería del timón impide cualquier maniobra. Tras una reparación provisional, se reemprende la navegación y, a primera hora de la tarde, aparece a la vista Puerto Edén.

Recalada en Puerto Edén

Aprovechando el paso por Puerto Edén, se decide visitar a representantes de la Comunidad Kawésqar residente en el lugar, pero en esos momentos no están en casa. También se realiza una visita al guardaparques de CONAF que vive en el lugar durante la temporada. La velada transcurre viendo fotos de fauna del Parque Bernardo O’Higgins: huemules, orcas, zorros, fauna marina y un sinnúmero de aves. Bellas fotos capturadas por este hombre durante 18 años en los más de 3 millones de hectáreas del parque…

Picaflor chico

Con la esperanza de encontrar la ventana meteorológica que permita acceder al frente pacífico para entrar al Barros Luco, el zarpe del 15 se realiza bien temprano. No obstante, aunque la navegación por los canales sea factible siempre, ese no es el caso en el océano. Se anuncia un nuevo temporal, otro como el que ha tenido bloqueado durante tres días en la entrada del canal Trinidad al buque mineralero de la CAP, una nave de 300 metros de eslora que esta mañana ha logrado finalizar su travesía hacia Guarello.

Vestigios de azarosas navegaciones por los canales patagónicos

No hay discusión que valga. El capitán se niega rotundamente a aventurarse en el Pacífico. La avería del timón y su conocimiento imperfecto de los lugares son lo que lo motivan, además del tiempo que, en ese preciso instante, no es realmente malo. El capitán teme quedar bloqueado en el Barros Luco y es él quien manda a bordo. Este contratiempo es un problema y habrá que encontrar otro modo de verificar el estado de la base científica. Lo más probable es que se le pida ayuda al armador, que tendrá barcos faenando por la zona en mayo con motivo del inicio de la temporada del erizo.

Dado que se dispone de tiempo y de combustible, se decide aprovechar la oportunidad para hacer un reconocimiento de las franjas de caliza de la isla Duque de York. Hace años que se contempla una visita a este lugar, así que ¡esta es la oportunidad! Por la tarde, el equipo llega a destino. Un desembarco en Isla Blanca, seguido de una accidentada progresión por el bosque, les da una primera idea del lugar. Una vez más, ya es de noche cuando llegan al barco.

Decepción en Duke de York

Lunes 16 de abril. El reconocimiento en Isla Negra comienza recorriendo en barca el borde costero de la masa de caliza que está separada, por un pequeño fiordo, de la gran franja principal calcárea que recorre Duque de York de norte a sur. Llueve. En pocos minutos descubren un alero de roca con huellas de animales, así como con una mandíbula humana y un fémur en el suelo. La arqueología es, claramente, un área reservada a los expertos chilenos, así que se mantienen a distancia sin tocar nada.

Mandíbula encontrada en alero rocoso de Duque de York
Champiñón de roca a pocos metros de la orilla

La prospección de este borde costero no aporta mayores descubrimientos, salvo el de un champiñón costero.

Tras almorzar a bordo para recuperar la temperatura después de una mañana bajo la lluvia, el reconocimiento prosigue por la orilla sur del fiordo, sobre la cual se encuentra la franja principal de caliza. Se trata de un filo defendido por abruptas paredes cubiertas de una densa vegetación. Queda claro que el lugar es de muy difícil acceso. Tras desembarcar en una playa, Bernard, Denis y Marcelo van a reconocer un collado situado en la cresta de caliza. Natalia y Michel suben más hacia la derecha, hasta el pie de la pared, en dirección a una boca vista de lejos. Tras una breve, pero complicada progresión por el abrupto bosque, llegan a la entrada. Efectivamente, se trata de una galería que se adentra en la montaña y de la que sopla corriente de aire. Esta galería es baja. Presenta numerosas concreciones y fistulosas muy inclinadas que marcan el sentido del viento, pero es accesible arrastrándose. Al cabo de unos 25 metros, desemboca en un río subterráneo que fluye sobre un lecho rocoso muy oscuro. La galería continúa y se convierte en un meandro tallado en la caliza blanca. Mide unos cuatro metros de alto por unos cincuenta de ancho. Deciden detener la exploración por falta de tiempo y porque el resto del equipo les espera en la playa bajo una persistente lluvia.

La inaccesible franja de caliza está cubierta por un denso bosque
Vista de la boca cavidad con sus grandes estalactitas de tufo calcáreo

Por la tarde acceden al lago situado al otro lado de la franja calcárea, al oeste, pero no es más que para constatar que el acceso por este lado es -si cabe- más complicado aún.

La franja de caliza de Duque de York recuerda a un dragón durmiente
Se verifican todas las opciones de acceder a la caliza de Duque de York, pero hay que rendirse a la evidencia

No queda más que rendirse a la evidencia: la superficie de caliza de Duque de York es muy pequeña, defendida por abruptas pendientes densamente pobladas de bosque y no se ha localizado ni una sola cavidad de importancia. Queda claro que esta isla no es el prometedor objetivo que habían imaginado.

La vida subacuática nocturna en Duque de York

Nada más regresar al barco, se leva anclas rumbo a Puerto Natales. Tras navegar toda la noche del 16 al 17, sobre las 10h de la mañana se pasa el paso Kirke con la corriente en contra, pero con el viento a favor. A primera hora de la tarde y un día antes de lo previsto, se tira anclas en Puerto Natales.

Últimas reuniones

El miércoles 18 a las 9h se visita de nuevo a los responsables de CONAF en Puerto Natales. Como la mira está puesta en el Témpanos, las instalaciones de que disponen frente al glaciar pueden ser de gran utilidad. Además, existe la posibilidad de que pongan su barco a disposición del equipo para una misión específica. La mañana concluye con una reunión con el principal armador con quien trabajaremos en 2019.

Al día siguiente, el 19 de abril, el equipo se reúne en Punta Arenas con Carolina Huenucoy, presidenta de la Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén, antes de poner rumbo a Santiago, donde quedan las dos últimas reuniones.

El 20 de abril nos recibe en audiencia el Ministro de Bienes Nacionales de Chile, Felipe Ward Edwards, y, acto seguido, el nuevo Embajador de Francia en Chile, Roland Dubertrand.

El equipo de Centre Terre con Felipe Ward Edwards, Ministro de Bienes Nacionales, y Pedro Daza, Asesor de Gabinete

Así finaliza un fructífero viaje de reconocimiento en Chile que nos ha permitido cumplir con todos los objetivos marcados, salvo la inspección de la base del Barros Luco… Pero ya encontraremos la manera de averiguar rápidamente la respuesta…

Un contenedor para la Patagonia

Publicado el 24-09-2018

15-16 de septiembre de 2018

Sábado 15 de septiembre. Con la carga del contenedor se lanzó oficialmente la expedición Última Patagonia 2019, cuyos ambiciosos objetivos suponen un incremento de material y de participantes. Al día siguiente, en el marco de la Asamblea General de Centre Terre, los miembros del equipo hicieron un balance sobre el avance los preparativos tanto en Francia como en Chile.

Hoy es un gran día para el equipo de Centre Terre. Y es que, hoy, entre flamantes camiones estacionados por el fin de semana en Solygotrans, la empresa de transporte que almacena sin costo nuestros contenedores entre expediciones, hoy ¡se carga el contenedor!

A media mañana empiezan a llegar vehículos cargados a tope procedentes del suroeste, de Rhône-Alpes, de la Provence o del este de Francia. La montaña de bidones con los enseres personales va aumentando de volumen. Se ven botellas de buceo por aquí, petates de cuerdas por allá, una cocina y una secadora, botes neumáticos, motores fuera borda, una estufa de leña con sus tubos, rollos de cable, herramientas eléctricas, sin pasar por alto la plétora de maletas del equipo de cine. Un inventario sin ton sin son, a lo Prévert, que todos dudan que vaya a caber en el contenedor de 20 pies, a pesar de sus 33m3. Bajo el hangar algunos preparan las tiendas, otros verifican que los hornillos funcionen, otros montan los botes neumáticos o separan el material técnico que servirá tanto para las exploraciones del glaciar como para Madre de Dios…

No ha anochecido aún y la partida de Tetris a tamaño real acaba en victoria: ha cabido todo y, además, sobre espacio. Algo más de 12 toneladas.

Es hora de reencontrarse tomando algo y coordinar las reuniones de trabajo para organizar la expedición.

En todas direcciones

Los objetivos de la expedición 2019 definidos por Bernard Tourte, presidente de Centre Terre, en colaboración con Natalia Morata, a cargo de la coordinación del proyecto en territorio chileno, son ambiciosos. Exigen más participantes y material que en expediciones anteriores. Gilles Santantonio realizará una película documental de 90 minutos, asistido por tres cámaras y un ingeniero de sonido. Producido por MC4, este documental científico se proyectará en el canal ARTE en la franja del sábado noche.

Todo esto hace necesarios nuevos medios logísticos: unos sesenta movimientos de barco, vuelos en helicóptero y más botes neumáticos …

El 9 de enero, un habilidoso equipo zarpará en barco desde Puerto Natales, con la bodega repleta, rumbo al seno Barros Luco. Tendrán unos días para poner en marcha la cabaña con electricidad, agua corriente, conexión satelital de alta velocidad puesta a disposición por Marlink y realizar alguna ampliaciones y mejoras a los espacios comunes y las plataformas.

De Puerto Natales también saldrá un nutrido grupo rumbo al noroeste de Puerto Edén en busca de los glaciares de ablación de Campos de Hielo Sur. Compararán las formas de erosión sobre el hielo con las del karst de Madre de Dios. Intentarán explorar «molinos», tal y como se llama a los pozos excavados por las aguas de deshielo que circulan sobre los glaciares en verano.

El resto del equipo pondrá rumbo a Guarello para iniciar la operación de depósito en helicóptero de material, víveres, material de acampada, etc. en los diversos objetivos distribuidos por el norte y sur de Madre de Dios. Una vez finalizada la operación, un equipo científico ligero iniciará un transecto «Guarello/Barros Luco» con el objetivo de estudiar un campo de cometas de rocas y champiñones localizados durante la expedición de 2010. Instalarán captores de viento, temperatura y precipitación que se retirarán al final de la expedición. La finalidad es estudiar estas formas de erosión y modelizarlas.

Siguiendo los pasos de los Kawésqar

Este año, además de los cinco C5 de Bombard, en el contenedor hemos cargado una flotilla de botecitos neumáticos cuya finalidad, de nuevo y salvando todas las distancias, nos acercará un poco más al pueblo Kawésqar, nuestros predecesores en estos indómitos parajes. Y es que, esta vez, Bernard Tourte ha decidido no dejar nada al azar, a pesar de que en 2017 la suerte nos sonrió insolentemente. El paso de acceso y salida del Barros Luco en embarcaciones de transporte es una trampa marítima por sus bajos fondos y arrecifes. Seguiremos el llamado «Paso del Indio», situado al fondo del seno Egg, un trayecto que resigue un pequeño curso de agua alimentado por un lago que, en su lado sur, está separado del Barros Luco por un collado y dos cientos metros de tierra. Sabemos que los Kawésqar, durante milenios, tiraban, arrastraban y cargaban sus canoas de corteza para superar este paso y poder llegar y salir del Barros Luco. Apreciaban el seno por su abundancia en fauna marina, dada su proximidad al mar, para cazar lobos marinos y cormoranes. El primer marinero que lo navegó en el s. XIX cuenta que, a lo largo de la orilla del seno, eran numerosas las fogatas que indicaban los campamentos de los Nómadas del Mar.

En tres meses dará comienzo la aventura en el extremo sur de Chile.

No olviden que todavía están a tiempo de colaborar con la expedición adquiriendo libros, DVDs o nuestro vino cosecha especial UP2019. También pueden colaborar con un donativo. Aún nos queda una buena cantidad para equilibrar el presupuesto…

Céline Cousteau dans sillage de son grand-père

Publicado el 02-12-2018

Lundi 3 décembre à 21h sur France 3

Céline Cousteau se rend en Patagonie, au royaume des baleines, l'animal fétiche de son grand-père, et découvre comment ce territoire a évolué (avec la participation d'une équipe de Centre Terre).

La expedición a menos de un mes del inicio ...

Publicado el 10-12-2018

El 3 de enero da inicio la expedición Última Patagonia 2019. Se intensifican los preparativos, se acelera en la recta final y, pronto, por fin, ¡el mundo salvaje de Madre de Dios para nosotros solos!

Barros Luco, ¡aquí nos tienes de nuevo! Foto Arnaud Malard-Centre Terre
Son unas cuantas horas de vuelo desde París hasta Santiago. ¡Y todavía quedarán 4 horas de vuelo para llegar a la Patagonia austral!

Objetivos a diestro y siniestro

Se inicia la cuenta atrás: dentro de un mes, el 4 de enero de 2019, los integrantes de la pre-expedición llegarán a Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes… y no será para hacer turismo. Les espera un apretado programa. La expedición se alimentará (literalmente) de lo que este equipo cargue en las bodegas de las embarcaciones… y la lista de las compras que hay que hacer en Punta Arenas es impresionante: unas 4 toneladas, lo que corresponde a 1607 días/persona. Los exploradores no se alimentan de los fuertes vientos ni del agua de lluvia, aunque les caiga encima con una regularidad de metrónomo. No hay que olvidar nada, ¡ni la sal!, que la tienda de abarrotes más cercana está a 250 km. Un poco lejos para ir en bote Bombard…

También deberán abrir el contenedor de 33m3 que zarpó del puerto francés de Fos-sur-Mer el 19 de octubre, descargar las 9 toneladas de material y equipos para repartirlas en función de los tres objetivos con que parte la expedición, transportarlo todo a Puerto Natales y cargarlo en las bodegas de las embarcaciones fletadas para que, cuando llegue el resto del equipo el 9 de enero, cada barco pueda largar amarras y poner rumbo a su objetivo.

Una flotilla de embarcaciones originalmente de pesca adaptadas para la expedición será la que asegure los más de sesenta movimientos marítimos durante los dos meses de expedición. Foto Bernard Tourte-Centre Terre

Un nuevo mineral: el hielo

Un primer grupo explorará las cavidades que se forman en un mineral que Centre Terre no frecuenta con asiduidad: el hielo o, si lo prefieren, las profundidades del glaciar Témpanos, una de las lenguas de desagüe del Campo de Hielo Patagónico, un glaciar de exutorio que va a parar al mar.

Reforzados por una marcada participación de investigadores chilenos y japoneses, los espeleos de Centre Terre intentarán recorrer las entrañas por los «molinos». Estos pozos están excavados en el hielo por el agua de deshielo que circula por la superficie del glaciar por los bédières. Recuerden: es el verano austral…

Los científicos estudiarán las formas de erosión para compararlas con las observadas por los karstólogos en la superficie marmórea de las islas calcáreas de los canales. Los biólogos seguirán las huellas de la vida animal, muy presente en este ingrato mundo.

Vista aérea del glaciar Témpano con su complejo sistema de complejas fallas, síntoma de las enormes presiones que recibe en su salida al mar. Imagen Google Earth.

Despertar la cabaña

Los otros tres barcos navegarán en conserva hasta el Canal Concepción y, desde ahí, los destinos se separarán por un tiempo: dos embarcaciones singlarán hacia Guarello y otra, directamente al Barros Luco, a bordo de la cual viajarán el refinado equipo de ingenieros de la construcción. Tendrán la delicada tarea de devolver a la vida a la bella durmiente, nuestra linda cabaña - ¡perdón!... base científica”- que yace aburrida desde hace dos años sobre su pedestal, con una fantástica vista sobre los temporales cotidianos que se abaten sobre el seno. Tendrán que verificar el estado de la estructura de la cabaña y las plataformas para las carpas, reparar los eventuales daños ocasionados en este tiempo y, luego, reinstalar la electricidad, el agua corriente y el agua caliente, añadir un pequeño porche y ensanchar las plataformas, dado el mayor número de participantes en esta expedición. Está claro que trabajarán sin cuartel. Si acaban a tiempo, podrán salir a explorar las zonas aún vírgenes del macizo norte de la isla...

Esta zona entre Guarello y el Barros Luco, localizada en 2010, alberga cometas y champiñones de caliza en abundancia. Foto Florian Chenu-Centre Terre

La travesía cruzando la isla

Los otros dos barcos que se dirigirán a Guarello tendrán un cometido bien especial: preparar los vuelos en helicóptero que depositarán, diseminados por toda la isla, bidones repletos de material y víveres, abarcando los numerosos lugares que la expedición se ha planteado como objetivo este año, principalmente, en la zona inexplorada al norte del Barros Luco. Estos depósitos facilitarán la travesía desde la isla Guarello hasta el Barros Luco por un equipo científico liderado por Stéphane. Su destino es una zona poblada de «cometas de roca» y otros «champiñones» localizada en 2010 e instrumentar algunos de estos fenómenos geológicos únicos.

El objetivo es obtener datos durante estos dos meses sobre la correlación entre fuerza y dirección del viento, precipitaciones, temperatura, presión atmosférica y la edad del capitán. Junto a fotogrametrías precisas de estos fenómenos, los investigadores podrán modelizar estos fenómenos y descubrir sus secretos.

Finalmente, el buque insignia, con una parte de los líderes de la expedición, Bernard y Richard, el responsable científico, acompañados de Gilles, el realizador de la película, y un equipo de filmación, se centrará en algunas tomas especialmente importantes para el documental científico contratado por ARTE (observaciones del fondo marino y estudio de las formas de erosión del karst) antes de ir al encuentro del equipo «glaciar». Cabe señalar que el equipo «glaciar», al igual que el equipo de la travesía, incluyen un cineasta para inmortalizar los momentos de exploración y ciencia.

Normalmente (aunque uno se pregunta si lo de «normal» es aplicable al archipiélago patagónico…), si los dioses del viento y las tempestades lo permiten, el equipo debería poder reunirse en la cabaña del Barros Luco la 3ª semana de enero… Los traslados de los equipos del Barros Luco hacia el exterior y viceversa se realizarán probablemente a pie por el llamado «Paso del Indio», un camino ancestral que permitía a los pueblos nómadas empujar sus canoas sin arriesgarse inútilmente por un itinerario eminentemente marítimo, entre los arrecifes y bajos fondos del Pacífico.

Pero, no teman, les iremos contando de forma regular sobre esto y mucho más el cuaderno de bitácora de nuestra web (www.centre-terre.fr), gracias a la estación satelital Marlink que instalaremos en la cabaña.

La parte invisible

Una cosa es imaginarse el decurso de estos ambiciosos objetivos de enero y otra muy distinta, que salga todo bien. Del dicho al hecho… Todo depende de numerosos factores, siendo uno de ellos el tiempo meteorológico, aunque no el más importante: uno puede capear el temporal buscando refugio en una caleta o dentro de la carpa. No, la clave del éxito está en el intenso trabajo de preparación llevado a cabo simultáneamente por Bernard en Francia y Natalia en Chile.

Un trabajo de información, de intercambio, de reuniones técnicas con la Armada de Chile, con el Ministerio de Bienes Nacionales, el Gobierno Regional de la XI Región de Chile, con la prensa, las empresas locales y los partners institucionales. Un trabajo que se intensifica a pocos días de la llegada del contenedor a Punta Arenas y a un mes del lanzamiento de la expedición.

Un presupuesto a la altura de las expectativas

Hoy, el presupuesto de la expedición Última Patagonia 2019 no está aún equilibrado. Todo el equipo está consagrado a la búsqueda de partners. Centre Terre aprovecha la ocasión para agradecer a todos los colaboradores institucionales y privados (son ya muchas las empresas que han hecho su contribución), o bien a los que lo hacen a título individual. Todos están representados aquí (https://www.centre-terre.fr/up2019-partenaires.php). A todos, ¡mil gracias por apoyar este proyecto que, en cierto modo, es también un poco suyo!

La ayuda del helicóptero

El helicóptero será un medio para resolver una difícil ecuación: cómo explorar esta gigante isla sin cargar una mochila de 50 kg… Foto Bernard Tourte-Centre Terre

Es complicado cargar con una mochila de más de 25 kg de material, lo que limita el alcance de las incursiones a pie. Uno de los secretos del éxito del proyecto de 2019 será conseguir el apoyo logístico de un helicóptero para depositar el material y los víveres en diversos puntos estratégicos que no han sido explorados aún en la parte norte de la isla.

Para que pueda venir un helicóptero a Madre de Dios deben cumplirse varios parámetros a la vez: primero, que el tiempo sea mínimamente clemente. Hay cuatro horas de vuelo desde Punta Arenas a Madre de Dios, a las que hay que añadir 3 horas de rotación en la zona, lo que da entre 10 y 12 horas de vuelo. ¡Qué les vamos a contar! La factura sale salada… y, bueno, aprovechamos de recordarles que pueden contribuir realizando su aportación (https://www.centre-terre.fr/up2019-appel-dons.php).

Por otro lado, también es necesario prever la logística para aprovisionar a la base de Guarello de keroseno… y que la tripulación disponga de alojamiento y que la máquina pueda acondicionarse en caso de que el mal tiempo la bloquee… También hay que anticipar el desarrollo de los depósitos y las prioridades en caso de que el tiempo no acompañe, etc. Resumiendo: un buen rompecabezas que ocupa desde hace tres meses a Natalia y Bernard.

Le proyecto escolar

Alumnos de primaria y secundaria de Toulouse durante la videoconferencia del 20 de febrero 2017. Foto Luc-Henri Fage-Centre Terre

A un mes del inicio, se han inscrito unas cien clases* en la web de la Académie de Toulouse. 2019 será un grand cru para el proyecto escolar. ¡Hay hasta una clase de Cayenne, en la Guyana francesa! Este gran éxito nos llena de orgullo a todo el equipo, sobre todo, a Élodie Mulot, quien está al mando de la coordinación de este ambicioso proyecto. Es una digna sucesora de su padre, José Mulot.

Fichas pedagógicas, documentación de apoyo, foro de intercambio, seguimiento de los preparativos y de la expedición a través de nuestra bitácora…

El programa incluye una jornada de formación en Toulouse de los docentes a cargo de Bernard, Richard, Élodie y Damien Chigot, consejero técnico del Ministerio de Deportes, vinculado a la Federación Francesa de Espeleología.

Finalmente, la guinda del proyecto escolar: las videoconferencias. Centre Terre organizará en febrero dos sesiones de intercambio en directo con los estudiantes desde el campamento base.

El curso escolar terminará con un concurso entre los proyectos realizados por las clases participantes y, como broche final, ¡una salida espeleológica en compañía de miembros de la expedición!

¡Feliz 2019

Publicado el 06-01-2019

Crónica del 9 de enero de 2019

Punta Arenas, ¡por fin!

Desde el avión que nos llevó el 4 de enero desde Santiago de Chile a Punta Arenas, el espectáculo era grandioso. Diez mil metros bajo nuestras alas, como un lento panorama sin fin, desfilaban los exuberantes paisajes de Patagonia, esa imbricación, única en el mundo, de mar, roca y hielo. A estribor se adivinaban las incontables islas de los canales patagónicos, cubiertas de blancas nubes, mientras que los canales al descubierto ofrecían un aspecto metálico en el que se reflejaba el sol. Del otro lado, las cumbres nevadas y heladas que aparecían de súbito en un entorno de blancas nubes. Los picachos puntiagudos separados por las interminables extensiones glaciares es el Gran Hielo Patagónico, que, por algunos días, será nuestro lugar de exploración.

Santiago, las visitas oficiales

Bernard, Natalia y Wilfredo son recibidos por Roland Dubertrand, Embajador de Francia en Chile

Pero ¡no vayamos tan rápido! En Santiago, al poco de encontrarnos con Natalia, que nos pasa unos petates pesados como plomo como equipaje adicional, tomamos rumbo al sur, mientras que Bernard y Natalia se dirigen ya a la primera de una serie de reuniones oficiales con el Señor Roland Dubertrand, embajador de Francia, que se presta para organizar una importante conferencia de prensa al final de la expedición coordinada con el Ministerio de Bienes Nacionales de Chile.

Después, los dos jefes de equipo, Natalia y Bernard, sostienen una larga reunión con Angélica Palacios, Jefa de la División de Bienes, y con Sebastián Seisdedos, Jefe de la Unidad de Gestión Territorial y Patrimonio del Ministerio de Bienes Nacionales de Chile. El Archipiélago Madre de Dios es un bien fiscal que el Ministerio de Bienes Nacionales autodestinó para protección, otorgándole en 2007 el estatus de Bien Nacional Protegido. La reunión tenía como objetivo preparar un importante evento que tendrá lugar a finales del mes de enero y que será anunciado por el Ministerio de Bienes Nacionales. Daremos los detalles más adelante…

4 de enero. Natalia y Bernard son recibidos en el Ministerio de Bienes Nacionales por Angélica Palacios y Sebastián Seisdedos

Punta Arenas, la antecámara de la aventura

24 horas de avión separan Francia de esta perla terrestre situada en los confines de la Patagonia austral y a orillas del Estrecho de Magallanes y sus aguas grises, verdosas o azuladas, según el color del cielo. La ciudad de Punta Arenas (130.000 habitantes), a pesar de su aspecto de aldea provinciana, es la capital de la inmensa región de Magallanes y la Antártica Chilena, que se extiende desde el Golfo de Penas hasta el Polo Sur.

Pervive un espíritu pionero que no nos desagrada para nada, con turistas con pinta de trekkeros. También nos enteramos de que el joven estadounidense que acaba de culminar la travesía de la Antártica en solitario está en Punta Arenas.

5 de enero por la mañana: el tradicional paseo a orillas del Estrecho de Magallanes. Los cormoranes imperiales posando

Los 9 miembros de la pre-expedición no están ahí de paseo. En un tiempo muy limitado, deben prepararlo todo para que, a la llegada del resto del equipo el 9 de enero, las tres embarcaciones privadas que nos trasladarán puedan zarpar de Puerto Natales con las bodegas bien llenas. Si los dioses del viento patagónico lo permiten, el Don Arturo, la Rosita y la Valparaíso podrán soltar amarras y navegar en conserva por el seno Última Esperanza, pasar el paso Kirke y deslizarse por la maraña de canales, adornados por acantilados rebosantes de agua, densos bosques y picos rocosos de granito, permitiendo a los patagones de la novena expedición organizada por Centre Terre a estas remotas tierras disfrutar del sol y las ráfagas de viento, de los juguetones delfines y de los súbitos tornados, de los temidos williwaws, creados por los vientos catabaticos que vienen, de golpe, de la montaña, levantando el mar y las embarcaciones ligeras…

Finalmente, en el glaciar Témpanos, en los alrededores de Guarello y en el Barros Luco, los tres equipos podrán, cada uno en su zona de trabajo, lanzarse en búsqueda de lo que mueve a un espeleólogo: la exploración.

Uno de esos escasos momentos de pausa en La Luna, uno de los restaurantes más simpáticos de la ciudad

10 toneladas de material y 4 toneladas de víveres

Para que todo esto sea posible, está claro que se necesitan seres humanos, calidad y material… muuucho material… cantidades enooormes de material… y de víveres. Después de cuatro días, Laurence adapta su tabla Excel, que es más larga que un día sin pan. Ella es la responsable de la alimentación. En su tabla, tiene calculadas las cantidades diarias para los tres equipos, tanto de comida como de bebestibles, que hay que comprar. Se busca el mejor precio. En los supermercados se negocia duramente, conciliábulos, comparaciones, cálculos eruditos. Los valientes: Sylvain, Séba, Georges, Mowgli, Bernard, Florian y Natalia peinan los pasillos armados con sus carritos y regresando con las cantidades exactas.

Habrá pan todos los días. Se han previsto 95 kg de harina con la levadura "Instant Success"… el nombre lo dice todo…. La cocina echará humo en el refugio del glaciar, en la cabaña y en los barcos…

En Punta Arenas, un grupo de pingüinos Centre-terrinos vestidos de Mascot se dispone a asaltar los supermercados
Laurence da las órdenes al equipo de acróbatas de los carritos

El internauta que sigue nuestras aventuras seguramente recordará la epopeya de la carga del contenedor en Francia a finales de septiembre. Una vez pasado el trámite de aduanas -no sin dificultad-, deslavado después de tres meses de navegación, el lunes 7, el contenedor nos estaba esperando, en las instalaciones de un transitario, estratégicamente ubicado entre el aeropuerto y la ciudad.

Es increíble cómo llega a multiplicarse el material al sacarlo de su envoltura metálica, donde se había acomodado milimétricamente para optimizar el volumen. En menos de una hora, bajo un sol de justicia, se vacía el contenedor y el contenido se dispersa por el solar y se separa en cuatro grupos. El lote más abultado es el del Barros Luco. Grupo electrógeno, botes penumáticos, botellas de buceo, compresores, bidones personales, bidones de electricidad, escaleras manuales, cabestrantes, bidones con cuerdas, herramientas de navegación… en resumen, un inventario de lo más variopinto. No olvidemos, además, las 30 cajas del equipo de cine que Gilles y Luc-Henri empiezan a seleccionar en función de los destinos y las baterías a cargar.

Aparece un enorme camión. La flamante cabina blanca recuerda a las de la Ruta 66 de Estados Unidos. Deja el remolque en el centro del terreno, un descampado polvoriento. La rampla mide 12 metros, a 1,50 metros del suelo, con una barandilla no muy alta. No queda más que subir el material poniendo atención en no mezclar las destinaciones. 1,50 metros es mucho para elevar un motor de 50 CV o un bidón repleto de material de buceo.

9 de enero, 8:30h. El tractor se acopla al remolque, cargado con 10 toneladas de material, 4 toneladas de víveres y algunos sacos de madera seca para estufa y construcción. Sébastien encaja las últimas botellas de buceo allí donde encuentra un hueco
La rampla del semi-remolque en fase de carga en las instalaciones de Agunsa

Por suerte, Florian sabe manejar la grúa horquilla de que dispone el transitario. La podemos usar cuando está libre, lo que permite, durante un rato, no seguir castigando nuestras espaldas, sometidas a una dura prueba…

De vez en cuando aparece un camioncito. Uno trae unas vigas IPN de seis metros de largo, otra, en dos viajes, transporta algunos metros cúbicos de madera y planchas de contrachapado que servirán para ampliar la cabaña y las plataformas para las carpas. Para acabar, la empresa INDURA GrupoAIR PRODUCTS nos entrega tres botellas (dos de oxígenos y una de helio de 75 litros) que se usarán en las mezclas de los buzos…

Por suerte, hemos dispuesto de una grúa horquilla cuando ésta no era utilizada. Flo al volante
No es nada fácil levantar un 40 CV hasta la rampla, a 1,50m del suelo…

Son más de las 20h cuando todo queda cargado, protegido de la lluvia por una lona.

El martes 8, el grupo se coordina para recibir los víveres pedidos con antelación, cargarlos en la rampla del camión, amarrarlos y asegurar bien toda la carga.

Por la tarde, Natalia y Bernad tienen una reunión con en el capitán de corbeta Jaime Mansilla. La Armada de Chile, a través de la Gobernación Marítima de Punta Arenas, nos prestará un apoyo decisivo con su lancha rápida para asegurar el relevo de los equipos a media expedición, dado que algunos solamente se quedan un mes. La razón de este apoyo es garantizar el éxito de la operación, ya que no podemos contar con las excepcionales condiciones que tuvimos en 2017 para el acceso al Barros Luco.

En las dependencias de la Gobernación Marítima de Punta Arenas, el capitán de corbeta Jaime Mansilla y Natalia preparan la operación “Seno Egg”, que asegurará el relevo de los equipo de enero y de febrero por el “Paso del Indio”

No olvidemos que, en 2008, nos quedamos bloqueados 4 días, a causa de un temporal, en el seno, que se convierte en una enorme trampa cuando el oleaje aumenta y se estrella contra los arrecifes que actúan de centinelas en la entrada al seno. La sonda había registrado tan solo 12 metros de profundidad… con olas que superaban los 15 metros.

Por ello, este año los de enero y febrero usarán la vía de acceso ancestral de los Nómadas del mar, el pueblo canoero, que no exponían sus frágiles embarcaciones al océano Pacífico. Remontaban un torrente procedente de un lago por varios kilómetros. En su lado más al sur, solo un pequeño collado lo separa del Barros Luco. Todo se recorre en unas 4-5 horas de marcha, arrastrando un pequeño bote neumático para superar el lago. La lancha rápida llega al seno Egg en unas 15h de navegación desde Puerto Natales. Ahí esperará una noche para que embarquen el equipo de enero, que regresará a Natales…

Mañana miércoles 9, a primera hora de la mañana, se contrata un bus para llevar al equipo y gran parte de los víveres a Puerto Natales, situado 250km al norte. Nos espera una larga jornada… Material y víveres se repartirán en las tres embarcaciones y habrá que montar 4 de nuestros botes zodiac.

El resto del equipo de enero llegará a Puerto Natales ya de noche y se instalará directamente en los catres de las embarcaciones.

La aventura nos espera con los brazos abiertos…

En el espigón de Puerto Bories, están atracadas nuestras tres embarcaciones. Un sol radiante brilla sobre el seno Última Esperanza

PD: En el momento de releer esta crónica del 9 de enero, la pre-expedición se encuentra ya en Puerto Bories, al norte de Puerto Natales, descargando el camión y cargando las tres lanchas. Nos enteramos de que el resto de la expedición acaba de llegar a Santiago y están de camino hacia Punta Arenas, salvo cuatro, que no han podido subir al vuelo por overbooking. Se alarga la llegada del resto del equipo hasta las 4 de la madrugada.

Los cuatro días de buen tiempo que nos han acompañado son, quizás, muestra del cambio climático… pero ¡qué suerte hemos tenido! Se abre una ventana extraordinaria de buen tiempo de 3 días, con olas en el océano de tan solo 1,60 metros… las olas más bajas que conocemos son de 2,50 metros.

Esta expedición empieza con muy buen pie.

Crónica del 13 de enero

Aventuras y desventuras en los canales de Patagonia

Miércoles 9 de enero

En los archipiélagos de Patagonia, es de inocentes creerse las previsiones meteorológicas a pies juntilla. La ventana meteorológica anunciada el día antes se cierra apenas abrirse. Sin embargo, hasta el momento, hemos superado todas las trampas a los viajeros. Una transición express del resto del equipo, que había llegado esa misma mañana, un pasaje por la policía de inmigración y aduanas sin problemas y, sobre todo, ¡no se ha perdido ni retrasado ninguna maleta!

Pero, pronto, nuestro gozo en un pozo. Al facturar el vuelo hacia Punta Arenas, cuatro miembros del equipo se quedan en tierra por culpa de un overbooking bestial del vuelo de Lan Chile. Los pronósticos son poco halagüeños… se nos habla de un vuelo al día siguiente. Los primeros que llegan a Punta Arenas sacan provecho al bus privado que los esperaba, van al contenedor para cargar algunos metros cúbicos de víveres que no cabían en el bus de la mañana; luego, regresan al aeropuerto, dispuestos a esperar un largo rato. Pero Bernard ha logrado que subiera a los «sobrevendidos» en un vuelo posterior ese mismo día.

Al equipo reunido al completo no le quedan más que 250km de pampa, entre el Estrecho de Magallanes y el seno Última Esperanza… Pero de esta carretera que transcurre casi en línea recta entre arbustos aborregados, rodeados por cercos de acero con púas, que tan pronto bordea bosques de nothofagus centenarios, atormentados por el viento, como rodea lagunas salpicadas de rosados flamencos, nuestros compañeros no verán nada, transportados por el bus en medio de la oscura noche, hechos ovillos en los asientos intentando recuperarse del largo viaje non-stop.

A las 4 de la mañana, llegan al puerto pesquero de Puerto Natales. El puerto está cerrado por mal tiempo. En él se hacinan las lanchas de pesca artesanal, que tienen prohibido salir a faenar. Los barcos, amarrados los unos a los otros, semejan un tapiz flotante que oscila lentamente a la merced de los remolinos de viento. A nuestras embarcaciones se llega siguiendo una estrecha pasarela de maderas mal dispuestas y atravesando cuatro embarcaciones por las que hay que escalar por las barandas para llegar a la Valparaíso, luego a la Don Arturo y, finalmente, a la Rosita. La última prueba antes del esperado zarpe, pensamos. Todos caen rendidos para descansar por unas horas...

Jueves 10 de enero

Las banderas chilenas y de la región de Magallanes ondean sobre el Don Arturo.

Bernard y Natalia esperan poder convencer a las autoridades portuarias de Puerto Natales para que nos autoricen el zarpe. Pero, antes siquiera que echen mano de su principal argumento, a saber, que la navegación sería en convoy, el capitán de puerto los interrumpe: “¡Conozco sus expediciones! Estuve en la presentación que Natalia hizo en Natales...” Lo que procede es escribir una carta indicando los movimientos de barco y los destinos para que les den luz verde. A las 14h se nos permite el zarpe. ¡Bingo!

Todo encuentran un rincón, algo nada trivial en los espacios reducidos de los barcos de pesca, que no están realmente adaptados a la vida de una expedición científica. Hay que negociar duramente por cada bulto; lo que no es estrictamente indispensable se amontona en el fondo de la bodega. Los del equipo de cine ponen caras largas...

Finalmente, a primera hora de la tarde, soltamos amarras. La mar está picada; el viento sopla con rabia. Pero conocemos nuestros barcos. Nos acompañaron ya en 2016 y 2017 para entrar al Barros Luco.

Últimas consignas dadas por Bernard Tourte ante los miembros de la expedición, antes de que se repartan los equipos en las embarcaciones.
Eduardo Antigual, capitán de la Don Arturo.

Ni siquiera perdemos de vista Puerto Natales cuando a bordo de la Don Arturo se empieza a oír un extraña alarma en el puente de mando a la que le sigue la infaltable parada de motor tras un intento de arranque. Lluvia de suposiciones a bordo. Se habla de problemas en el sistema de refrigeración. Pero, luego, parece que es la caja de cambio la que no enfría. La Don Arturo hace puerto en una pequeña bahía llamada Puerto Riquelme. El mecánico cree poder repararla. Los otros dos barcos han seguido avanzando cuando el Don Arturo decide regresar a Puerto Natales.

Pero los males no vienen solos... esto es un no parar...

Por teléfono satelital sabemos que la Valparaíso presenta averías casi idénticas, que Florian intenta reparar. Golpe de suerte... Ahora es el grupo electrógeno el que no funciona... El barco ha pasado el Kirke y busca refugio en una caleta con la Rosita, donde se acuerda que el Don Arturo les lleve los recambios.

Viernes 11 de enero

El armador ha enviado la camioneta de noche a buscar una pieza de recambio a Punta Arenas. A las 9h de la mañana llega la noticia: la pieza tiene que ser enviada desde Santiago...

Durante la tarde, mientras que navega con la Rosita por el canal Inocentes, la Valparaíso vuelve a presentar problemas de calentamiento, lo que la obliga de nuevo a detenerse. Bernard decide continuar con la Rosita para no retrasar más la instalación de la estación científica en isla Tarlton, situada al lado de Guarello. Los pilotos se turnan sin parar.

Por la noche, parece que la situación de la Valparaíso mejora. Florian, mecánico de formación, ha conseguido hacer un arreglo en la caja de cambio, que patina con el esfuerzo… Lentamente, la embarcación llega a isla Topar, situada en la embocadura del canal Trinidad, que baña por el norte Madre de Dios. Allí se juntará con la Don Arturo, que lleva a bordo las piezas de recambio para poder entrar en el Barros Luco de forma segura…

La pieza de recambio llega a Puerto Natales a las 23h. La tripulación se pone manos a la obra junto al mecánico y al armador. A las 3:30h, tras varios intentos marcha adelante, marcha atrás la embarcación vuelve a estar operacional. Una vez realizada la recarga de combustible, el Don Arturo emprende la marcha el 12 de enero, con dos días de retraso...

El seno Última Esperanza tiene la particularidad de estar unido al mar por dos estrechos pasos. Uno de ellos se llama Kirke. Solo se puede pasar con estoba. Justo antes, hay una amplia extensión que suele recibir violentos y fríos vientos. Sacudida, zarandeada, la Don Arturo choca con las olas. Pero sigue avanzando. Todos buscan un lugar o bien se estiran en los camarotes. Por la noche, la embarcación atraca en una pequeña y adorable bahía para pasar una noche en pleno silencio.

Glaciares y arco iris…

Por su lado, la Rosita llega al puerto de Guarello a las 11:30h, no sin haber sufrido algunos problemas ya que el motor no resiste el ralentí. Eso dificulta las maniobras de arribo. Se da inicio a una nueva sesión de mecánica.

En la base, IMOPAC nos vuelve a acoger con gran hospitalidad: cena, alojamiento, asistencia técnica… todo lo necesario. Pero no llegamos con las manos vacías. Esta vez, somos nosotros los que aprovisionamos la mina de Guarello con productos frescos y piezas de recambio, dado que la última rotación del mineralero se remonta a hace un mes.

Tan pronto ponemos pie en tierra, se lanza la ruidosa operación: Clément se dedica del llenado de las botellas de buceo, Bernard se dedica a las relaciones públicas y al montaje de las zodiacs, el equipo de cine realiza sus preparativos y los científicos se sumergen en sus problemas… No hay tiempo que perder. Para no perder la ventana de buen tiempo, no es posible quedarse dos días en Guarello. Palabra del jefe: no más de media hora.

Domingo 13 de enero

Son las 14h cuando la Don Arturo y la Valparaíso se encuentran en una caleta de isla Topar. Hace un día espectacular y corre una fría brisa. Cuando el sol brilla en los canales, uno tiene la impresión de estar en otro rincón del planeta.

Intercambio de noticias y material de una lancha a la otra en medio de risas. Nos contamos las últimas peripecias. Pero no hay tiempo que perder. La Valparaíso, tras varias reparaciones de fortuna (dado que las que han traído no son las correctas), remontará el canal Trinidad para refugiarse en el seno Worsley, último puerto natural antes de llegar al océano Pacífico. Al igual que hicimos en 2017, les resultará más sencillo escapar si hace buen tiempo, el lunes o el martes, para llegar al Barros Luco e iniciar, finalmente, su misión: la puesta en marcha y ampliación de la base científica de Centre Terre. Laurence, Sébastien, Sylvain, Florian, Jean-Marc, Jean-Philippe, Georges, estos compañeros del deber, tienen trabajo para rato...

Re-encuentro con la Valparaíso.
¡Adiós! La Valparaíso intentará suerte en el Barros Luco.

A la Don Arturo le queda un largo camino por delante. Unas diez horas rumbo norte la separan de Puerto Edén, donde reside parte de la Comunidad Kawésqar. El lunes por la mañana, se embarcará en ella Aliro Vargas, uno de los guardaparques del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, quien acompañará al equipo del glaciar durante su estadía en el seno Iceberg...

En Guarello, la Rosita leva el ancla a las 9h. Stéphane dirige un equipo que va a instalar una estación científica en Tarlton, la isla vecina. Registrará durante dos meses los datos meteorológicos y la velocidad de erosión de la caliza y las acanaladuras.

Las acanaladuras gigantes del seno Azul.

Cyrielle, bióloga marina, se sumerge dos veces en los arrecifes de coral de los fiordos colindantes con Clément, bajo la atenta cámara de Yannick.

Inmersiones en los senos Copihue y Azul.
Cyriello, nuestra bióloga marina, se prepara para la inmersión en los arrecifes coralinos de los senos Copihue y Azul, cerca de Guarello.
Yannick Dumas en acción.

A 12:30h, Bernard establece contacto con los otros dos equipos. La Don Arturo está a una hora del contacto con la Valparaíso, que tiene que estar operativa lo más rápido posible para no perder la ventana de buen tiempo que se presenta desde hoy hasta el miércoles.

Mañana lunes 14 de enero, será el gran día para los equipos de Madre de Dios. Por el norte, la Valparaíso entrará, finalmente, al seno Barros Luco. En Guarello, se programan nuevas inmersiones y grabación de tomas de las formaciones kársticas, mientras que un equipo ligero emprende el camino a pie desde el seno Soplador hacia el Campamento II de 2010, donde hay una gran concentración de comentas y champiñones de roca que serán instrumentadas. Desde ahí, este equipo continuará a pie su transecto de la isla Madre de Dios y se juntará con el equipo del campamento base del Barros Luco. Una agenda bien apretada…

Los comentas de roca de Tarlton serán objeto de un estudio detallado.
Laurent instala la base sobre la que a partir de ahora habrá un anemómetro de precisión durante los dos meses de expedición.

Crónica del 19 de enero

14 de enero. La expedición Última Patagonia 2019 está dividida en tres equipos: uno, que va a Guarello a bordo de la Rosita; otro que va en dirección norte hacia los glaciares, a bordo de la Don Arturo; y la tercera, que parte en dirección del Barros Luco, a bordo de la Valparaíso.

Para el equipo de Guarello es el último día en el sector de Madre de Dios. La ventana meteorológica se mantiene dos días más. Bernard Tourte quiere llegar lo antes posible al Barros Luco y volver a salir para juntarse con el equipo glaciar. Por ello, el equipo de cine tiene que darse prisa. La jornada se dedica a rodar las secuencias sobre las acanaladuras de erosión y las muescas marinas. Una de las inmersiones se dedica a estas acanaladuras, que se prolongan bajo el nivel del mar, lo que da fe de su antigüedad y de que se formaron antes de que subiera el nivel del mar. Cyrielle y Stéphane, asistidos por Clément y filmados por Yannick, realizan esta bella inmersión en las acanaladuras del seno Azul.

En paralelo, el equipo de la Valparaíso consigue llegar al Barros Luco. Hace 4 días que han salido de Puerto Natales y, finalmente, regresan al campamento base del que hace dos años nos habíamos ido. Han desaparecido los vidrios de las ventanas, el cobre, el lavaplatos, el plato de ducha; han robado incluso las planchas de madera que habíamos dejado… Quizás hayan sido los pescadores que han estado por la zona. Pero la estructura está intacta. El tejado y las paredes están en buen estado y no ha entrado agua a la cabaña. Inmediatamente, tal y como lo habíamos planificado, Georges empieza con la desinfección rociando toda la estructura con agua y cloro, procedimiento obligado para evitar el riesgo asociado al virus hanta, posiblemente presente en la zona de los archipiélagos de Patagonia.

15 de enero. Tran un desayuno rápido en la mina de Guarello, antes incluso de que los mineros se hayan levantado, nos ponemos en marcha, ya que nos espera una larga jornada. Formamos dos equipos: uno acometerá la primera travesía sur-norte de la isla; el otro se dirigirá directamente al Barros Luco. Para el equipo «travesía», los cuatros días que quedan por delante serán parte de una aventura extraordinaria e inolvidable.

Charlotte, la joven científica de equipo, acompañada por Laurent y de Stéphane, inician esa misma mañana el periplo al fondo del seno Soplador. Los acompaña Bertrand, cámara, montañista y deportista que los seguirá y filmará todo el periplo. El objetivo es alcanzar el Campamento II al cual se había llegado durante la expedición de 2010. Fue entonces cuando se descubrieron los increíbles campos de cometas y los espectaculares champiñones de roca. En 10 horas de progresión, cargados con mucho material, alcanzan el objetivo. ¡Qué espectáculo!

La travesía de la isla Madre de Dios, de sur a norte, transcurre por espectaculares paisajes: los maravillosos lapiaces de Madre de Dios.
La travesía de la isla Madre de Dios, de sur a norte, transcurre por espectaculares paisajes: los maravillosos lapiaces de Madre de Dios.
La travesía de la isla Madre de Dios, de sur a norte, transcurre por espectaculares paisajes: los maravillosos lapiaces de Madre de Dios.
La travesía de la isla Madre de Dios, de sur a norte, transcurre por espectaculares paisajes: los maravillosos lapiaces de Madre de Dios.
La travesía de la isla Madre de Dios, de sur a norte, transcurre por espectaculares paisajes: los maravillosos lapiaces de Madre de Dios.

Al día siguiente, aprovechando el magnífico tiempo, recorren el lapiaz, documentan todos los campos de champiñones y realizan mediciones morfométricas sobre los champiñones, principalmente, mediante un levantamiento fotogramétrico 3D. Estos levantamientos son un excelente complemento para completar la experimentación instalada en la isla Tarlton hace unos días.

Stéphane, Laurent y Charlotte efectúan los levantamientos 3D de los increíbles champiñones de roca de Madre de Dios. Se trata de bloques de roca más resistentes a la erosión que se encuentran suspendidos en un pedestal tras la disolución de la caliza sobre la que se encuentran.
Charlotte está subida sobre el mayor champiñón de Madre de Dios. Lo bautizamos: the King.

Finalmente, alcanzan el Barros Luco en 8 horas de dura progresión por un sector que no había sido recorrido y, tras 4 días, el 18 de enero, empapados y exhaustos, aunque contentos, los viene a buscar equipo del Barros Luco.

Esta travesía y estudio de los champiñones de Madre de Dios será uno de los momentos álgidos de la expedición.

En cuanto al equipo que se ha quedado a bordo de la Rosita, se reúne con el equipo del Barros Luco a partir del 15 de enero a mediodía. Una vez alcanzado el campamento base, descargan por completo los dos barcos, la Rosita y la Valparaíso. Al día siguiente, las dos lanchas parten de nuevo. La Rosita, con Bernard a bordo, se va rumbo norte, hacia los glaciares. Florian y Laurence se van con esa embarcación y dejan a Clément en el campamento base. El equipo del Barros Luco trabajará sin tregua los siguientes días. En 4 jornadas instalan la tirolina de cable, que permite remontar las toneladas de material hasta el campamento base, reparan los vidrios que Bernard ha hecho cortar en la mina de Guarello y reemplazan el lavaplatos, que también nos ha regalado la mina. Dejan instalada la electricidad, la bomba de agua y el lujo de los lujos: el calefón y la ducha. Son un equipo reducido, al mando de Sylvain, pero se ponen en acción y no paran hasta que la base queda operativa lo antes posible y en unas condiciones de seguridad y confort óptimas. Sébastien repara las plataformas para las carpas, Jean-Phi trabaja con los motores, Georges y Jean Marc cargan la tirolina… Es un equipo sólido y motivado.

En la base del Barros Luco, el equipo trabaja. La tirolina de cable permite remontar las pesadas cargas desde los barcos (la Rosita y la Valparaíso) hasta el nivel de la cabaña.
En la base del Barros Luco, el equipo trabaja. La tirolina de cable permite remontar las pesadas cargas desde los barcos (la Rosita y la Valparaíso) hasta el nivel de la cabaña.
En la base del Barros Luco, el equipo trabaja. La tirolina de cable permite remontar las pesadas cargas desde los barcos (la Rosita y la Valparaíso) hasta el nivel de la cabaña.

Por la mañana del 19 de enero, tras recuperar al equipo de la travesía, la base de Centre Terre la habita un grupo de 10 personas. Hace mal tiempo y parece que va a empeorar, pero la moral está alta y el equipo, en forma. Todos esperamos poder proseguir la exploración de los karsts de Patagonia.

Crónica del 20 de enero

¡Por fin un poco de acción!

Lunes 14 de enero

Poco después de medianoche, el Don Arturo hace un alto en Puerto Edén. A bordo sube Aliro Vargas, un fornido joven de dulce rostro que nos acompañará durante nuestra estadía en el glaciar junto a su bote rígido, el Témpanos, que amarramos a la embarcación para llevarlo al arrastre. Conversando, le cuenta a Natalia que está casado con la hija de María Isabel, hija, a su vez, de Gabriela Paterito, pertenecientes a la Comunidad Kawésqar residente en Puerto Edén. La familia al completo… Aliro es guardaparques de CONAF en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins. Nos espera en Puerto Edén con una estufa de leña, una botella de gas licuado y un bidón de 200 litros de combustible para el equipo glaciar. Una vez se carga el material, el equipo reemprende la navegación hacia el glaciar Témpanos.

A poco de embocar el canal Messier, el color del agua, de un intenso verde esmeralda, delata su origen. En esta zona de Magallanes, al norte de Puerto Edén, los canales patagónicos se alimentan de las aguas de deshielo de Campos de Hielo Sur, la mayor extensión de hielo continental junto a la Antártica y Groenlandia. Se extiende de norte a sur siguiendo la Cordillera de los Andes. Sus lenguas de hielo se vierten tanto al este, del lado argentino, como al oeste, del lado chileno.

El Don Arturo vira a babor, remontando estas verdes aguas hacia su lugar de nacimiento. En este momento aparecen los delfines, que se acercan curiosos al barco haciendo alegres cabriolas. Los griegos los llamaron delphi, que significa «espíritu». Y es que es difícil imaginar otro animal marino más parecido al ser humano, curioso y divertido por nuestra presencia.

Los delfines nos acompañan en el seno Iceberg.

Hacia las 14 horas, Natalia, quien coordina la epopeya glaciar, da las últimas indicaciones para organizar el desembarque. A los navegantes no les queda más que el último viraje antes de vislumbrar la gran pared glaciar del Témpano, que cierra el fiordo con su formidable masa blanca ribeteada de azul intenso. A medida que avanza la navegación, el equipo sale a cubierta a pesar de la fría brisa para disfrutar del espectáculo de glaciar y delfines.

Vista de frente del glaciar.

Una hora más tarde, el Don Arturo se detiene frente una gran casa. Es uno de los refugios de la CONAF, la Corporación Nacional Forestal, que administra los parques nacionales de Chile como en el que nos encontramos, el Parque Nacional Bernardo O’Higgins.

El Don Arturo acaba de arribar a la guardería de la CONAF, instalada frente al glaciar Témpanos, al otro lado del seno Iceberg.

En cubierta, Laurent se desnuda y se pone un traje desechable blanco y una máscara respiratoria. Loïc sella los bordes con cinta adhesiva. Laurent se prepara para una delicada operación. Y es que en Patagonia un tipo de roedor, el ratón colilarga, es portador del virus hanta, que transmite una infección que puede llegar a ser mortal. El virus se propaga en lugares cerrados y habitados por el hombre, ya que suele haber comida. Por ello es necesario ventilar y, luego, rociar el lugar con cloro diluido en agua y hacer una limpieza a fondo.

Dos horas más tarde, tras vaciar la bodega del Don Arturo y amontonar bultos y cajas de todo tipo alrededor de la casa, Denis, Mowgli, Lionel, Aliro, Luc y Natalia inician su misión: limpiar y dejar la casa habitable instalando el grupo electrógeno, el gas para tener agua caliente para ducharse, una cocina, la estufa de leña y agua corriente… Una vez más, el trabajo en equipo surte efecto. Esa noche dormiremos aun en el barco. La casa queda operativa, aunque de manera provisoria. Se trata de una gran casa elevada del suelo, con dos amplios espacios, cuatro habitaciones y dos baños. Un insólito lujo con una vista de 4 estrellas del seno y el frente glaciar, que CONAF ha puesto a disposición del equipo. Desde el primer momento hay que acostumbrarse a unos estruendosos crujidos que perturban la quietud del seno. Es la enorme presión a la que está sometido el glaciar que, una vez llega al mar, libera regularmente grandes bloques, algunos tan grandes como edificios. Tras un trayecto terrestre de algunos kilómetros que ha podido durar decenas de años, el hielo vuelve a su elemento original: el mar.

Al día siguiente, los primeros equipos acometerán la exploración del glaciar tanto de la superficie como del interior del glaciar. Somos espeleólogos; soñamos con seguir el camino de las aguas a través del hielo. Las aguas de deshielo o de lluvia excavan pozos, cuevas, fisuras, galerías inundadas por el agua, al igual que ocurre en la caliza.

Martes 15 de enero

La exploración subglacial, nuevo terreno de juego para Centre Terre, la completa un equipo de glaciólogos de la Universidad Austral de Chile y de la Universidad de Hokkaido, Japón. El glaciar que exploramos se llama Témpanos por los pequeños icebergs que se deprenden. A diferencia de otros glaciares más conocidos del Gran Hielo Patagónico, éste no ha sido objeto de estudio ni de exploración. Nos encontramos en un terreno virgen.

Otra particularidad de este glaciar es que se desliza hacia el noroeste y se separa en dos ramas: una que cae al mar y otra que se dirige hacia el norte y da a un lago. Por ello, las zonas de exploración se dividen en dos: la zona norte y la zona sur (ver el mapa).

Mapa de las operaciones.

Los glaciólogos, Marius Schaefer, Masahiro Minowa y Shuntaro Hata tienen un calendario bien apretado. Uno de sus objetivos es instalar balizas equipadas con GPS en el glaciar para medir la velocidad de desplazamiento. Cuanto antes queden instaladas, mayor será el rango de tiempo de medición, considerando que en 12 días regresaremos a Puerto Edén. Esta instalación se hará en la zona sur, filmada por la cámara de Luc y con la ayuda de Stéphane. Necesitarán más de diez horas de marcha de ida y vuelta. El punto de desembarque sur permite acceder a un antiguo valle glaciar que hay que remontar por más de una hora, para luego seguir subiendo hacia un collado repleto de grandes bloques de roca recubiertos de musgo. Marius lleva una mochila cargada de baterías, Masahiro carga con un petate del que sobresale una esterilla de dos metros, mientras que Shuntaro lidia con una especie de bidón con asas, sobre el que lleva unos tubos de PVC naranja de un metro y medio… algo nada práctico en este terreno agreste, repleto de trampas escondidas y de arbustos con púas como único punto al que asirse. Una vez llegados al collado, los espera una vista fenomenal: a los pies, “fluye” el glaciar que parece inaccesible. Una profunda zanja separa el granito del hielo. Más allá, se aprecia una inmensidad que, automáticamente, recuerda los lapiaces de Madre de Dios: el hielo es compacto, ligeramente hundido; las aguas de superficie excavan una ramificación de pequeños cañones en forma de meandro. Si a esto se le suma el color del hielo, ensombrecido por una acumulación de varvas glaciares y detritos volcánicos, el parecido es sorprendente. Pero 100 metros más allá es el apocalipsis. Una serie de fallas perpendiculares al glaciar, producidas por la ruptura súbita de la pendiente, hacen imposible la progresión. Este caos de penitentes impide cualquier avance. Ante tal espectáculo, los glaciólogos instalan su primer instrumento: una cámara de fotos protegida por una carcasa estanca que tomará fotos cada hora. Este time-lapse dará una imagen animada espectacular… El glaciar se mueve, aunque a una velocidad imperceptible al ojo humano.

Ascenso al primer collado, Stéphane y Shuntaro con su extraña carga.

Resiguiendo el borde sur del glaciar, siguen avanzando por un kilómetro sobre rocas redondeadas, muy resbalosas. En este punto, el acceso al glaciar parece más sencillo. Los glaciólogos instalan un primer GPS de alta precisión, alimentado por un panel solar. Será el GPS de referencia para corregir las variaciones de la señal satelital. Durante este tiempo, Stéphane ha encontrado el paso hacia el glaciar. Se ponen los crampones y se lanzan en dos cordadas hacia el centro del glaciar, donde instalan el GPS que medirá el desplazamiento de los hielos. Es tarde cuando llegan al lugar ideal. El bidón con asas entra en acción: se trata de una especie de calentador de agua que se calienta con una cocinilla. El vapor, guiado por un tubo de 15 metros de largo, sale por una embocadura metálica que, con el calor, perforará un agujero vertical en el hielo. El primer agujero sirve para instalar la esterilla de dos metros sobre la que se instala el GPS, alimentado también por un panel solar. ¡Estiman que la velocidad de desplazamiento puede alcanzar los 1.000 metros al año!

Masahiro progresa sobre las rocas aborregadas sobre el glaciar. Lleva un instrumento y un panel solar que le permitirán instalar un GPS de precisión para medir la velocidad del glaciar.

La segunda manipulación es más complicada de realizar. Consiste en instalar en el hielo de 15 metros de tubo de PVC naranja, unidos por cordinos los unos a los otros, sobre los que hay marcadas cotas de nivel cada diez centímetros. Este punto de referencia, que se va a trasladar con el glaciar, formará parte del seguimiento del glaciar durante varios meses que realizará un equipo de la Universidad Austral de Chile para medir la velocidad de fusión de la superficie del glaciar. Los 15 metros no son una medida fortuita, sino que obedecen a la estimación de Marius, que cree que corresponde al grosor de hielo que se derrite en un año. El equipo regresa muy tarde. Llega al embarcadero a las 22:30h

Marius (de cara) y Masahiro (de espaldas) instalan el captor GPS instalado en lo alto de un instrumento de 2 m introducido en el hielo. A la derecha, Shuntaro empieza a clavar un tubo de hielo con vapor de agua.

En Guarello, todo son prisas por culpa del clima

El 14 de enero, en Guarello, Gilles, Christian, Yanick, Cyrielle, Bertrand, Richard, Laurent, Stéphane, Charlotte, Clément y Bernard están en pie de guerra desde las 6h de la mañana para un copioso desayuno, el último en la mina. Desde la noche anterior, un temporal incesante se cierne sobre la bahía de Guarello, algo totalmente desmotivante para Stéphane, Charlotte, Laurent y Bertrand, que deben iniciar una traversía de norte a sur de la isla Madre de Dios hacia el Campamento II, uno de los hitos de Madre de Dios, donde estudiarán en detalle los más bellos campos de cometas y champiñones deroca de la isla.

El equipo de la travesía llega al Campamento II e instala su campamento.
El Campamento II se sitúa no muy lejos de la cara Pacífico de la isla, rodeada de idílicas y engañosas playas.
Llegando al Campamento II.
Estudio del sector de cometas y de champiñones de rocas a vista de dron.
Estudio del sector de champiñones de roca del Campamento II.
El Campamento II y su vista sobre el Pacífico.

Desde hace dos días, debido al retraso en el avance de las embarcaciones, Bernard ha tenido que revisar la planificación general. En lugar de dirigirse directamente al seno Egg y llegar al Barros Luco por el llamado “Paso del Indio”, ahora se plantea llegar directamente a la cabaña navegando por el frente del Pacífico, aprovechando una ventana meteorológica que se abre. Hay que acelerar la descarga de la Valparaíso, que llegó el día anterior al campamento base, para evitar que se quede bloqueada como mínimo una semana en el fiordo a causa de un temporal que se avecina…

La navegación por el Pacífico se anuncia movida, con una ola de más de 2,80 m prevista en el sector. A las 6:45h, el motor de la Rosita ronronea en la bahía de Guarello y, 30 minutos después, cuando los empleados de la base minera empiezan a desayunar, se largan amarras.

Algunos minutos más tarde, la Rosita se abre camino por el estrecho paso del canal Copihue, orientado de cara al viento y donde suelen producirse corrientes violentas, lo que no ayuda al motor, que va a toda potencia. Más adelante se vira al norte hacia el seno Soplador, donde instalamos nuestra primera base flotante en 2000. A 7:45h, la proa de la Rosita toca el extremo del seno Soplador. Como por arte de magia, la lluvia se detiene. Es un buen augurio para el equipo de travesía, que inicia una marcha de 10 horas sin parar hasta el famoso Campamento II.

Apenas desembarcar, la Rosita leva anclas de nuevo; esta vez, dirección al Barros Luco por el Pacífico. Son seis horas de navegación con una ola de tres cuartos, que no da respiro al capitán, quien negocia cada vez el paso de cada ola. Algunas alcanzan los 5 o 6 metros… Gilles está en su lugar favorito, escondido en el fondo de la bodega; Richard, empapado, mantiene el equilibrio en cubierta para no perder de vista el horizonte; Yanick y Cyrielle se quedan estirados en sus camarotes, mientras que Christian, Clément y Bernard se quedan vigilando el avance de la travesía en la tortuga o en el puente de mando. No hay duda que esta memorable travesía quedará grabada en sus memorias, incluso en la de José, el capitán, y su tripulante a bordo, quiene, una vez arribado al refugio del Barros Luco, le confiarán a Bernard que el periplo había sido bien movido…

La travesía de Guarello hacia la entrada del Barros Luco ha sido bien movida.
El capitán, concentrado en el puesto de mando. Las olas alcanzan los 2,80 m.
Richard, en cubierta, lucha contra el mareo intentando no perder de vista el horizonte…
Clément y el capitá de la Rosita en la cabina del piloto.

13:20h, la Rosita tira el ancla en la bahía frente a la cabaña, para gran alivio de Jean-Marc, Laurence, Florian, Jean-Philippe, Georges, Sébastien y Sylvain que llevan dos días trabajando duramente descargando la Valparaíso y poniendo en marcha el campamento base.

A las 22:30h respiran aliviado. Por fin, las bodegas de la Valparaíso y la Rosita están vacías de todas nuestras pertenencias. Se acuerda el zarpe para las 7h del día siguiente para poder aprovechar la pequeña ventana de buen tiempo que todavía permite presagiar la salida del Barros Luco. En ese tiempo, Bernard se comunica por teléfono con Natalia, en el glaicar Témpanos. Todos son buenas noticias desde este campamento, ya bien instalado. El equipo está completamente consagrado a la prospección y a los trabajos científicos en esta zona. Se instruye al Don Arturo, amarrado frente al glaciar, que se reúna con la Rosita y la Valparaiso a las 20h del día siguiente en el canal Trinidad; estos últimos barcos deben regresar imperativamente a Puerto Natales. El Don Arturo sera el que suba al resto del equipo (Gilles, Christian, Yanick, Cyrielle, Richard, Bernard, así como a Florian y Laurence) al campamento del glaciar. Clément se queda en el campamento del Barros Luco para echar una mano al equipo de construcción.

La Rosita y la Valparaíso en proceso de descarga. Un trabajo titánico.
La carpa está lista para almacenar las cajas de víveres para la expedición.
La zona de izado permite subir cargas pesadas mediante una tirolina de cable de acero de 100 metros.

Miércoles 16 de enero

Del lado del Barros Luco, la Rosita y la Valparaíso, franquean a las 8:30h el cabo del Pacífico que permite acceder al canal Trinidad. Gracias al tiempo ganado, Bernard decide que las dos embarcaciones deben dirigirse al seno Egg para abrir el Paso del Indio. La operación para verificar la factibilidad de este punto de acceso, primordial para asegurar los siguientes movimientos del grupo sin quedar a merced de la benevolencia del clima, se culmina con éxito al cabo de 6h. car on ne peut pas toujours compter sur la bonne volonté de la météo.

El Paso del Indio es una fina franja terrestre que separa el estero Egg del seno Barros Luco y que lo recorre un riachuelo que alimenta los dos lagos sucesivos. Los usaron los canoeros para llegar al Barros Luco arrastrando sus canoas, de lo que da fe un sendero abierto entre las piedras para unir los dos lagos.

La operación del día consiste en instalar dos pequeños botes neumáticos en cada lago para facilitar el paso del siguiente equipo. Se toman los puntos GPS y se reconoce el terreno hasta la playa que da al Brazo Lastarria, donde los grandes botes zodiacs Commando Bombard podrán embarcar al grupo para llevarlos hasta el campamento base.

Finalmente, se efectúa el contacto con el Don Arturo al tocar las 23h en la isla Topar, situada en la confluencia de los senos Concepción y Trinidad. El equipo debe liberar a la Rosita y a la Valparaíso, trasladando, una vez más, todo el equipaje. Una hora más tarde, el Don Arturo, con el equipo a bordo, toma rumbo norte hacia el glaciar Témpanos.

¡Por fin, la primera noche de reposo para el equipo!

Jueves 17 de enero, en el campamento Témpanos

Hoy, nuestro equipo de glaciólogos, acompañados por Arnauld y Natalia, suben por el lado sur para instalar un campamento avanzado en el lugar donde, el día anterior, Arnauld, Denis, Lionel y Natalia habían encontrado una gran cueva en el contacto del hielo con el granito. Al igual que en Madre de Dios, donde las cuevas se abren en el contacto de la arenisca impermeable con la caliza, los ríos de superficie que fluyen lateralmente hacia el glaciar crean cavidades. Aunque sean temporales, dado que el glaciar está en constante movimiento, el fenómeno se asemeja al proceso de formación de cuevas en la caliza. Desde este campamento avanzado, los glaciólogos chilenos intentarán medir, con un radar especial, el espesor del hielo de un lado y del otro de la lengua glaciar, que mide más de 3km.

Para regresar al campamento base, Arnauld y Natalia deciden seguir el borde del glaciar en el contacto con el granito, lo que les permite localizar una zona propicia para la formación de molinos… habrá que regresar…

Prospección en el glaciar Témpanos. La zona más cercana está cubierta de varvas glaciares, lo que le da el aspecto de lapiaz de caliza.
Un equipo que regresa hacia el campamento debe cruzar el río en crecida tras las lluvias del día.

Por el lado norte del glaciar, Stéphane y Sergio acompañan al dúo de buzos constituido por Laurent y Loïc, quienes han decidido bucear un mini lago glaciar suspendido en una falla del glaciar. Se trata de un extraño receptáculo glaciar donde alcanzan la profundidad de 11 metros.

Inmersión en un lago de superficie que se ha formado en una fractura glaciar. Descenso hasta -11 m y descubrimiento de algunos especímenes de “dragón de la Patagonia”.

Escala e Puerto Edén

A las 8:30h, el Don Arturo hace una escala de una hora en el embarcadero de la CONAF de Puerto Edén. Esta escala les permite bajar a tierra y pasar a saludar rápidamente a Gabriela Paterito y Raúl Edén, ambos miembros de la Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén. Los conocemos bien, ya que en 2008 los llevamos a Madre de Dios para mostrarles las pinturas rupestres que el equipo de Centre Terre había descubierto en 2006 en la Cueva del Pacífico, y que pensamos podrían atribuirse a los pueblos canoeros.

Una hora más tarde, el equipo de logística-cine-planificación retoma la navegación para juntarse, finalmente, a eso de las 18 horas, con el equipo glaciar.

Viernes 18 de enero

Hoy, en el glaciar, tres equipos descienden varios molinos localizados los días anteriores. La profundidad oscila entre los 6 y los 25 metros, sin permitir realmente penetrar muy profundo en el hielo. Esto se debe ya sea a pasos estrechos o a pasos con gran circulación de agua que drena por estos conductos. Por el momento, el molino de la «Fuga prometedora» es el más profundo, con unos cuarenta metros de desarrollo. Se exploran otras cuevas glaciares. Principalmente, se trata de emergencias subglaciales o de sumideros de contacto entre la roca y el glaciar, como la Cueva del Sueño Azul, que se abre en la base de una estética cascada que se alimenta de un lago superior. La cueva tiene una profundidad de 35 metros por 60 de desarrollo y presenta formas de erosión extraordinarias, circulación de agua interior, cúpulas de erosón, etc… algo que resulta familiar a los espeleólogos…

Progresión sobre el hielo. ¡Hay que usar crampones y piolet!
Instalación de un molino de hielo (pozo excavado por el agua en el hielo).
La boca de un molino de hielo.
Exploración de una fractura del glaciar.
Exploración de una cueva glaciar.
Prospección de molinos. La mayoría se cierran o bien los pozos son demasiado pequeños.
El descenso de un molino comunica con una profunda fractura.
Un molino corta una fractura del glaciar.
Sobre el glaciar, en el contacto con el granito redondeado por el hielo, se abren varias cavidades.
Los bédières (ríos de superficie) alimentan los molinos.
Exploración de un meandro entre dos pozos.

Al final de día, Natalia, quien dirige el equipo glaciar desde el zarpe de Puerto Natales, da cuenta de los avances a Bernard, que acaba de llegar al Témpanos acompañado de Gilles, Yanick, Cyrielle, Christian, Richard, Laurence y Florian. Por fin, el equipo glaciar se encuentra reunido al completo, en este magnífico terreno de juego del Témpanos. 21 especialistas de científicos, un guardaparques del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, espeleólogos, buzos y un equipo de filmación. Se cuentan con todos los ingredientes necesarios para gestionar del mejor modo los primeros descubrimientos: sumideros, pequeños molinos, bocas, que, aunque de momento no son de grandes dimensiones en término de profundidad y desarrollo, presentan, a pesar de todo y todos los casos, una fascinante belleza. Todos disfrutan.

Sábado 19 de enero

Richard Maire y Natalia ante el equipo de filmación. Luc, tras la cámara y Christian al sonido, bajo la atenta mirada de Gilles, el realizador.

Hoy hay cuatro equipos que salen a terreno : un equipo de buzos en búsqueda de corales y de vida submarina en la bahía que baña el glaciar ; otro equipo de filmación por la superficie del glaciar ; y otros dos que se dedican a prospectar y explorar cuevas subglaciares en los secotres sur y norte del Témpanos.

En la cueva Sueño Azul, la gran sala de acceso con sus cúpulas de hielo.
Progresión por un meandro glaciar.
En la cueva Sueño Azul, la plasticidad del hielo, cuya temperatura supera apenas los 0°C, provoca su desplazamiento interrumpido por las asperidades de las paredes de granito.
En la cueva Sueño Azul, bellas formaciones de hielo.
En la cueva Sueño Azul, el sumidero subglacial está excavado por un bello acceso.
En la cueva Sueño Azul, Richard observa los desplazamientos de las burbujas de agua entre la roca y la pared.

Por la noche, se planifica la siguiente jornada.

Domingo 20 de enero

Un desastre. Ha llovido toda la noche y la madrugada… Sigue lloviendo durante todo el día. El glaciar llega incluso a desaparecer del paisaje. En los valles laterales, los riachuelos se convierten en torrentes y, luego, en ríos salvajes. Todos se quedan en la cabaña. No se puede hacer mucho más. Se dedica el tiempo a tareas administrativas: actualización de la bitácora, clasificación de fotos, tratamiento de datos… Por la tarde, una luz inesperada ilumina el fiordo, el glaciar y la montañas circundantes, mientras que se instala una helada brisa. Mañana, mejorará el tiempo ?

A bordo de bote rígido de la CONAF, los glaciólogos observan desde cerca el fondo del glaciar, cuyos bloques caen continuamente al mar.

Crónica del 28 de enero

Operación Témpanos: misión cumplida

El glaciar Témpanos, nuevo terreno de juego para los espeleólogos y científicos de Centre Terre, ha captado toda nuestra atención durante 7 días. Es muy poco tiempo para poder comprender su funcionamiento, o bien explorar todos sus sumideros («molinos») de ríos de superficie (los «bédières») y cuevas subglaciales, pero queda claro que Centre Terre debería regresar para continuar esta interesante exploración del Gran Hielo Patagónico…

Esta semana termina a lo grande con el descubrimiento de un gran sistema subterráneo en el mismo frente glaciar. La ayuda y apoyo logístico de CONAF, administrador del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, han contribuido al éxito de este primer reconocimiento a tamaño real. El uso de la guardería del Témpanos, situada justo enfrente del glaciar, la presencia de Aliro Vargas, uno de los guardaparques y su conocimiento del terreno, su amabilidad y eficiencia, así como la ayuda de su bote rígido, han jugado un papel decisivo en este éxito.

Por numerosas razones, las circulaciones de agua en el interior de un glaciar se parecen a los fenómenos observados en nuestros “glaciares” de mármol de las islas Diego de Almagro y Madre de Dios, que llevamos explorando desde 1995. Se trata de las «convergencia de formas» que tanto gustan al Profesor. La diferencia fundamental es que el agua hace que el hielo se derrita aportando calorías al exterior, mientras que la caliza se diluye por la acción química de las aguas de lluvia acidificadas por el CO2. La primera crea fenómenos subterráneos fugaces, mientras que las cavidades formadas en la caliza son perennes.

Todos los días, ya fuese del lado sur como del lado norte del glaciar, los equipos han forzado el ritmo y las últimas jornadas han dado resultados espectaculares y prometedores.

17 de enero. ¡Vida en los «agujeros azules» del glaciar!

Laurent se prepara para sumergirse en el Lago Azul en la zona sur del glaciar Témpanos.
Inmersión en el lago asistido por Loïc.
Loïc buceando en el Lago Azul con su aparato respiratorio en circuito cerrado.
Captura de un «Dragón de la Patagonia” descubierto en el Lago Azul. Las marcas marrones son varvas atrapadas en el hielo.
Loïc observa las burbujas de aire y las varvas glaciares atrapadas en el hielo del Lago Azul.
Un dragón de la Patagonia flota en la superficie del agua del Lago Azul
Este insecto, Andiperla Willinki, es el único de la familia de los Plecópteros que tiene branquias, lo que le permite vivir en el agua y en el hielo.
Este insecto, Andiperla Willinki, es el único de la familia de los Plecópteros que tiene branquias, lo que le permite vivir en el agua y en el hielo.

Uno de los objetivos de nuestros tres espeleo-buzos, Mowgli, Laurent y Loïc, es bucear en los “agujeros azules”. Estos lagos superficiales, de un color azul casi irreal, se forman por el pinzamiento del fondo de las fallas del glaciar, lo que les proporciona estanqueidad. Los alimenta y desagua un bedière…

El 17 de enero, acompañados de Stéphane y de Serge, salen a la zona norte a explorar el Lago Azul, localizado el día anterior.

Laurent alcanza el fondo de la falla a una profundidad de 11 metros. El ancho máximo es de uno a dos metros, por 15 metros de largo. Observa burbujas de aire atrapadas en el hielo y acumulaciones de varvas glaciares y cenizas volcánicas.

Lo más sorprendente es encontrar animales vivos en estas aguas, que tienen una temperatura cercana a los 0 °C. Se trata del famoso Dragón de Patagonia. Este plecóptero (de uno a diez centímetros de largo), Andiperla Willinki, es la única especie del género Andiperla. Adaptado a condiciones extremas, puede respirar tanto en el aire como en el agua. A diferencia de las otras 600 variedades de plecópteros, conserva sus branquias anales juveniles en edad adulta para adaptarse a la vida dentro y sobre el glaciar. Durante los siguientes días encontraremos numerosos especímenes que filmaremos y fotografiaremos en detalle. Excepcional lección de adaptación de la vida a condiciones extremas.

El Sueño Azul o Mundo Ideal, una incursión en el hielo

La cueva del Mundo Ideal se sitúa en la margen del glaciar. Una cascada alimenta un río que excava esta cueva bajo el hielo.
Natalia y Lionel se adentran en la cueva del Mundo Ideal.
Este «huevo», que se parece a una explosión fija, es una burbuja de aire (altura ± 10 cm)

Esta salida también permite prospectar la zona. A poca distancia hay otro lago que queda bautizado como "Tic y Tac" y varios molinos que, desgraciadamente, son muy estrechos. Sin embargo, ven una espléndida cascada que cae en picado de la montaña situada en el flanco oeste del glaciar. En el punto donde las aguas se pierden al contacto con el glaciar, descubren una entrada de cueva de un azul cuya intensidad permite intuir su profundidad. La llamarán cueva del Mundo Ideal. En la base de un resalte rocoso, llegan a una gran sala. El techo presenta amplias cúpulas de hielo. Es el palacio de los mil y un hielos. Cada cúpula refleja sus luces que danzan la jiga.

En la base de la sala, por una estrechez, se accede a una segunda sala. El techo es bajo, pero también tiene marcadas amplias cúpulas. No es necesario encender la frontal. La azulada luz atraviesa el hielo translúcido. La luz del día, incluso con el cielo gris, penetra a más de 50 metros de profundidad al interior del glaciar.

¡Y sigue bajando! Se suceden pequeñas salas circulares. El suelo, repleto de bloques de granito inestables, presenta una pendiente constante por la que circula el agua de la cascada. Con todo, avanzan hasta llegar a un desarrollo de unos 60 metros por una profundidad que estiman a 20 metros.

18 de enero. Prospección sin demasiados resultados y cine

Rodaje del film. Laurent entrega a Richard el espécimen de Dragon de Patagonia.
Prospección sobre el glaciar. Un paisaje sorprendente…
Prospección sobre el glaciar. Un paisaje sorprendente…
Laurence y Arnauld exploran la zona sur del glaciar.
Arnauld desciende por una falla del glaciar.

El 18 de enero, Serge, Loïc y Stéphane vuelven a salir a prospectar a la zona norte bajo un cálido sol. La exploración de la primera franja de hielo (de 500 metros de ancho) no da resultados. La siguiente franja (de unos 100 metros) ofrece algunos molinos y, más allá, encuentran una extensión de hielo compacto. Los molinos observados no son penetrables. ¿Quizás haya que regresar a finales del verano austral? El molino más profundo explorado a la fecha se descendió el 15 de enero en el sector norte. Bautizado como "Salud", se trata de un pozo mojado con un caudal de 20 litros por segundo. A 20 metros de profundidad, el agua es absorbida por una estrechez impenetrable.

Estas circulaciones en el interior del hielo reaparecen en las cuevas subglaciales bajo la forma de pequeñas cascadas que brotan por las paredes. Estas observaciones permiten comprender que la masa del glaciar no es, para nada, compacta. Fisurado por fuertes presiones – que tanto comprimen como alargan el hielo- y cortado por los molinos en la superficie, el hielo pierde su masa a gran velocidad al acercarse al mar.

Exploración de un molino de hilo en la zona norte.
Lionel se prepara para instalar un desvío para evitar la cascada helada de este pozo de 12 metros en un molino glaciar.
Natalia y Lionel inyectan fluoresceína en el molino que acaban de explorar. Parece evidente que este potente colorante, que no supone peligro alguno para los organismos vivos, debiera salir al cabo de algunos minutos por la resurgencia de la parte inferior del glaciar… pero una hora más tarde no sale nada…

Marius nos explica que un glaciar está compuesto de tres partes: en altura se encuentra la zona de acumulación, donde los 20 metros de nieve anual se transforman en hielo; luego, está la larga zona de transferencia, de pendiente suave, donde no hay mucho deshielo; y finalmente, la inexorable caída hacia el mar, donde el glaciar pierde peso rápidamente, tanto en la superficie como en el interior. La enorme lengua de hielo se va deslizando hacia el final del valle. Gracias al trabajo de nuestros compañeros glaciólogos, hoy conocemos a qué velocidad: ¡80 centímetros al día! 300 metros al año…

Ese mismo día, el equipo de cine (que llegó el día anterior a bordo del Don Arturo) se pone manos a la obra con las secuencias del glaciar. Aliro lleva a Bernard, Natalia, Lionel, Richard, Gilles, Christian y Luc al desembarcadero norte del glaciar. Los personajes del film que Gilles ha escogido para las secuencias en el glaciar son el Profesor (Richard), Natalia y Lionel, en el papel de joven galán. Los seguiremos por los rincones del glaciar. Esta secuencia se rueda en la parte inferior del glaciar, en una zona que presenta una evidente similitud visual con los lapiaces de Madre de Dios.

18 de enero. En busca del coral perdido

Inmersión en el seno Iceberg en busca de corales. Cyrielle es asistida por Loïc para la seguridad.
Cyrielle resigue la base de la pared de granito por unos 25 metros de profundidad. La joven bióloga observa la rápida colonización de la vida animal en este seno que, hace mínimo 50 años, estaba ocupado por el glaciar Témpanos.
Una centolla.

Los buzos empezaron el 18 de enero una serie de inmersiones a la búsqueda de colonias de corales. Los buzos se encadenan entre 20 y 34 metros de profundidad. La sedimentación es relativamente importante en esta zona y, por ello, la vida marina es poco variada. El 19 de enero, Loïc y Mowgli se unen a los buzos anteriores en una nueva exploración de los fondos submarinos. Se decide intentar suerte en puntos de la isla Williams, pasado el canal Messier. Pero el canal está embravecido y el capitán del Don Arturo emprende el regreso. El Messier está orientado siguiendo el eje del viento dominante. Por ello, se pueden formar grandes olas rápidamente. Al regresar, Mowgli prueba suerte en una zona del Iceberg. Una suave pendiente fangosa lo lleva a una profundidad de -14 m, escasa en vida y diversidad. Está claro que no hay nada interesante.

Se acomete un reconocimiento del fondo marino a los pies mismos del glaciar Témpanos. Un descenso a -27 m parece que promete. El 20 de enero, regresan a esta nueva zona para realizar una nueva inmersión más larga y profunda. Los sedimentos vehiculizados en masa por el glaciar, como la «harina» y las varvas glaciares procedentes de la abrasión por el hielo de las rocas encastadas de granito, acaban depositándose en el seno. Cyrielle, nuestra joven bióloga, observa la presencia de una vida marina más rica allí donde hay una pared submarina que ha permitido la colonización de estos nuevos espacios liberados por el glaciar en retroceso. Pero, de los corales, ¡ni rastro!

Huemul muerto, huemul vivo

Un esqueleto de Huemul a los pies del glaciar.
Observación de un huemul hembra en un valle del seno Iceberg. Es una especie protegida y emblena de Chile, junto al cóndor. Como no se caza hace 20 años, el huemul ya no teme la presencia del hombre. Curiosidad mutua…
Observación de un huemul hembra en un valle del seno Iceberg. Es una especie protegida y emblena de Chile, junto al cóndor. Como no se caza hace 20 años, el huemul ya no teme la presencia del hombre. Curiosidad mutua…
Observación de un huemul hembra en un valle del seno Iceberg. Es una especie protegida y emblena de Chile, junto al cóndor. Como no se caza hace 20 años, el huemul ya no teme la presencia del hombre. Curiosidad mutua…
Aliro Vargas, guardaparques del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, conoce el terreno, la flora y la fauna a fondo.
Natalia se encuentra con un huemul macho con sus cuernos del lado del valle Castrascra.

Sobre el glaciar se rueda la segunda sesión de cine con Natalia, Lionel, Richard, Bernard, Luc, Gilles y Christian. Durante la marcha de aproximación, encontramos el esqueleto de un huemul. Bernard recordaba haberlo visto en abril durante el breve reconocimiento realizado en el sector. Cerca, encontraron las heces de un puma. Una historia de lo más usual: puma se come huemul… Lo más curioso es que los guardaparques nunca han visto un puma en este sector.

El huemul (Hippocamelus bisulcus) es un cérvido con un tamaña entre el de un corzo y un ciervo. Bajo protección desde hace décadas, la presencia del ser humano no lo llega a asustar y su zona de fuga se ha reducido considerablemente. Aliro, quien había observado uno cerca de la cascada, guía a Luc, que puede filmar un huemul hembra durante más de una hora a unos diez metros de distancia. Bello momento de encuentro pacífico…

El huemul es endémico de la Patagonia y se encuentra desde el paralelo 38 (región del Bio Bio) hasta la Tierra del Fuego. Su población había disminuido en 80%, situándola en la lista de animales en peligro de extinción.

Hace 20 años, en el valle situado frente al Témpanos, quedaba solamente una hembra. Se introdujo un macho. Bajo la vigilancia de los guardaparques, esta pareja ha tenido una bonita descendencia. En el recuento de julio de 2018, se contabilizaron 20 ejemplares. Al escuchar a Aliro, se adivina el legítimo orgullo que sienten los guardaparques por haber contribuido a salvar una especie considerada, junto al cóndor, «patrimonio nacional» de Chile.

Un campamento avanzado

En la zona norte, en la parte de los viejos hielos recubiertos de varvas y escorias volcánicas, Laurence escala un cono de hielo que concentra todas estas impurezas. El hielo está protegido por estas impurezas, que sobresalen de la superficie del glaciar, que se derrite.
El GPS situado en el hielo por los glaciólogos ha permitido medir, durante algunos días, la velocidad del glaciar. Se desplaza unos 80 cm al día, es decir, 300 metros al año.
Los glaciólogos instalan una sonda de ablación, introducida 15 metros en el glaciar. En algunos días, el tubo naranja indica un derretimiento superficial de 20 cm.
El campamento avanzado, instalando a 500m en la zona sur de cara a una cueva que se abre en el glaciar por un afluente que circula sobre el granito.
Marius pasa frente a la entrada de la cueva de hielo Esperanza, frente a su campamento.
El río del valle de los Huemules cae en el seno Iceberg por una cascada de 20 metros. En crecida, el viento hace remontar la espuma de la cascada.

17 de enero. Nuestros amigos glaciólogos Marius Schaefer, Masahiro Minowa y Shuntaro Hata habían decidido continuar con el estudio de la zona sur del glaciar. Dada la distancia es necesario instalar un campamento. Natalia y Arnaud van y vuelven el mismo día para ayudarlos a llevar el material de acampada. La tienda se instala en un idílico lugar al borde del glaciar, una bella pradera situada frente a una amplia cueva glaciar.

El programa científico prevé una experiencia original: medir, mediante un sistema de radar portátil, el espesor del hielo a través de la parte llana del glaciar.

Prevén quedarse hasta el 20 de enero, pero la fuerte lluvia del 19 de enero les obliga a un regreso anticipado. El pequeño torrente, que se suele pasar sin problemas, baja con furia y el agua llega hasta la cintura. Aliro va a buscarlos. Están empapados pero encantados. El campamento avanzado se deja montado. Se prevé realizar una prospección subglacial de la zona en cuanto el clima lo permita…

Tal y como se relató en la crónica del 20 de enero, reinan condiciones apocalípticas. Como el tiempo había sido excepcionalmente clemente hasta ese momento, se esperaban una jornada soleada. Pero llueve desde el día anterior. Es una lluvia fina, continua, alimentada por las masas de nubes negras que desfilan en las alturas. Todas las cascadas están en crecida y, en los lugares más insospechados, aparecen caídas de agua.

El periodo lluvioso ha inundado toda la cueva Esperanza.
Al final del día, la cueva Esperanza se vacía. El equipo puede explorar la cavidad rápidamente. El hielo cruje, retumba, y las aguas del sifón terminal se agitan. No hay que quedarse mucho tiempo.
Al final del día, la cueva Esperanza se vacía. El equipo puede explorar la cavidad rápidamente. El hielo cruje, retumba, y las aguas del sifón terminal se agitan. No hay que quedarse mucho tiempo.

El 21 de enero, Denis, Arnaud, Laurence y Florian salen a las 15h para pasar algunos días en el campamento avanzado. Tardan una hora en cruzar el torrente en crecida que fluye por el valle. Son las 20h cuando llegan al campamento avanzado y, a 10m de la tienda, descubren un lago en el lugar donde antes estaba la entrada de la cueva. Es decir, ¡unos 55 metros de entrada en carga! Duermen mientras cae la tormenta y, por la mañana, el lago empieza a descender. Un gran bloque de 20 metros de ancho se desprende de la entrada mientras desayunan y crea una mini corriente de marea.

Prospectan unos 2-3 km sobre el glaciar hacia el sur. Marcan los puntos GPS y exploran pequeñas cavidades en el hielo. Cuando llegan al campamento al atardecer, el lago se ha vaciado por completo, dejando al descubierto la cueva subglacial. Vía libre para explorar, pero los grandes estruendos indican que el glaciar está en movimiento, el hielo vibra y el sifón terminal muestras los reflujos del agua. Salen a toda prisa…

El 23 de enero se desmonta el campamento y regresan al refugio de CONAF sobre las 16h.

Un gran descubrimiento

Remontando una resurgencia que sale a los pies del glaciar, por encima del seno, Bernard y Stéphane descubren una amplia área con varias entradas. Lo llamarán el Complejo Témpanos.
Remontando una resurgencia que sale a los pies del glaciar, por encima del seno, Bernard y Stéphane descubren una amplia área con varias entradas. Lo llamarán el Complejo Témpanos.
Remontando una resurgencia que sale a los pies del glaciar, por encima del seno, Bernard y Stéphane descubren una amplia área con varias entradas. Lo llamarán el Complejo Témpanos.

El 22 de enero, mientras que el equipo de cine se dedica a explorar un molino glaciar, Bernard y Stéphane se dedican a hacer un reconocimiento de las resurgencias que brotan bajo el glaciar sobre el nivel del mar. Hay una que destaca por su tamaño y a la que acceden descendiendo un molino glaciar, situado sobre un lago subterráneo por el que circula un enorme caudal. Es evidente que se trata de un complejo sistema compuesto por varias entradas, sumideros, resurgencias y molinos…

Al día siguiente, Natalia, Lionel, Serge y Stéphane salen para proseguir con la exploración. Marcan varias entradas en GPS. El caudal es enorme, el hielo cruje por todas partes. No es el lugar ideal para quedarse mucho rato. El lugar es excepcional por los colores, volúmenes y formas. En una parte fósil, sin circulación de agua, pueden hacer espeleología, aunque algo particular: una amplia sala donde el suelo es de granito y el techo, de hielo. Remontando el lateral del glaciar, encuentran el molino: es un pozo circular de dos metros de diámetro y que da al techo de una gran sala. El suelo de la sala lo invade un furioso río. Este sistema del Complejo Témpanos es un resumen perfecto de los que podemos encontrar bajo el hielo de este glaciar. En total, se topografían 200 metros de conductos y es estima que queda el doble sin topografiar; se trata de la cavidad más larga y profunda explorada por la misión Témpanos 2019.

Al día siguiente, Natalia desciende un molino que comunica con el río subterráneo del Complejo Témpanos.
Se remonta una galería fósil por unos cien metros. Suelo de granito y techo de hielo. Es un paisaje subterráneo para los espeleólogos de Centre Terre. El sistema mide cerca de 500m, de los que 200 m han sido topografiados. Ya cuenta con cinco entradas.
Se remonta una galería fósil por unos cien metros. Suelo de granito y techo de hielo. Es un paisaje subterráneo para los espeleólogos de Centre Terre. El sistema mide cerca de 500m, de los que 200 m han sido topografiados. Ya cuenta con cinco entradas.

Puerto Edén, donde los Kawésqar

El 23 por la mañana se inicia el complejo movimiento de barco finamente orquestado por Natalia y Bernard. Como somos muchos, el Don Arturo debe realizar dos desplazamientos. Diez de nosotros embarcan a las 11h rumbo a Puerto Edén. A las 17h los reciben los guardaparques Héctor y Guillermo en la guardería de CONAF, mientras que la embarcación regresa al Témpanos a buscar al resto del equipo, que llegará a Puerto Edén el 24 por la mañana.

En este pequeño poblado, compuesto de casas pintadas de variopintos colores y situado a orillas de una pequeña bahía de la Isla Wellington, no hay vehículos, sino embarcaciones de pesca artesanal. El desplazamiento se realiza a pie por las pasarelas que bordean el mar.

Puerto Edén visto desde el aire. Una base marítima, un puesto de Carabineros, una escuela (12 alumnos), un albergue…
El «supermercado» de Puerto Edén vende a precio de oro algunos productos de primera necesidad. Los habitantes se aprovisionan a través de los ferries que llegan cada semana.
Puerto Edén es un poblado de pescadores chilotes con algunos pequeños talleres marítimos. Al fondo, la lancha de la Armada de Chile se acerca a Capitanía.
Algunos talleres navales permiten reparar las lanchas de los pescadores artesanales. Hay menos de 200 habitantes anuales.
Gabriela Paterito Caac, la anciana de la comunidad Kawesqar residente en Puerto Edén, conversa con nosotros durante un largo rato.
María Isabel, Bernard, Gabriela, Gilles y Raúl Edén al final de la entrevista. Al fondo, Yanick filma los detalles de la casa.
María Isabel exhibe la bandera de la comunidad Kawesqar de Puerto Edén, que lleva los símbolos retomados de las pinturas descubiertas por Centre Terre en 2006 en la Cueva del Pacífico.

En este lugar habita una parte de los últimos Nómadas del Mar, el pueblo Kawésqar. Tenemos una reunión con Gabriela Paterito, la anciana. La apasionante entrevista entre Bernard y Richard con Gabriela, Raúl Edén y su hija María Isabel dura dos horas. Esta memorable y emocionante secuencia, repleta de informaciones nuevas, es fruto de la relación especial que Centre Terre ha desarrollado con esta comunidad desde 2006. El descubrimiento de la Cueva del Pacífico y las pinturas rupestres, reavivaron el pasado de sus ancestros, a menudo descritos como patanes sin expresión artística.

Regalamos a Gabriela y Raúl una impresión de los retratos que hicimos de ellos en el Barros Luco en 2008 y, a cambio, María Isabel nos reserva una sorpresa: nos muestra la bandera de su comunidad. Tras su visita a la Cueva del Pacífico, organizada por Centre Terre en 2008, quisieron crear una bandera para simbolizar su comunidad y su pasado. La bandera representa, en un fondo tricolor (el verde del bosque, el blanco de la nieve y el azul del cielo), un antropomorfo puntiforme que representa a su pueblo y un sol anaranjado, ambos elementos directamente inspirados en los motivos pintados en la Cueva del Pacífico.

Los buzos se dirigen hacia un pecio hundido a varias millas de Puerto Edén.
Cyrielle y Mowgli pilontando el Commando Bombard.
¡Sorpresa! Orcas a la caza delante del bote pneumático.

Al día siguiente de madrugada, Cyrielle, Yannick, Mowgly y Bernard se hacen a la mar en la bahía de Puerto Edén para bucear en busca del pecio de un barco de 60 metros que transportaba carbón. Loïc se encarga de la seguridad desde el barco. Las cumbres circundantes están cubiertas por la nieve que ha caído esa noche… Se llevan una gran sorpresa cuando, durante su navegación, se cruzan con una familia de orcas en plena caza, y esto, a menos de cien metros de las zonas habitadas más cercanas.

Hacia Madre de Dios

El Don Arturo remonta el seno Egg para dejar a los equipos en el Paso del Indio.
El segundo lago, mientras que las mochilas se trasladan en un pequeño bote. Los miembros del equipo bordean la orilla del lago hacia el collado que da al Barros Luco.
La población de la cabaña del Barros Luco pasa brucamente de 10 a 30 personas. Primer briefing de Bernard para planificar los siguientes días.

El 25 por la tarde, henos navegando descendiendo el Brazo Norte. El 26 pasamos la noche en el fondo del estero Egg. La operación «Paso del Indio» debería iniciarse esa misma tarde, pero el tiempo no acompaña. El 27 por la mañana, dieciocho personas transitan desde el estero Egg (al norte de la isla Madre de Dios) al fiordo Barros Luco, usando la ruta ancestral «paso del Aceite», tal y como lo nombró Gabriela.

Un lago, inundado en marea alta, comunica su extremo sur con un lago superior. Al final de este segundo lago, basta marchar unos 10 minutos para poder superar un collado que comunica, del otro lado, con el seno Barros Luco. Anteriormente, se habían posicionado zodiacs ligeras para poder transportar las mochilas, mientras que el resto del equipo se desplaza a pie siguiendo el borde del lago. Del otro lado, los compañeros de la cabaña, Sylvain y Georges, Jean-Marc y Clément nos esperan con dos C5 Bombard… Brum… Brum… algo menos de una hora y varias olas de mar contra la cara, llegamos a la cabaña.

¡Por fin en Madre de Dios, con su caliza y su clima tan… particular!

A mediodía, y para sorpresa de todo el mundo, el Don Arturo asoma por el seno. Ha aprovechado una mini ventana meteorológica para llegar a la base de la cabaña, así que, esa noche, los 30 estamos reunidos en la cabaña.

Los reencuentros son emocionantes. Todos recuentan sus historias, sus alegrías y exploraciones. A partir de ahora, el equipo de Centre Terre está reunido. Se definen los objetivos y, si el clima, que se está ensañando con nosotros, lo permite, al día siguiente se retomarán las operaciones en el karst de Madre de Dios…

Diez durante una semana en el campamento base del Barros Luco…

Del 20 al 27 de enero de 2019 somos solo 10 los que convivimos en el campamento base del Barros Luco, que se construyó pensando en 20-25 personas. Por ello, disfrutamos de un cierto confort, aunque este confort es relativo, porque las condiciones meteorológicas no son buenas y aprovecharemos algunos días sin lluvia para avanzar con los trabajos. De hecho, trabajo no falta: seguir con la instalación de la cabaña; las exploraciones espeleológicas; y los estudios científicos.

Jean-Phi pilota un Bombard C5 durante las incursiones en los canales patagónicos.

20-21 de enero

En el campamento base, Sébastien y Sylvain no escatiman horas. Hemos conseguido alcanzar un nivel de confort correcto, pero falta construir la extensión. El objetivo no es ampliar la zona habitable, sino construir una zona complementaria de 16 m² del lado sur, al abrigo del viento del norte. En esta área, hecha de madera y planchas, podremos almacenar las botellas de gas licuado, la secadora, las herramientas y las prendas “húmedas” de todos: cubrepantalones, chaquetas, botas… Ese mismo día, el resto del equipo parte con los dos Bombards a localizar el “paso del Indio”. Este paso, de unos cien metros de longitud y de varios metros de desnivel, es un pasaje fácil entre, al oeste, el Barros Luco y su prolongación, el Brazo Lastarria y, al este, el estero Egg. La idea de Bernard es aprovechar este paso para asegurar la transferencia de los equipos: ya sea del que regresa del glaciar o bien del relevo entre los equipos de enero-febrero. Balizamos el camino y nos aseguramos de que quede practicable incluso con mochilas pesadas. De regreso, nos adentramos en el seno Lastarria. Algunos localizan bocas, que, desgraciadamente, no tienen continuación. Stéphane, Charlotte y Jean Phi aprovechan para hacer un levantamiento batimétrico. Regresaremos para la extracción de testigos. Al día siguiente, el 21 de enero, pagamos el precio de la bella jornada anterior. Llueve. Todos hacen reparaciones en la cabaña y avanzan en dos o tres cosas. Georges se pone a hacer pan y le queda de miedo.

Sylavain, Sébastien y Jean-Phi se dedican a la extensión de la cabaña. Esto permitirá almacenar una parte del material seco.

22 de enero

De nuevo se nos presenta un día que podríamos denominar «correcto». Sébastien y Sylvain continúan el trabajo en el campamento base. Acaban la extensión y construyen las plataformas complementarias para las tiendas. El resto del equipo se dirige a un sector que queda frente a la Punta Blanca y que bautizamos como la Punta Negra por el color de la roca. En 2017, se había localizado una entrada y eso nos anima. Pero no logramos localizarla. Un poco más hacia el oeste, observamos una mini-vertiente. Jean Phi y Clément entran, pero se obstruye al poco. Continúan y llegan a vías superiores donde localizan una emergencia kárstica con potencial. Habrá que volver. Más abajo, Jean-Marc, Laurent, Charlotte, Georges, Bertrand y Stéphane prospectan y exploran tres pequeñas cavidades de unos treinta metros de desarrollo, pero sin continuación evidente.

Sylavain, Sébastien y Jean-Phi se dedican a la extensión de la cabaña. Esto permitirá almacenar una parte del material seco.

23 de enero

Temporal. El viento arrecia durante la noche y ha llovido sin tregua. Se anuncia un mal día, a lo que nos resignamos con los primeros sorbos del café de la mañana. De repente, Laurent llega alarmado. Una de las tiendas de ocho plazas está en peligro: el viento ha arrancado la mitad. Demasiado tarde. La furia de Ayayema se ha ensañado con ella y ha perdido su estanqueidad. Queda irrecuperable, de modo que el equipo la desmonta.

24 de enero

El tiempo mejora un poco. Llueve, así que la más mínima interrupción es como un bálsamo que aprovechamos con ganas. Jean-Phi, Charlotte y Clément optan por realizar un transporte de material hacia el campamento Sumidero que tenemos previsto reactivar. En esa zona, hacia los 300 m de altitud, quedan por explorar sumideros kársticos y sabemos que será un lugar de rotación de varios equipos. Cerca del campamento, Stéphane y varios otros testean la extracción de varios testigos directamente de las turberas. El objetivo es hacer un levantamiento de las secuencias de depósitos para estudiar estos archivos sedimentarios. Al día siguiente, se intenta una maniobra similar, pero más ambiciosa.

En la Cueva de las Cuatro Entradas Más Una, Charlotte toma muestras antes de sacar una muestra de estalagmita.

25 de enero

Charlotte, Laurent, Jean-Marc, Bertrand y Stéphane vuelven al Brazo Lastarria. El levantamiento batimétrico efectuado los días anteriores ha permitido entender la geomorfología de este sector, donde se han detectado puntos bajos a -95 y -65 m. Se prevé una extracción de testigos para estudiar los sedimentos que se han acumulado en el transcurso del tiempo. El primer intento no da resultados porque el viento nos lleva a la deriva. Finalmente, más cerca de la orilla y anclados, conseguimos hundir la barrena. Tras una hora de martilleo, sacamos contentos un testigo de 1,8 metros de altura. Al equipo se les unen Sébastien, Sylvain, Jean-Phi, Georges y Clément, quienes han salido a explorar la boca localizada en 2017 y situada no muy lejos de la cueva de las Tres Entradas Más Una. Van más equipados para hacer una escalada de 30 metros. Tras llegar al lugar y media hora de travesía de bosque, descubren una gran entrada en la vertical superior. A la derecha, se dibujan otras entradas, que conforman la cavidad que denominan Cueva de las Cuatro Entradas Más Una, un simpático guiño a las exploraciones realizadas hace dos años. Se realizan varias escaladas que se interrumpen cuando las baterías del taladro se acaban. Charlotte, que se ha acercado al lugar, identifica las concreciones (estalagmitas). Se decide tomar una muestra dado que no estamos seguros de regresar al lugar.

Stéphane efectúa un levantamiento batimértrico del seno Lastarria asistido por Jean-Phi, ante la cámara de Bertrand.

26 - 27 de enero

Esperamos al equipo del glaciar, que debería llegar durante el 26. Pero las condiciones meteorológicas no dejan de empeorar y, a mediodía, llega la noticia: no llegarán a tiempo al paso del Indio. La maniobra de transferencia de los equipos se deja para el día siguiente temprano con el objetivo de aprovechar una breve ventana meteorológica. A las 5h de la mañana, Bernard llama el equipo y, a partir de las 7h, los Bombards están de camino. Habrá que hacer dos trayectos de ida y vuelta con dos C5 para poder finalizar el traslado de todo el mundo.

Ahora somos 30 en el campamento base. Reina un ambiente excelente, pero no dejamos de extrañar la semana en que éramos solo 10, un simpático y excepcional paréntesis en la expedición. A partir de ahora, con 30 personas, la organización y gestión de los equipos se torna más compleja, pero también será más rica…

Crónica del 3 de febrero

Una semana de locos en el Barros Luco con varias “primeras”

Todos los participantes del mes de enero están en el Barros Luco desde el domingo 27. ¡Son 30 personas! Forman parte del grupo dos chilenos, Franz Kroeger y Ronald Larenas, funcionarios del Ministerio de Bienes Nacionales. Se quedarán una semana con nosotros para trabajar en aspectos relacionados al proceso de inclusión de Madre de Dios en la lista tentativa del Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Por la tarde, durante una reunión-briefing-planning dirigida por Bernard, se definen los objetivos de los próximos días. Principalmente, hacer todo lo posible para que los que van a regresar a Francia a principios de febrero puedan aprovechar al máximo. No hay tiempo que perder… En 6 días se embarcarán tras atravesar, previsiblemente, el Paso del Indio, que conecta el seno Barros Luco con el seno Egg. Luego una lancha rápida de la Armada de Chile apoyará el relevo de equipos. Natalia pasa horas gestionando a distancia los transfers, bus, hostal, etc.

Lunes 28 de enero

Las varvas glaciares de la Punta Blanca

Entrada de la Grotte de la Punta Blanca.
Charlotte en un paso bajo de la cueva de Punta Blanca
Las galerías presentan formas amplias y originales.
Increíbles cúpulas de erosión en las paredes.
Stéphane rectifica la sección de varvas glaciares.
Los depósitos glaciares.

El tiempo no es del todo malo. Tres equipos salen a terreno a bordo del Don Arturo debido a las restricciones de combustibles fijadas por Bernard. Entre dos depósitos de gente, el Don Arturo regresa de inmediato a la caleta Última Patagonia para descargar la bodega. Dispondremos de la lancha hasta principios de febrero.

Un equipo con Richard, Stéphane J, Serge, Laurent, Charlotte, acompañados por Bertrand y Christian para la película, se dirige a la Cueva de la Punta Blanca, explorada en 2017 alcanzando un desarrollo de 2.640 m. Esta cavidad, de perfil predominantemente horizontal, se sitúa a pocas decenas de metros sobre el nivel del mar. Presenta conductos a menudo amplios donde se acumula “palomitas” o “cabritas”, unas concreciones producto de la evaporación por una corriente de aire bastante fuerte en las galerías. ¡Prueba adicional de esta corriente de aire, Richard observa estalactitas que se han desarrollado en horizontal! A menudo, en el suelo se encuentran cantos rodados que no son de caliza, sino de roca volcánica o de granito, probablemente transportados hasta ahí por los glaciares y que no quedaron atrapados en la cavidad al final de la era glaciar.

No obstante, el objetivo principal de esta visita es tomar muestras de unas varvas glaciares que Richard había visto en 2017. Esta acumulación (de varios metros de altura) de finas capas de varvas glaciares (residuos de la trituración de las rocas por los glaciares, es decir, la «harina» de cantos rodados) da fe de una época tardiglaciar (es decir, finales de la última glaciación) donde circularon enormes cantidades de agua liberada durante el deshielo estival y provocando que las cavidades entraran en carga. El agua depositó, pues, finos limos en las partes bajas, inundadas, de la cavidad. Luego, una circulación por el río fue limpiando estos sedimentos, dejando, en ocasiones, verdaderas secciones naturales de varvas glaciares acumuladas. En esos sedimentos es posible encontrar las variaciones climáticas. Stéphane y Charlotte realizan el muestreo. Consiste en introducir en la “pared” un canalón de aluminio en el que se conservarán los sedimentos, incluso los más frágiles, hasta llegar al laboratorio. Los análisis permitirán remontarse en el tiempo desde el fin del periodo glaciar para comprender más sobre la transición entre el régimen de los glaciares y el de los karsts.

Bonita primera en sifón

Durante este tiempo, en la misma bahía de la Punta Blanca, los buzos (Loïc y Clément) descubren una resurgencia que se había localizado en 2017 pero que no se había explorado. De ella sale un enorme caudal que se ve en superficie. El agua salobre de la bahía proviene del aporte de agua dulce desde un orificio situado a 3m de profundidad. La corriente es fuerte dado que la salida no es muy amplia.

Como ambos buzos están equipados con recicladores (con una seguridad de dos botellas de 7 litros), pueden realizar inmersiones especialmente largas. Tal y como lo indica su nombre, este aparato respiratorio recicla el aire expirado por el buzo. Este aire atraviesa una preparación de cal que absorbe el CO2 emitido por el organismo. Una pequeña botella de oxigeno añade el 2% de oxigeno consumido por los buzos para conseguir aire perfectamente respirable y poder, así, continuar.

Clément desenrolla el hilo guía y Loïc lo sigue con la cámara submarina. Tras 50m de progresión todo es agua dulce con buena visibilidad. Cambia las posiciones y Loïc busca la continuación por un conducto que sigue siendo pequeño con continuaciones que salen en todos los sentidos. Por la que están no logran avanzar, así que dan media vuelta y encuentran un pozo que desciende a -29 m antes de remontar suavemente y volver a salir del agua. En la salida de este primer sifón (S1), un pozo de 10 m comunica con ¡un bosque exterior! El segundo sifón (S2) se franquea tras superar un paso bajo situado a 27m (150m de largo). Luego, remontan una galería seca por 50 metros escalando un resalte de 5 m hasta topar con el tercer sifón… ¡Vaya suerte! ¡Continúa! Bautizada como la resurgencia Hongo, en esta primera exploración se consigue bucear 370m de sifón de una sola vez, con un punto bajo a 27 metros y buenas perspectivas de que continúe…

Hacia las 19 horas, el Don Arturo viene a buscar al equipo para llevarlos al campamento base. El uso de esta embarcación interesa por dos motivos: puede superar olas que suelen ser fuertes en la entrada del Barros Luco; permite trasladar a varios equipos de una sola vez.

Cueva de las Cuatro Entradas Más Una

Vista de la cueva de las Tres Entradas Más Una (abajo a la derecha) y de la entrada superior de la cueva de las Cuatro Entradas Más Una… En la base, de un derrumbe de bloques impenetrable, sale una resurgencia con bastante corriente.

Situada en sentido opuesto a la Punta Blanca con respecto del campamento base, esta cueva se encuentra cerca de la Cueva de las Tres Entradas Más Una, la cual, con sus 2.779m topografiados, es la más larga de Madre de Dios. La exploración, que Sébastien, Jean-Phi y Georges dejaron en stand-by por falta de material, se retoma hoy lunes 28 de enero. Stéphane Maiffret reemplaza a Séba. El sistema sigue remontando, así que hay que seguir en escalada. Jean-Phi, asegurado por Georges, realiza las escaladas, mientras que Stéphane les sigue los talones levantando la topografía.

Por desgracia, esta cueva parece ser un sistema superior que remonta por dentro del macizo. Comunica con el exterior por una serie de bocas que se abren en una falla inclinada. La perspectiva de unir esta cueva con la cueva vecina de las Tres Entradas Más Una se aleja. Las aguas quizás se encuentren más abajo, por conductos no aptos para espéleos…

A la salida, se desinstala la cavidad.

Campamento Avanzado en Sumideros

Progresión hacia el campamento Sumidero.
Llegada al campamento avanzado Sumidero II, atrapado en un bosquecillo.
El avance en las turberas de altura.
Atravesando un bosque de Nothofagus.
Laurence calienta agua en el campamento.

Arnaud, Sylvain, Séba y Lolo lanzan el primer campamento avanzado de la expedición a la zona llamada “Sumidero”, que se sitúa encima del campamento base hacia el noreste. Se trata de una franja de arenisca sobre la que circulan ríos que se pierden en las simas que han excavado al contacto de la arenisca con la caliza. A las 15h, tras largos preparativos, se ponen en marcha. El camino se conoce bien desde 2017. Es el único campamento al cual se puede acceder a pie desde la cabaña. Se remonta hasta un collado con vista al Pacífico; se supera el collado que da paso a la “meseta noruega”, sin ni un árbol. Tras atravesar una zona de un majestuoso bosque primario, se accede a la zona de los sumideros, una serie de ondulaciones donde han crecido árboles. Pasan de largo el antiguo campamento Sumidero de 2017 para montar uno nuevo más cerca de los nuevos objetivos: una serie de sumideros localizados por fotos satelitales. Algunos días antes, Jean-Phi, Clément y Charlotte habían subido a la zona tres petates llenos de material (tiendas, hornillos, comida liofizada, cuerdas y anclajes. Pero las coordenadas de GPS del punto de depósito son incorrectas… Lo sitúan a 13km de ahí… Tardarán casi una hora en encontrar, finalmente, los tres petates, cuando ya se planteaban regresar al campamento base. Se montan las dos carpas en un lugar al abrigo del viento y una lona a modo de avancé para las comidas en común...

Martes 29 de enero

Todavía tenemos que acabar de descargar el material del Don Arturo: material, víveres, equipos. Para ello, se pone en marcha el cabestrante de Florian para accionar la tirolesa de cable de acero de 12mm de diámetro y de 140 metros de largo.

Es un proceso largo, pero se logra subir todo, tanto los enormes bidones de los buzos (repletos de una cantidad descomunal de material), como las maletas del equipo de cine, los sacos con comida, los bidones de combustible, las botellas de gas o la cocina del equipo glaciar…

Por la tarde, los equipos salen, finalmente, hacia sus objetivos del día.

En el campamento Sumidero no hay nada que dé

Ha granizado y nevado durante toda la noche. Por la mañana, todavía queda granizo sobre los arbustos. ¡Suerte que es verano! Dejando sin explorar, expresamente, la sima de las Lágrimas para los participantes de febrero (cavidad explorada en 2017 con final sobre río a unos -120m), se dirigen hacia el norte donde se habían localizado bocas en fotos aéreas. En la primera, un bonito riachuelo de superficie acaba en un derrumbe impenetrable. Ídem en la segunda. Se alternan lluvia y granizo cuando llegan a la tercera, la sima del Arco, muy estética, que comparte con las otras el mismo lamentable fin. De regreso, pasan por la caliza con la esperanza de dar con una sima, pero la zona presenta demasiada fracturación como para ofrecer entradas penetrables. Solo hay una cavidad interesante que continua con un pozo… Habrá que volver a ver… Y en esto que llegan al borde de un bosque. Según el GPS les quedan 1,3km por delante. En este tramo invertirán 3 horas. El bosque es magnífico, repleto de fallas y troncos encadenados y, el conjunto, recubierto por el musgo y los líquenes. Cerca del campamento, se revisa un sumidero con un gran cono de derrumbe por donde se pierde el río. Queda un paso estrecho que se supera arrastrándose… arriesgado en caso de crecida. ¡Mala suerte!

El acceso al plateau

Bernard quiere que se abra un tercer acceso al plateau calcáreo de la zona norte de la isla, justo encima de la cueva de las Tres Entradas Más Una. Un equipo conformado por Sylvain, Clément y Jean Phi han pasado horas en la zona. Ahora, otro equipo ataca por un pequeño seno que termina al fondo de la cueva de la Petite Chinoise. Aquí, las calizas llegan hasta el agua, lapiaces en abrupta pendiente engarzados por vegetación. Machete en mano, buscan abrirse camino… pero sin exito. ¡Segundo intento fallido de acceso!

Testigos en el lago José

A bordo del pequeño Bombard rojo, Stéphane y Laurent realizan el levantamiento batimétrico.
Vista panorámica de este lago situado sobre la cabaña, que dedicamos a nuestro amigo José.

En el campamento base, un extraño equipo progresa hacia un pequeño lago que usamos para captar el agua de la cabaña. Un Bombard rojo intenso, porteado por cuatro fortachones, abandona el horizonte marino para aventurarse en este lago, al que le hemos puesto el nombre de nuestro querido José Mulot, fallecido en 2018. Stéphane, con la ayuda de Laurent, prevé realizar la batimetría del lago y sacar un testigo de limos acumulados en el fondo. Mientras, Cyrielle ayuda bajo el agua para recuperar lo mejor posible los testigos íntegros. El lago tiene 4 m de profundidad como máximo y se extraen dos testigos de 0,60 y 1,30 m en el centro del lago…

Miércoles 30 de enero

La búsqueda del coral continúa…

Yan está listo para seguir a Cyrielle con la cámara.
Cyrielle sube al Bombard, Laurent Mestre la sigue, asistido por Laurent Morel como apoyo de seguridad.
Cyrielle descubre, finalmente, coreles rojos.
Las sorprendentes formas de los coreles.
Coral colonizado por gorgonas.

Laurent, Loïc y Cyrielle se sumergen en las aguas de la Petite Chinoise para realizar un reconocimiento de los fondos marinos y, luego, prueban suerte cerca de la isla Renato, en el eje de la corriente dominante del Barros Luco. Hace tres semanas que Cyrielle busca corales, pero sin éxito. Aplicando los datos medioambientales ideales para la presencia de corales (agua fría, poca profundidad, corriente importante), se consigue dar con ellos. A 22 m de profundidad, encuentra algunas colonias de corales de un rojo intenso (errina antarctica) en un saliente de la pared e incluso gorgonas (gorgonocephalus). ¡Habrá que regresar con la cámara!

Inmersión en la Petite Chinoise

Buceando el la Petite Chinoise.

Mowgli y Vincent se habían quedado en 2017 en el sifón de la Petite Chinoise a una profundidad de 39 metros. Clément y Loïc se sumergen; Laurent Mestre los asegura y verifica el estado del hilo guía en el sifón 1. De nuevo, el saber-hacer de nuestros buzos obra maravillas. El sifón 1 mide 35 m con un punto bajo a - 5 m. El intersifón es, de hecho, un río subterráneo que ocupa todo el ancho de la galería con una fuerte corriente de agua. Llegados al punto final de Vincent, es decir, 25 m de recorrido en el sifón, empalman su hilo guía y continúan los dos, mientras que Laurent da media vuelta. ¡La galería mide 5 metros de alto por 10 de ancho! Continúa en la misma dirección (nornoroeste). A -50 m, llegan a una sala de 15 x 15 m. Sigue por una galería más estrecha, con poca pendiente, con un lecho de gravilla lisa. A -62 metros, cuota máxima prevista para los buceos previstos en la expedición por motivos de seguridad, dan media vuelta. En este punto, la galería continúa en la misma dirección, más horizontal… Han añadido 71 m de longitud en el sifón. En vista de la profundidad, no parece que se pueda seguir avanzando. Al regresar, levantan la topografía y terminan con 15 minutos de descomprensión entre los 9 y 6 metros (temperatura del agua: 5°C).

En altura

En el campamento 2 Sumidero, han pasado una buena noche a pesar de las lluvias. Al amanecer, una breve calma les permite secar la ropa mojada del día anterior. Deciden continuar la prospección, pero en las planicies de la Garganta y del Útero (dos cavidades de grandes dimensiones exploradas o revisitadas en 2017). Regreso a la cabaña con una sola nueva cavidad. En resumen, a parte de las Lágrimas, que deberá finalizarse en febrero, el sector parece haberse terminado.

Abriendo camino hacia los plateaus

El Don Arturo ha dejado un equipo que se encarama por el lapiaz situado sobra la cueva de las Tres Entradas.
¡Por fin se encuentra un camino!
Diques volcánicos, protegidos de la erosión, sobresalen de la caliza.
Un bello lapiaz, bonita roca… todo parece indicar que el equipo de febrero tendrá algunas primeras (en lenguaje espeleológico significa “primera exploración”).
Geortes, Séba, Jean-Phi se preparan para pasar algunos días en el plateau.

Bernard no se rinde y lanza otro equipo, constituido por Jean Phi, Stéphane Maifret, Charlotte, Jean-Marc, Lionel, Denis, Franz y Ronaldo, que inician su misión con el firme propósito de abrir un acceso hacia el plateau. Esta vez será la vencida. El “sendero” no parece ser difícil, a parte de algunos pasos en escalada en los que se instalan cuerdas con nudos para dejarlas en fijo. Encuentran bellas formaciones con simas visibles; una, con una profundidad estimada de ¡80 metros! Por fin podremos lanzar campamentos para explorar este plateau calcáreo que promete. Dejan algunos petates con material y víveres para el siguiente grupo.

Jueves 31 de enero

Visita turística

El último día de enero, Natalia, Richard y Sylvain acompañan a Franz y Ronald, (de la Unidad de Gestión Territorial y Patrimonio y la Unidad de Catastro de la Seremi de Bienes de la XII Región, respectivamente). Han venido expresamente durante la expedición UP2019 para visitar este terreno fiscal. De hecho, el Ministerio ha decidido realizar una concesión a corto plazo de las 50 hectáreas que circundan la cabaña a Centre Terre. Es un gran acto en reconocimiento por parte del Ministerio de Bienes Nacionales a los más de veinte años de trabajo realizado por Centre Terre y, más exactamente, para la joven Asociación Espeleológica de Patagonia, dirigida por Natalia Morata que, una vez establecida en Puerto Natales, asegurará la continuidad de las exploraciones y de los trabajos realizados en Madre de Dios.

Inventario

Laurence dedica todo el día a levantar el inventario del stock de víveres y bebestibles. Habrá que reabastecerse aprovechando la llegada del equipo de febrero, que llegará en barco. A fin de cuentas, parece que hay suficientes existencias, pero completaremos con productos frescos, lácteos, fruta y verdura y un poco de charcutería.

Esta mañana es zafarrancho de combate. Tres equipos salen hacia las Tres Entradas Más Una: uno para instalar un campamento de altura en el plateau calcáreo; otro a tomar muestras de bacterias en la entrada de la cueva y realizar una inmersión filmada en la zona de los corales rojos; y, el tercero, a progresar por el difícil terreno hasta el final de la cavidad para sacar una estalagmita con fines científicos. Este nutrido equipo se embarca en el Don Arturo, el capitán del cual, Eduardo Antigual, con la ayuda de Sergio Ojeda, no duda en acercar la proa a una pared para facilitar un desembarque con cero dificultades.

El campamento de altura 3

El campamento instalado en el fondo de una dolina.
Progresión por el lapiaz desde el campamento Altitud III.
Vista hacia el oeste desde el plateau Altitud III.
Un poco de confort para luchar contra la lluvia y el frío.
Prospección sobre las calizas.
Explorando una cuevecita que continúa con un prometedor pozo que queda pendiente.

Los primeros en desembarcar son los candidatos a explorar el plateau calcáreo: Georges, Florian, Séba, Jean-Phi, bien cargados, a quienes Arnaud, Loïc y Clément ayudan a subir carga. Estos últimos regresarán esa misma tarde.

En busca de una estalagmita

Entrada de la Cueva de las Tres Entradas Más Una.
Charlotte rebosante de felicidad. ¡Ha encontrado el objeto de su tesis!
Las estalagmitas son raras en Patagonia. Esta se encuentra a 2km de la entrada, en el fondo de la cueva de las Tres Entradas Más Una…

Las estalagmitas no son solo de decoración. De hecho, son fuente de todo tipo de informaciones sobre el pasado, principalmente, y sobre el clima que existía en el macizo de caliza en el momento de su formación. Charlotte, que empieza su tesis sobre paleoclima en la universidad de Innsbruck, sueña con poder llevarse una.

Pero las estalagmitas escasean en Madre de Dios. Las condiciones para que se formen no siempre se dan en estas cavidades tan recientes. Sin embargo, los exploradores de 2017 fotografiaron algunas en el fondo de la cueva de las Tres Entradas Más Una, a unos kilómetros de la entrada… La aguja del pajar.

Empiezan filmando la instalación de un captor de ultrasonido en la entrada de la cueva, en colaboración con un investigador chileno especialista en quirópteros, con el objetivo de comprobar su presencia registrando los ultrasonidos, ya que no hemos visto ningún murciélago. Luego, se adentran en la cavidad iniciando una dificultosa progresión hacia el fondo. Dos equipos se forman naturalmente, con Charlotte, Bernard y Bertrand delante, seguidos de Lionel, Denis y Stéphane Maiffret. Pequeño contratiempo: Denis pierde su bloqueador, que cae a la base de un pozo-falla estrecho de donde lo recupera Stéphane, descalzo, con un dedo del pie… Un poco más adelante, otro contratiempo: ¡la cuerda atascada en el pozo! Tendrían que haber descendido por resta cuerda. Marcha atrás, reunión, se toma el buen camino. El primer equipo se va por el P40 que da a una antigua base de la cavidad. Finalmente, tras 3 horas de navegación, llegan a las dos estalagmitas. A Charlotte le brillan los ojos. Elige una de las dos y la saca limpiamente con su base… Más de tres kilos que habrá que cargar…

De regreso, una parte del grupo verifica algunos puntos de topografía con errores del 2017. La salida al exterior se realiza a las 21 horas. Ya no queda más que encontrar el lugar donde el equipo del Don Arturo ha amarrado el Bombard C5 para regresar al campamento, a poca velocidad y con la noche asomando la nariz.

En busca de bacterias

Una colega especializada en bacterias en zonas extremas ha pedido a Laurent Morel que le lleve algunas muestras sacadas de un medio subterráneo. Las bacterias están en todas partes de nuestro planeta. Incluso se supone que la vida empezó con ellas. ¡En biomasa y en biodiversidad, las bacterias las number one en el planeta! Lo resisten todo, lo digieren todo, salvo la radioactividad… Colonizaron la tierra hace unos 3,6 mil millones de años.

Pero para ello, en todos los países del mundo, se necesita autorización para sacar muestras. De modo que serán entregadas al equipo de febrero, en el que participan dos especialistas chilenos en microbacteriología.

La cueva de las Tres Entradas Más Una es propicia para ello. Acompañado de Cyrielle, que vigila el protocolo, y ante la cámara de Luc, Laurent saca muestras de varios lugares escogidos criteriosamente: donde hay arena; donde hay concreciones visiblemente degradadas por las bacterias; y, finalmente, en un sector más húmedo.

A la salida, Luc toma 430 fotos del sitio arqueológico situado en el divertículo de la entrada 2 de la cueva, sitio localizado ya en 2008 cuando se descubrió. Presenta restos de fogata, numerosos restos de alimentos (mejillones, lapas, huesos de lobo marino, etc.) y, sobre todo, una pequeña pirca formada por bloques acondicionados. Es un lugar típico de un hábitat temporal de los Nómadas del Mar.

¡Y una inmersión sobre corales!

Una vez fuera de la cueva, Cyrielle regresa con Laurent Mestre y Yan a filmar bajo el agua el sector de corales rojos. Luc se encarga de filmar en superficie. Durante 13 y 28 m, pueden disfrutar observando la gran cantidad de colonias de corales rojos (60% están colonizadas por otras especies, entre otros, los crinoideos, gorgonas o bivalvos). Destacable es también la visita de un grupo de delfines, que los acompañan desde el inicio de la inmersión.

Viernes 1º de febrero

¡Y más corales!

Aquí, no es fácil desplazarse al lugar que uno quiere cuando uno quiere. La gestión de lo colectivo prima por sobre las preferencias individuales. Hoy, los buzos deben reprimirse de bucear en el sector del faro… Elemento primordial situado en un islote próximo al paso que da a la cabaña y que Laurent Morel instaló la noche anterior con una baliza intermitente, ello con la finalidad de servir de guía a los C5 Bombard que navegan de noche…

Una inmersión de 35 minutos para Laurent, Mowgli y Cyrielle les permite descubrir un precioso lugar sobre una caída de piedras que desciende bastante y abruptamente (fin a -30 m) con bellos corales, poco colonizados por especies exteriores. Los corales son más grandes en este lugar y muchos son nudibranqueos (como mínimo, 5 especies distintas observadas), varios tipos de cnidarios.

El equipo de cine organiza una gran filmación sobre los lapiaces situados al inicio del sendero que se dirige a la zona norte explorada en 2017. Aprovechando la ocasión, otros equipos que quieren trabajar en la zona de la Punta Blanca se embarcan en el Don Arturo. Mientras tanto, Serge, Charlotte, Franz y Ronaldo dan un paseo por los lapiaces y toman fotos.

La "gatera que sopla"

Arnauld y Sylvain retoman la exploración de la "Gatera”, que Denis y Bernard habían explorado rápidamente en 2017. Esta boca, que se abre en la Punta Blanca, ha permitido explorar un sistema que comunica con el sistema de la resurgencia “Hongos”, explorada hacía dos días por los buzos en la salida del segundo sifón. 110 m de topografía con una profundidad de 36 m. Todo ello empieza a ser indicativo de un gran sistema y, además, se acerca a la Punta Blanca… ¡Habrá que seguir!

La cueva de la Cascada

Hace dos años, el mismo equipo (Jean-Marc, Stéphane M, Natalia y Laurent Morel) había localizado la entrada de esta cuevecita que se llama así por la pequeña cascada de la entrada. Siguen un pequeño curso de agua interrumpido por tres cascadas, observan varios rellenos y, todo ello, por unos 300 metros… Final en sifón y estrechez. Se levanta la topo y se desequipa.

Sábado 2 de febrero

¡Un día excepcional!

Después de una semana de pena, este sábado el tiempo empieza a mejorar presentando una ventana inesperada para el relevo del equipo de febrero que se realizará con el buen Don Arturo entre el 3 y 4 de febrero.

Y, mientras esperan a que llegue el día, ¡ultimo día en terreno para los de enero! Se acelera en todos los sentidos, aprovechando la tregua climática…

Útero de la Madre

Los dos Stéphane, Arnaud, Laurence, Serge, Charlotte se encaminan hacia el campamento Sumidero. Stéphane J prevé sacar muestras de varvas glaciares vistas en el Útero de la Madre, quizás la más espectacular y la más fácil de las cavidades del sector norte hasta la fecha. La cueva se re-topografió en 2017 y se exploró una continuación por una galería superior situada sobre el sifón terminal.

Punta Blanca, cueva de la Gatera y resurgencia Hongos: ¡conectadas!

Loïc y Clément, apoyados por Mowgli y Laurent, retoman la exploración de la resurgencia Hongos. Se alejan del mar por el sifón 1, luego superan el sifón 2. La exploración empieza en el sifón 3, que mide 80 metros de largo con un punto bajo a -4.

¡Bingo! Llegan a… ¡la Punta Blanca!

Si añadimos la conexión entre la Gatera y la resurgencia Hongos realizada anteriormente, lo que tenemos es un sistema complejo que debiera superar los 3.000 metros (pendiente de los datos de la topografía) y que se convierte en ¡el sistema más largo de Madre de Dios!

Raid hacia la resurgencia del frente Pacífico

Natalia camina por la playa Paraíso, situada frente al Pacífico.
Jean- Marco asegura el Bombard entre algas.
Natalia remonta el río Olímpico.
Agua helada, fuerte corriente… aunque esta vez no se alcanzará la resurgencia.
Esta cueva que encuentran por casualidad no es la resurgencia del río Olímpico, pero es igualmente majestuosa.
Remontando el río. Unas veces caminando y otras veces nadando.
Luz mágica por la tarde sobre el Barros Luco a vista de drone.

Esta jornada sin viento, con un cielo bajo y nublado que de vez en cuando suelta alguna bruma, es un buen indicio de mar calma. Bernard, Natalia, Jean-Marc y Bertrand se suben al Don Arturo para intentar llegar a una resurgencia que desemboca en el frente Pacífico, al norte de la embocadura del seno Barros Luco. En las fotos aéreas, se ve que este curso de agua sale a los pies de una pared, da dos amplias curvas y, luego, llega al océano por unos 3 km.

Tras desembarcar sin problemas en la playa, llamada Paraíso por el idílico paisaje, avanzan por el lado norte de la orilla. El bosque mantiene a raya el río con sus inexpugnables tentáculos, de modo que no les queda más remedio que avanzar por las gélidas aguas, ya se a pie o bien a nado. Una gigantesca piscina que obliga a nadar más de 800m, de ahí que la hayan llamado Río Olímpico. Al intentar ahorrarse un meandro y atraídos por el sonido de una cascada, descubren un afluente que sale de una entrada de cueva lateral. Esta será la resurgencia Inalcanzada, vista de lejos. Al cabo de tres o cuatro horas de progresión, deben regresar para no excederse del tiempo acordado. Habrá que regresar a este objetivo, a la vez, misterioso y prometedor.

Los próximos días

La tarde de este 2 de febrero los participantes del mes de febrero dormirán en Punta Arenas y se embarcarán al día siguiente en Puerto Natales a bordo de la lancha rápida de la Armada de Chile LSG Puerto Natales. Con un avance de 15 nudos de promedio, es decir, a unos 28 km/h, no tardará más de 12 horas en llegar a Guarello, mientras que nuestro buen Don Arturo no supera los 8 nudos…

Mañana, el Don Arturo dejará campamento base rumbo a Guarello. Dado que pasarán frente a la playa de la Ballena, donde hay una extraordinaria cueva con huesos de ballena, Bernard, Jean-Marc y Luc pretenden desembarcar para documentar, filmar, fotografiar y hacer un levantamiento fotogramétrico.

Por la noche se reunirán con el relevo en la base de Guarello. Pero de eso hablaremos en la siguiente crónica…

Visita de la cabaña

¡Pasen y vean!
Tres jamones para la expedición.
El lavabo improvisado con un recubrimiento de piscina reutilizado. El verdadero lavabo nos lo robaron.
La estación de internet Marlink que nos conecta con el mundo exterior.
La estufa que permite secar la ropa.
A Denis disfruta de este rinconcito, mientras mantiene el fuego.
¡A comer! No es fácil acomodar a 30 personas en esta cabaña…
¡Un objeto extraño en medio de la nada!
La secadora en la extensión en forma de marquesina.

Crónica del 9 de febrero

Aprovechando el sol y sorteando los temporales

Hay días en que uno llega a olvidarse de que estamos en un archipiélago de Patagonia, en uno de los lugares más ventosos y lluviosos que existen. Las previsiones meteorológicas ya lo anunciaban, pero el sol apareciendo por el Barros Luco es una imagen inolvidable. El fiordo tenía el aspecto de mar calma, el perfil de la Gran Barrera destacaba nítidamente, sin ni una nube. Por suerte, algunas brumas matinales formadas sobre la superficie del agua aportaban un toque misterioso sin que la imagen fuera demasiado de postal.

Este tiempo radiante anunciado para dos días coincide perfectamente con las maniobras que permiten el relevo de febrero y llevar a tierra al equipo de enero. Se van 18 y llegan 16…

A la espera de que llegue ese memorable día, es el último pulso en terreno para los de enero, ávidos de descubrimientos antes de regresar a Francia.

Buen tiempo en el campamento Barros Luco.

Sábado 2 de febrero

Campamento Sumidero II

El 2 de febrero, Arnauld y Stéphane Maiffret, acompañados de Laurence, suben al campamento Sumidero II por última vez antes de regresar a Francia. El objetivo es continuar con la exploración de la prometedora sima de las Lágrimas, cuya exploración quedó, en 2017, en la cota -116 metros.

Llegan al campamento sobre las 15h y, enseguida, empiezan a explorar la cavidad. Los spits de 2017 están un poco oxidados, pero aguantan, así que llegan rápido al punto final explorado.

Explorando el Sumidero Lagrimas

La cavidad continúa con un pozo de 6 metros, seguido de una galería en meandro que da a una gran sala con un derrumbe cónico en el suelo. Del otro lado, llega un afluente que alimenta el río principal, pero toda el agua desaparece entre el derrumbe. Algunos metros por encima se encuentra un paso entre bloques inestables por donde hay mayor corriente de aire.

Por desgracia, no será más que un descanso de algunos metros, dado que la continuación no es para nada atractiva porque hay que forzar un paso a través de esta montaña de bloques inestables. El final está a 150m de profundidad y con un desarrollo topografiado de 350 metros.

Este pozo mojado marca el comienzo de la "primera" en la cueva Lagrimas.
Stéphane y Laurence topografiando en el fondo de la cueva Lagrimas

Al regresar al campamento encuentran al otro equipo de enero, Charlotte y Stéphane Jaillet, acompañados de Serge, que suben en medio de la niebla. Los dos regresan al día siguiente y suben para tomar muestras científicas en el sumidero Útero de la Madre.

Al campamento Sumidero 2.

Domingo 3 de febrero

Campamento Sumidero II

Mientras que Stéphane, Charlotte y Serge se dirigen al Útero de la Madre, las más bella y fácil cavidad del sector, los otros prospectan una gran depresión al este del campamento, pero los resultados no están a la altura de sus expectativas. ¡El único descubrimiento digno de mención es un bello cometa de roca! Para un futuro será preferible concentrar los esfuerzos en la zona del gran lago situado más al norte.

Una especie de cometa ...

En el Útero de la Madre, los dos karstólogos se disponen a realizar el levantamiento de una sección fluvio-glacial (varvas glaciares, pequeños cantos rodados, arena…), cuya alternancia cuenta la historia de la cavidad desde la última glaciación. Serge fotografía todos los rincones de esta estética cavidad.

Útero de la Madre, Charlotte toma muestras de depósitos.

Charlotte no encontrará la estalagmita preglacial con la que sueña y que le habría permitido remontarse al tiempo de la época interglaciar del Eemian (entre 120 y 80.000 años). En el camino de regreso, Stéphane J. encuentra un pequeño afluente que sigue por unos cien metros… ¡Continúa! El caudal es importante. Habrá que volver para continuar la exploración y levantar la topo.

En las grandes galerías del Útero de la Madre.
Utero de la Madre

Los dos equipos emprenden el regreso hacia el campamento base, al que llegan tras 4 horas de marcha bajo un sol radiante y un calor increíble…

El relevo de febrero

El tiempo refuerza los planes iniciales para el cambio de equipos. El Don Arturo hará el viaje de Guarello para ir a buscar a los 16 participantes, acompañados de Wilfredo, que aterrizaron en Punta Arenas la tarde anterior y que la lancha rápida de la Armada se encargará de trasladar a 15 nudos por hora (28 km/h) de Puerto Natales a Guarello. A los recién llegados les espera un viaje de ensueño con mar calma.

Intentos en la cueva de la playa

El "don Arturo" parece muy pequeño en la inmensidad de la bahía de la Ballena. Podemos adivinar la entrada de la cueva de la Ballena con el acantilado al fondo.

Para el Don Arturo, el buen tiempo también abre un hilo de esperanza: de camino a Guarello, la embarcación resigue la costa de Pacífico de Madre de Dios y pasará frente a la playa de la Ballena. ¿Por qué no intentar un acceso rápido a la cabaña de huesos descubierta en 2008 en esta playa?

Intento de desembarque, pero el oleaje y los rompientes oponen resistencia.

Al llegar a la zona, Bernard y Sergio, el segundo de abordo, parten en Bombard para ver las opciones de desembarque, bajo la atenta mirada de Jean-Marc y Luc-Henri que esperan para poder acercarse… Su gozo en un pozo: el oleaje residual, con puntas de 4 a 5 metros en alta mar, se traducen en continuas olas rompientes cerca de esta gigantesca playa. Desembarcar es demasiado peligroso.

El Bombard, muy pequeño, resigue los rompientes (fotografía de drones)

Es una lástima, ya que desde 2008 Luc sueña con poder poner los pies en este excepcional sitio arqueológico. En un abrigo rocoso frente al Pacífico se encontró un lugar de vida formado por huesos de ballena inclinados y apoyados contra la pared.

La cabaña con huesos de ballena, fotografiada en febrero de 2008.

A los náufragos o a los que buscan un refugio, les basta con echar la piel de lobo marino sobre las costillas de ballena apoyadas contra la pared para disponer de un refugio confortable. ¿Pero cómo llegó alguien ahí? ¿Con qué objetivo?En 2008, cuando llegamos a pie por el interior para estudiar el sitio paleontológico de la cueva de la Ballena, que no queda muy lejos, durante todo este dificultosos camino, encontramos abrigos rocosos con vestigios de hábitat temporal: disposición de elementos en el suelo; restos de fogata; restos de alimentos; y, especialmente, huesos de albatros jóvenes, etc.

Esta idílica playa, bajo este radiante sol, es una trampa para los navegantes.

Como nos explicó en su día Raúl Edén, esposo de Gabriela Paterito, los padres de sus padres llegaban a pie hasta el frente Pacífico para cazar en el nido crías de cormorán. Es probable que esta cavidad, que no ha sido documentada por etnólogos, fuera excepcional y funcionara como un lugar ritual o iniciático, dado que la energía que se necesita para llegar a ella no se compensa con las calorías aportadas por unas pocas aves.

Lunes 4 de febrero

Día de limpieza general

Los principiantes limpian su equipo y lo envían a la orilla para cargarlo en el Don Arturo.

Aprovechando el sol, el resto del equipo empieza a embalar las cosas del equipo de enero, para los que es el último día en la isla. Los bidones se van llenando a medida que la ropa se va secando y la tirolina los va bajando hasta el borde de la caleta. En la cabaña y en las tiendas se hace limpieza general para brindar un digno recibimiento al equipo de febrero.

El equipo de febrero había llegado la noche anterior a Guarello y había zarpado con el Don Arturo temprano con Bernard, Jean-Marc y Luc Henri. Llegarán al Barros Luco sin pisar tierra, ya que el maravilloso y caluroso día hará redundante la opción pedestre por el paso del Indio.

Amanecer en el seno Azul, los acantilados costeros entre una extraña niebla.

La navegación por el seno Copihue, luego el seno Azul y la salida al mar es idílica. Las montañas calcáreas de la costa del Pacífico destacan claramente contra el cielo azul, mientras que a los pies flota una espesa capa de neblina blanca inmaculada. El oleaje parece aún mejor que el día anterior y Bernard decide un último intento de llegar a la cueva de huesos de ballena… Bernard y Jean-Marc buscan el punto débil para superar la defensa blindada de esta engañosa playa, mientras que Luc los filma con el dron. Todo es desmesurado: las dimensiones de la playa, las paredes que la defienden, las olas… El agua es verde esmeralda. Pero no lo consiguen. Las olas no permiten desembarcar a los pies del acantilado, así que la playa sigue siendo inaccesible. En el mejor de los casos, el Bombard podría dejarse llevar por el oleaje, pero el problema sería salir de ahí.

¡44 participantes juntos!

Transporte de un bidón de gasolina al puerto del campamento base.

A las 13h, el Don Arturo arriba al pequeño seno situado a los pies de la cabaña, que hemos llamado seno Última Patagonia. Todos se embadurnan la cara y los brazos con protección solar, porque los rayos de sol en estas latitudes son especialmente dañinos debido a la fina capa de ozono. En dos horas se suben con la tirolina las mochilas, el material y los víveres frescos de los recién llegados y se va bajando y cargando en el barco el material de los que se van. A las 15h, hay 44 patagones reunidos alrededor de la cabaña, que se convierte en una sauna con este sol de justicia. Se intercambian los lugares en las carpas: los que parten, esa noche dormirán en el Don Arturo para poder zarpar temprano a las 7h, dado que la ventana de buen tiempo se cerrará pronto el 5 de febrero…

¡El equipo al completo!

Richard se pone manos a la obra para preparar un mega-pisco sauer. Sobre un brasero improvisado por los dos especialistas, Ronald y Georges, se están haciendo tres corderos.

Una emotiva ceremonia

Ceremonia en memoria de José Mulot
Emoción compartida por todo el equipo.
Leyendo una carta de su familia.
En recuerdo de José

El aperitivo acompaña la alegría del reencuentro, pero las risas no acaban de disimular las lágrimas furtivas, que unos y otros secan rápidamente. Ese pisco-sauer tendrá un gusto amargo, ya que ha llegado el momento de recordar a los dos amigos de Centre Terre que nos dejaron en 2018. Lucas Baldo, fallecido el pasado agosto tras un accidente de montaña en los Pirineos, y José Mulot, quien nos dejó en enero a consecuencia de una terrible enfermedad.

José fue el creador de las acciones de Centre Terre con los escolares desde la expedición de 2008, en la que él aún no participaba. Sí participó enérgicamente en las expediciones posteriores de 2010, 2014 y 2017. Su esposa e hijos nos habían entregado una carta y regalos para que los compartiéramos en esta isla que José tanto amó. Intensos y emotivos momentos.

Bernard aprovecha la ocasión para informar que los dos representantes del Ministerio de Bienes Nacionales, Franz y Ronald, han aceptado que al lago situado más arriba de la cabaña y cuyas aguas nos alimentan le pongamos Lago José. Natalia también explica que el proyecto de construcción del centro de espeleología en Puerto Natales incluye una estructura artificial para practicar técnicas de cuerda inspirada en la concebida por José y construida en Méaudre (Vercors, Francia).

Lago José, su nombre oficial a partir de ahora.

Centre Terre, gestor

La cabaña está situada en Madre de Dios, archipiélago de los canales, propiedad fiscal bajo la administración del Ministerio de Bienes Nacionales, repartición que autoriza y apoya las expediciones que realizamos en Madre de Dios.

La guinda de la torta: el Ministerio ha decidido ceder el terreno alrededor de la cabaña a Centre Terre mediante una concesión de corto plazo prorrogable. Sobre el papel, ¡el territorio cedido a Centre Terre se extiende por unas 300 hectáreas! Franz y Ronald han visitado el lugar y definido los límites durante los diez días que han estado con nosotros.

Tres corderos para 44 hambrientos

La tarde termina con un asado memorable y algunos brindis en recuerdo de José en la cabaña donde no cabe ni un alfiler. Reina un buen ambiente y la noche acaba tarde para algunos…

Martes 5 de febrero

Adiós, amigos!

A las 7 de la mañana, el Don Arturo larga amarras. El clima permite que los 18 pasajeros puedan salir del Barros Luco, remonten la costa hacia el norte, emboquen el canal Trinidad y lleguen, al final, a un puerto natural en isla Topar, donde los espera la lancha rápida de la Armada. El Don Arturo regresa a su puerto original de amarre a su velocidad, mientras que la lancha rápida de la Armada pone rumbo a Puerto Natales, pasando por Guarello.

Videoconferencia con escolares

Ese mismo día, tiene lugar una videoconferencia, que se desarrolla perfectamente con seis clases que participan en el proyecto escolar Última Patagonia 2019. Son casi 300 alumnos los que participan en directo haciendo preguntas y escuchando las respuestas. Al foro de nuestra web siguen llegando preguntas.

Los científicos chilenos de febrero

A partir del mediodía del 6 de febrero, el tiempo cambia completamente. Los equipos se dispersan en los campamentos avanzados; otros, como los buzos, realizan exploraciones de un día. A partir de ahora, en todos los equipos hay un chileno que han venido a completar nuestro equipo. Fieles a nuestra filosofía desde 2000 de cooperar con Chile, Centre Terre ofrece a investigadores chilenos que tengan un proyecto de investigación relacionado con la isla Madre de Dios participar en nuestras expediciones.

Catherine Huerta se está preparando para recolectar bacterias en las concreciones.
Nicolás Bruna toma bacterias de piedra caliza

Dos microbiólogos

Catherine Huerta está terminando sus estudios de geología en la Universidad Católica de Temuco. Nicolás Bruna es doctorando en microbiología en la Universidad Andrés Bello. Su proyecto es estudiar las bacterias que se encuentran en rocas y concreciones. Recorrerán los diversos terrenos geológicos (tanto arenisca como caliza) para tomar muestras. Su objetivo es comprender las interacciones entre las bacterias y las rocas, porqué una bacteria prefiere un cierto ecosistema y, todo ello, considerando un proceso medioambiental preciso.

Un botánico

Pedro Drapela observa los musgos.

Pedro Drapela acaba de defender sus tesis en Ecoturismo en Viña del Mar, pero su pasión es la botánica. Su proyecto consiste en prospectar las briófitas de Madre de Dios, es decir, las plantas no basculares, como el musgo, y estudiar las posibles relaciones con el medio kárstico.

Jaime Neira y Catherine Huerta observan grupos de plantas con Richard Maire.

Un veterinario

Jaime Neira trabaja como veterinario en un laboratorio de Puerto Natales. Su objetivo es investigar la fauna de la isla, principalmente, los pájaros, los murciélagos, los mamíferos y, en general, la fauna terrestre. Por ello, un equipo ha instalado un captor de ultrasonido en la cueva de las Tres Entradas Más Una para intentar registrar la presencia de murciélagos, nunca vistos hasta ahora en Madre de Dios.

Los primeros resultados de sus investigaciones se presentarán a final de la expedición…

Evitando el temporal

El 7 y 8 de febrero el tiempo empeora a medida que avanzan las horas. Tanto los que están en campamentos de altura como los equipos que intentan llegar en Bombard a los objetivos por el día en el Barros Luco pasan frío. Cuando no son los motores los que causan problemas, es el tiempo el que obliga a dar media vuelta por las olas rizadas con viento de cara, lo que podrían hacer volcar un bote neumático…

Campamento Altitud 3 protegido en el fondo de una falla.

Campamento Altitud III

En el campamento Altitud III, son seis los que parten el 6 de febrero: Katia, Denis, Yannick, Didier, Lionel y Bernard. Llegan empapados hasta los huesos el 8 de febrero por la noche, con bellas imágenes en la retina. Un poco de espeleo, pero nada excepcional. La zona todavía no ha mostrado aun el acceso a los grandes sistemas verticales con los que todos soñamos. En la cueva Caliza, Katia, Denis y Yannick encuentran un bonito objetivo que se explora hasta los -80 m. Lo descienden con un poco de crecida y se detienen en un inicio de meandro que permite adivinar un pozo de 25 - 30 metros con una fuerte corriente de aire que sopla hacia adentro… La crecida les sorprende al remontar y están helados cuando salen.

El Gouffralail, un pozo de 100 m que en realidad mide 49 m.

Los otros exploran una cavidad bautizada como Gouffralail. Un pozo de seis metros da acceso bajo un arco que continua con un gran derrumbe, seguido de un pozo de 23 metros con poca agua, lo que pone fin a sus sueños. Hay una segunda cavidad que parece ser profunda. Didier parte para instalar su primera «primera». La sima llamada "Mi primera" se termina sobre los -25 m con un pozo de seis metros con mucha agua.

Didier, Lionel y Bernard realizan otros reconocimientos hacia un plateau conformado por bellas mesas de caliza y situado a unas 2h del campamento. El paisaje es impresionante, pero, por desgracia, debido a las distancias, la exploración no podrá realizarse este año.

Cálido ambiente bajo la lona del campamento Altitud 3

El campamento Sumidero II

Seis son los que salen hacia el campamento Sumidero II: Pilar, Mehdi, Laurent, Pedro, Nicolas y Jean-François Bonjour. El objetivo es cerrar la zona y el campamento o bien encontrar objetivos. El pésimo tiempo no facilita la labor de reconocimiento con los ríos en crecida y las turberas transformadas en profundos lagos. Por su lado, Pedro toma sesenta muestras de musgo colectadas en altura en distintos ecosistemas…

Katia baja por el primer pozo de la Cueva Caliza 2.

El viernes 8 de febrero, el temporal llega a su punto álgido. Ráfagas de casi 100 km/h soplan en el karst de altitud… llueve horizontalmente; buen bautizo para los nuevos de la expedición. Por la tarde, con poca diferencia, los dos equipos llegan a la cabaña con las imágenes de paisajes inolvidables en la retina y las ganas de volver a salir tras reposar algunos días.

La magia de lapiaz patagon

Es el enigma de Patagonia: a pesar de que nos maltrata sin piedad, lo único que deseamos es volver a salir…

Crónica del 15 de febrero

El Barros Luco en modo degradado

De cuando se confirma que las cuevas del borde costero dan más alegrías a los espeleólogos que los campamentos de altura, pero los estetas siguen prefiriendo las alturas…

Cuando el buen tiempo transforma el Barros Luco.

Sábado 9 de febrero

Conexión doble en Punta Blanca

Dos días antes, un primer intento de llegar a la Cueva de la Punta Blanca se saldaba con un retorno anticipado debido a un violento oleaje en el Barros Luco combinado con un viento de cara que amenazaba con hacer volcar el bote neumático.

Laurence de camino a la Punta Blanca.

El 9 de febrero, Natalia, Jean-Marc, Philippe, Michel y Serge vuelven a probar suerte, acompañados por un segundo bote de seguridad con Laurent, Laurence y Denis a bordo. Suerte, porque el motor vuelve a perder potencia a los pocos minutos de navegación en un mar agitado. Se cambian de zodiac y, con un motor de 50CV que funciona perfectamente, las cosas cambian. Equipados con trajes rusos estancos, pueden afrontar los golpes de agua y alcanzar, por fin, salados y yodados a más no poder, la tranquila bahía de la Punta Blanca…

Serge en la enrada de la cueva Gatera.

Su objetivo es seguir explorando la cueva de la Gatera donde, a principios de febrero, Arnauld y Sylvain habían conseguido conectar con los sifones de la resurgencia Hongo. El equipo llega rápidamente al punto final de la exploración anterior. Es una galería que comunica, a ambos lados, con uno de los sifones explorados por los buzos cuando ingresaron desde la costa.

Por todas partes hay galerías que salen, así que el equipo se separa: Michel y Philippe levantarán la topografía del nuevo sistema a la vez que tendrán la suerte de hacer cien metros de primera. Jean-Marc localiza el inicio de una galería que llega 2 metros más arriba y, seguido de Natalia y Serge, siguen explorando un laberinto de conductos. Hay accesos por todas partes, amplios, que suben y bajan. De pronto dan con un trozo de cartón retro reflectante blanco marcado con el número 56. ¡Se trata del punto de topo 56 de la gran cavidad vecina de Punta Blanca! ¡Por túneles fósiles confirman, por su lado, la conexión que los buzos habían realizado el 2 de febrero por el sifón! En la oscuridad, saborean ese raro e intenso momento…

Laurence y Laurent se felicitan delante del punto de topo 56.

Pero la exploración no acaba ahí. Los topógrafos siguen sin aparecer, así que el trío explora la galería en la que Jean-Marc había echado un vistazo. Tras superar dos marmitas de agua, descubren un río que fluye en cascada hacia un nuevo sifón, dentro del cual identifican el hilo guía de los buzos… Sigue por galerías que son conductos secos impresionantes donde descubren un nuevo punto topo. ¡Segunda conexión con la Punta Blanca!

Topografía en el sistema de la Punta Blanca.

Con sus más de 3,5 km, el sistema Punta Blanca/Gatera/Hongo se convierte en el sistema con el mayor desarrollo de Madre de Dios.

Búsqueda del sector Petite Chinoise

Jérémie y Nicolás, Mowgli al timón, rumbo a la Petite Chinoise.
¿Dónde están estas resugencias?

Dos de los buzos de febrero, Mowgli y Jérémie, acompañados por Mehdi y los investigadores chilenos Nicolás, Jaime y Catherine, deciden dedicarse al sector de la Petite Chinoise. Es la única resurgencia buceada en este seno, adonde da también el Sistema de la Tres Entradas Más Una. Se remontan tres cursos de agua sin llegar a ninguna resurgencia o cavidad. Unas proceden de la confluencia de la circulación sobre la arenisca o de cascadas que salen más arriba. Las otras están muy escondidas en los derrumbes.

Domingo 10 de febrero

El bosque encantado

Pedro y Richard, muy cómplices, conversan sobre botánica ante una "salchicha de turbera".

El equipo de cine, Gilles, Yanick y Christian, dedica todo un día a filmar la parte de botánica con Richard y Pedro en calidad de artista invitado, acompañados por Jaime y Jean-François Pernette. El objetivo es el famoso bosque encantado que tanto había fascinado a Jean-François y Richard en 2017. Se trata de la franja de bosque que se atraviesa de camino al campamento Sumidero y que se sitúa en profundas fallas de caliza en la zona de contacto con la arenisca. Las grandes hayas inclinadas, con sus troncos cuyo perímetro llega triplicarse o incluso cuadruplicarse por los musgos y líquenes, componen un paisaje extraño, misterioso, que amortigua los sonidos. Todo está mojado. El cuerpo se empapa al menor contacto con esta vegetación. El pie avanza con la incerteza de si el apoyo aguantará porque, además, no hay nada sólido en este lugar. En el mejor de los casos, se encuentra una espesa y blanda capa de musgo; en el peor, un agujero que se abre de repente en la fisura de algunas raíces aéreas.

Los Nothofagus cubiertos de musgos... ehem... perdón... de hepáticas, en el bosque encantado.

Pedro nos señala, en ese momento, que lo que nosotros creemos que son musgos, en realidad, son hepáticas. En resumen, las plantas se clasifican en tres familias: briofitas (musgos, hepáticas, antocerotes), helechos y plantas de semillas!

Reencuentro mágico con una joven lechuza en el bosque magallánico... está tan o más asombrada como nosotros.

Algunas aves temerarias, en absoluto peligrosas, se acercan piando al lugar donde se encuentran los intrusos. Jaime, el veterinario naturalista del equipo, ha encontrado algo. Dos ojos lo observan desde una rama de Nothofagus muerto. Unos ojos negros con una línea dorada alrededor. Es una lechuza, que se quedará en esa posición por casi 30 minutos mirando cómo estos humanos invaden de forma pacífica su pequeño paraíso. Un encuentro inolvidable…

El junquillo de Patagonia, con el que los Kawésqar hacen sus cestos, crece en las turberas a lo largo de un rizoma.
El característico pan de azúcar de la entrada del Barros Luco.

De vuelta a los campamentos de altura

El buen tiempo se instala en las cumbres.

El pronóstico anuncia “buen tiempo” para el 11 de febrero. Para aprovechar, los equipos se ponen en marcha hacia los campamentos de altura. Ha llegado la hora de saber la verdad: ¿se van a conseguir resultados en los campamentos de altura?

Natalia, Jean-Marc y Katia se acercan al campamento Sumidero 2 con pesadas mochilas...
La aproximación al campamento de altitud 3 es corto, pero con desnivel.

Philippe, Michel, Denis, Carlos, Jérémie y Pilar suben al campamento "Altitud 3", escondido en una falla situada sobre la cueva de las Tres Entradas, mientras que Jean-Marc, Lionel, Yannick, Mehdi, Katia y Natalia se dirigen hacia el campamento Sumidero 2 con el objetivo de explorar diversas cavidades marcadas en el GPS por los equipos anteriores y desmontar el campamento si no hay nada que valga la pena. El campamento estaba tan bien escondido en un claro de bosque que pasaron una hora buscándolo, ya que el punto GPS daba error…

Lunes 11 de febrero

Segunda videoconferencia con los alumnos el 11 de febrero.

“Game over” en el Sumidero 2

Lapiaz del Sumidero 2. Lionel busca un itinerario en los mapas del GPS Nautiz.
A través del bosque magallánico.

Si, como Natalia, trepas al Sumidero 2 con el único objetivo de disfrutar de un paisaje extraordinario, se puede considerar que la misión es todo un éxito.

Un lapiaz complicado y su impenetrable bosque magallánico.

El parte meteorológico se cumple. En estas latitudes, hasta donde alcanza la vista, se descubre un océano de rocas impetuoso, solidificado en un aparente desorden. Se ven los macizos de caliza, compuestos por prominentes acantilados y mesas de lapiaz atravesadas por amplias fallas donde crecen bosques al resguardo del viento. Producto de la elevación de los Andes, también aparecen macizos de una roca más oscura, con formas redondeadas por los hielos de otrora. Son las areniscas. En el horizonte, una línea de altas cumbres delimita el borde norte del canal Trinidad, que se adivina por algunas escotaduras. Esta amalgama rocosa está salpicada de zonas de un denso bosque magallánico que parece impenetrable.

Natalia y Lionel sobre el karst del Sumidero 2.
"¡Hola, hola! Alguien me recibe? " Los contactos con radio diarios permiten asegurar al campamento base que todo va bien en altura.

"Es una lección de humildad”, suspira Natalia, “realmente, uno se siente minúsculo… Es magnifico y, a la vez, deprimente, porque está claro que hará falta volver a organizar una expedición que incursione por el lado del Trinidad para poder alcanzar estos macizos, aún vírgenes, y el gran lago”.

Un champiñón, algo raro aquí.
Cómo orientarse en este infierno de caliza y de bosques magallánica...

El equipo se convence rápidamente de que el potencial espeleológico evidente, en la zona aledaña al Sumidero 2, ya está más que visto. Como anécdotas del cuarto equipo que sube a esta zona: un champiñón (uno de verdad) descubierto por Natalia en un rincón del bosque; y Katia, que, aprovechando el buen tiempo para secar la ropa, se da un chapuzón de algunos segundos en el pequeño lago…

Aperitivo en la terraza.
Aperitivo en la terraza y pequeña hoguera para pasar la última velada en el campamento Sumidero.

Como llegan temprano al campamento, se dan el lujo de tomar el aperitivo en la terraza y, al calor de una pequeña fogata, disfrutar de este apacible atardecer…

Un "Menos Cien" en el campamento Altitud 3

Muy distinto es el resultado en el campamento Altitud 3, montado sobre un espléndido lapiaz, cuyas formas de erosión llega a sorprender incluso a los más impasibles del grupo.

El equipo se prepara cerca de la sima Paraíso Ducha, que va a bajar.
Instalación del primer pozo del Paraíso Ducha.

Su primer objetivo es la cueva Paraíso Ducha (ex Cueva Caliza), situado a 150 metros a vista de pájaro del campamento. Esta “sima de caliza”, que se empezó a explorar con el equipo anterior, es una gran falla que limita el lapiaz y que presenta ciertos indicios que hacen suponer que puede descender profundo.

Jérémie.
Denis.

El Paraíso Ducha es una serie de tres pozos sucesivos que llevan a Pilar y Jérémie, que instalan, seguidos de Michel y Mehdi, que topografían, a la cota - 100 m. Termina con un pinzamiento del pozo, colmatado por bloques. Pero, de subida, descubren una ventana que da ciertas esperanzas de que haya un pozo paralelo… Pero habrá que dejarlo para el día siguiente.

El primer pozo del Paraíso Duchas.
Pilar.
Michel.

El buen tiempo tiene como consecuencia un hecho paradójico: las fuentes situadas sobre el lapiaz están secas… En Patagonia, en este lugar donde caen 10 metros de agua al año, ¡pasan sed!

Mowgli contempla el Barros Lucos, iluminado por el buen tiempo.

Topo en la Punta Blanca

Las primeras y las brillantes conexiones del 9 de febrero no se llegaron a topografiar por completo el mismo 9 de febrero. Serge, Laurence y Laurent dedican varias horas a levantar el mapa de estas complejas y enredadas galerías. Para divertirse, realizan una sesión de fotos. La topografía les permite localizar varias continuaciones laterales que habrá que volver a explorar al día siguiente. El pozo más bello queda bautizado como el “pozo de los Indios” por las marcas de arcilla que decoran sus rostros. Un pozo de 4 m da a la parte superior de un conducto seco por donde circula una violenta corriente de aire… Lo que da alas para seguir soñando con más primeras…

Laurence admira la belleza del Barros Luco desde la entrada de la Punta Blanca.

Estas seis horas y media bajo tierra terminan en la boca de entrada con una sesión de ensoñación ante un Barros Luco transformado por el buen tiempo, con digresiones de porqué regresan, una y otra vez, a Patagonia. La respuesta brilla ante sus ojos: es la estética de un mundo salvaje, protegido del mundo moderno, que se muestra en la rudeza de los primeros tiempos de la humanidad.

El tour por los sitios arqueológicos

Es el día ideal para filmar los sitios arqueológicos descubiertos el 2006 en el Barros Luco por Franck, Bernard y Luc-Henri. De hecho, se encuentran separados del campamento base por el brazo principal del Barros Luco, que recibe directamente el oleaje del Pacífico. El Bombard navega por mar calma. A bordo van Didier, nuestro arqueólogo, el equipo de cine (Gilles, Yanick, Christian, Luc-Henri), los dos jóvenes chilenos, Catherine y Pedro (en busca perpetua de nuevas muestras) y Bernard al timón. En la isla Ramón realizamos un reconocimiento de una escotadura profunda, que bien podría haber servido de abrigo a los Nómadas del Mar, pero solo encuentran un grupo de delfines juguetones que se han acercado al bote para hacer sus cabriolas…

Acompañados por los delfines en el Barros Luco.
Una de las dos superficies planas acondicionadas con un pequeño muro en la cueva arqueológica n°3 del Barros Luco.

La visita empieza por a la cueva arqueológica n° 3 del Barros Luco, un abrigo rocoso triangular abierto en la pared de roca esquistosa. En la base de una pendiente de 45°, alguien ha acondicionado dos superficies planas. En la primera hay algunos huesos de lobo de mar, vértebras y costillas. La segunda presenta un muro bajo para contrarrestar la pendiente. Didier realiza algunas observaciones, como una cobertura fotográfica para producir una fotogrametría 3D que entregaremos al Ministerio de Bienes Nacionales con nuestras observaciones.

Observaciones de la cueva sepulcro n°1 del Barros Luco.

La segunda etapa sigue con la cueva-sepultura n° 1 del Barros Luco, situada justo frente a la anterior, pero en la isla Madre de Dios. Es una pequeña cueva en una franja de caliza, donde restos de acondicionamiento de bloques han despejado una superficie de unos 4 m2 en los que se aprecia una gran variedad de restos de alimentos (principalmente, mejillones y lapas, aunque también hay un cráneo de nutria) y de huesos humanos. Hay dos cráneos aprisionados bajo bloques con huesos largos que parecen haber sido dispuestos expresamente, lo que reforzaría la hipótesis de una sepultura secundaria o reducción de restos. Tras la muerte de los individuos, los huesos se reacomodan en un rincón del abrigo para protegerlos de los animales. Didier vuelve a levantar un plano general que se complementará con la fotogrametría.

Vestigio de ballena varada en 2017.

El día finaliza con la vuelta completa a la isla Ramón en Bombard y un alto en una playa donde, hace dos años, se encontró una ballena varada en descomposición. Dos años más tarde, los buitres u otras aves carroñeras han hecho su trabajo y los huesos de ballena, un poco diseminados por los temporales, componen una extraña escultura cubierta de musgo.

Martes 12 de febrero

A partir del día siguiente, el mal tiempo empieza a hacer acto de presencia. Se espera que, dentro de algunos días, sobre la isla se abata un gran temporal. El equipo Sumidero 2 regresa bien cargado después de desmontar el campamento… Lionel carga 37 kg… Las rodillas sufren de lo lindo con los seis kilómetros de camino y el desnivel acumulado.

El campamento Sumidero 2, protegido del viento en un bosquecillo, que se desmontará.
Lionel y su carga de 37 kilos.

Un entrelazado de galerías

En Punta Blanca, Serge, Laurent y Laurence están impacientes por descender el pozo de los Indios…

La cueva de la Punta Blanca es característica de los sistemas excavados en zonas cercanas a la resurgencia.

Bernard y Didier se les unen, lo que permitirá hacer dos equipos, algo nada redundante en vista de la gran cantidad de posibles puntos de continuación que quedan por explorar. Serge instala el pozo de los Indios y Bernard, otro pozo cercano. "¡Veo tu lámpara!", le grita Serge a Bernard, que ya ha llegado a la base de su pozo, que conecta con la base del pozo de los Indios. “Veo un punto de topo”, responde Bernard. ¡No es una primera! ¡Gran decepción! Más abajo, hay una galería que desciende hacia un sifón con un trozo de hilo guía arrancado. Como suele suceder con los sistemas inundados situados cerca de una resurgencia, esta cueva es un verdadero entrelazado de galerías que se entrecruzan, se separan, se juntan en anastomosis… y también comunican con las zonas ya conocidas. Decididamente, esta cueva no termina nunca…

Laurence admira concreciones desarrolladas horizontalmente, prueba de una fuerte corriente de aire en esta cueva.

Récord de profundidad en el campamento Altitud 3

Denis y Pilar se dirigen al Paraíso Ducha para echar un ojo a esa prometedora ventana. ¡Bingo! El pozo sigue y hay más pozos a continuación. Por desgracia, en la cota -150m, todos los sistemas paralelos acaban en derrumbes que colmatan la base de los pozos. Es la cavidad más profunda explorada hasta el momento.

Por su lado, Michel, Jérémie y Philippe ponen rumbo a la sima Urinario, situada justo al lado del campamento y sobre cuya toponimia huelga decir nada más. Por suerte, la lluvia ha limpiado el lugar. Termina a -35m de profundidad en un gran cono de derrumbe de 10 x 4 m que bloquea la continuación.

Queda pendiente un pozo con una profundidad estimada de 60 metros, pero eso será para los próximos ocupantes del campamento, ya que al día siguiente descenderán bajo la tormenta que ya ha comenzado.

Nada mejor que una lata en conserva para disfrutar de la vida de campamento de altura.

Miércoles 13 de febrero

Denis se pone su traje estanco para aguantar las cascadas del Paraíso de las Duchas.

Llueve. El lector puede estar seguro que si escribimos “día lluvioso” en el cuaderno de bitácora es porque llueve de verdad. En Patagonia no se habla por hablar. Para los próximos dos días, se anuncian ráfagas de viento de 110 km/h, así que preparamos el campamento, se quema la basura, se corta y entra la leña, actualizamos los inventarios, cuaderno de bitácora y topografías, se seleccionan las fotos para copiarlas en el servidor Ethernet de la cabaña. ¡Sí, tenemos una red Ethernet! E incluso internet gracias a la estación satelital Marlink. A veces, la cabaña parece una oficina, salvo por la vista que tenemos desde la ventana de la cocina sobre el Barros Luco, siempre bello con lluvia, tormenta o sol.

La estación satelital Marlink nos mantiene conectados con el resto del mundo.

En el campamento Altitud 3, tras una última sesión de topografía, la cueva Paraíso Ducha se desinstala. Por la tarde, mientras que en la cabaña estamos a punto de sentarnos a la mesa, desembarca un equipo de zombis empapados, sonrientes, felices.

Porteo de regreso del campamento Altitud 3.

Jueves 14 de febrero

El gran circo

Hace varios días que Bernard ha decidido limitar el consumo de combustible todo lo posible. Si queremos poder usar los Bombards o el generador en el campamento base hasta el 25 de febrero (fecha estimada para la llegada de las embarcaciones que nos vendrán a buscar), hay que respetar estas restricciones. Por ello, Bernard ha revisado sus planes: se tendrá que abandonar el sector Punta Blanca antes de lo previsto y privilegiar los sectores más cercanos. Uno de ellos es, precisamente, un lugar que queda muy cerca del campamento base, el Gran Circo, donde en 2017 Richard y Jean-François Pernette había iniciado el asalto de la caliza. Tuvieron que dar media vuelta a falta de cuerdas. En días de mal tiempo, el Gran Circo es un objetivo doblemente interesante, porque es accesible desde el campamento base tras una breve navegación al abrigo de los fuertes vientos.

El Gran Circo termina en un contacto caliza-arenisca en un plano inclinado de 45°, a lo largo del cual Richard espera alcanzar el karst de altura.

Este 14 de febrero, Richard, Jean-François, Lionel y Luc-Henri se dirigen a ese punto. En el Bombard no cabe ni un alfiler de lo cargado que va, pero es que hay que optimizar el combustible. En una caleta que queda de camino, desembarcan Mehdi, Jérémie y Didier, quienes intentarán otro itinerario por el este, y el equipo chileno filmado por Christian, que ha cambiado su micrófono por una GoPro. Catherine, Pedro y Nicolás se supone deben sacar muestras para sus respectivos proyectos de investigación en la parte inferior del Gran Circo.

La gran depresión vista desde el collado que da al Sumidero.

Es un lugar increíble. En 2008 ya pescamos peces de agua dulce en los ríos. El biólogo de entonces, Marc Pouilly, encontró especies nuevas. Se trata de lo que los karstólogos llaman una “reculée”, una profunda zona en la que la masa rocosa ha ido retrocediendo, rodeada de altos acantilados al oeste y al norte y por arenisca al sur. El contacto entre las dos rocas se sitúa en una inclinada rampa de 45° por la que se trepa hasta los 330 m de altura. Richard la contempla con glotonería: es por ahí por donde espera poder llegar hasta el karst de altura…

El acceso es delicado. La pendiente es un derrumbe gigante e inestable. Las rocas se deslizan bajo sus pies. No hay que desestabilizar ninguna roca si hay compañeros pasando por debajo. Dos horas más tarde… ¡misión cumplida! Llegan a una especie de collado y una depresión ocupada por un pequeño lago. Desde ahí se tiene vista directa al lapiaz.

Para terminar, Lionel se da el lujo de descender en primera un sumidero, mientras que los rayaditos, que no se dejan intimidar, pian revoloteando alrededor de los intrusos…

El Gran Circo bis

Gran Circo bis: perdidos en el bosque magallánico.

Jérémie, Didier y Mehdi, tras bajar del bote en la caleta anterior, empiezan a subir la pendiente en modo "azimut jabalí" (expresión usada por nuestro querido amigo José) hacia un itinerario alternativo para llegar a la caliza. Al llegar al primer collado, se rinden a la evidencia: es simplemente imposible. Intentan llegar a una gran dolina de colapso que ven desde arriba, pero la difícil progresión por el bosque primario se opone a sus esfuerzos. Finalmente, no les queda otra que dar media vuelta.

Viernes 15 de febrero

Porteo al Gran Circo

Con el acceso al Gran Circo abierto, en reunión se decide que se instalará un campamento en cuanto pase el temporal, es decir, a partir del lunes. Natalia, Katia, Jaime, Nicolás y Denis realizan un primer porteo el mismo viernes, entre dos rachas de viento y tres diluvios. Como el camino de acceso está balizado y se han instalado cuerdas fijas en los puntos con mayor pendiente, ahora el camino es una especie de parque de aventuras... Cerca del collado se dejan cinco petates con tiendas, toldos, comida para tres días y seis personas, además de 150 m de cuerdas de espéleo, anclajes y material de espitar. En algunos días, finalmente, se iniciará la exploración de este karst de altura.

Es ahora o nunca. En exactamente 10 días, estarán llegando las tres lanchas de pesca al campamento base para iniciar la carga de todos nuestros bártulos y, seguidamente, iniciar el camino de regreso...

En el camino de regreso, el equipo se sube a su Bombard, pero el sistema de elevación asistida del motor fuera de borda se ha roto y el motor permanece en el aire a pesar de los esfuerzos de Denis… La conexión por radio con el campamento base no funciona. Intentan avanzar a remo, pero el viento los desvía. Natalia y Katia se adentran en el bosque para ganar altura y probar conectarse por radio con el campamento base. Nada. Ya se veían durmiendo en el lugar... Intentan encender un fuego, pero todo está completamente mojado…

Finalmente, milagro, ¡alguien responde a la radio! Una hora más tarde llega al rescate un Bombard que lleva a todo el mundo al campamento base...

Se desinstala la Gatera y se graba la última secuencia en la Punta Blanca

En la Gatera, el nivel de agua ha subido un metro y la baliza está inundada.

Lionel y Mehdi son el equipo que terminará la exploración de la cueva Gatera, donde quedan algunas ventanas pendientes antes de desinstalar. Por otro lado, Yanick, Bertrand, Laurence, Sergio, Laurent y Bernard también se unen al grupo para grabar algunas secuencias de la película en la Punta Blanca. Cuando parten, la tormenta ya está instalándose y la navegación es particularmente movida. Hoy, Punta Blanca está en crecida, el nivel de varios sifones ha subido algunos metros, la corriente de aire es especialmente fuerte, un caos. Hacia las 21:30h el equipo está de vuelta. Este es el final de Punta Blanca para este año…

En las próximas horas, el temporal está completamente desatado y se abate sobre la cabaña, que vibra y tiembla, pero no se rompe. ¡Tremenda cabaña!

Un colibrí perdido, por unos momentos, en la cabaña.

Crónica del 26 de febrero

Profundidades en Madre de Dios

A menudo pasa que los grandes descubrimientos se hacen los últimos días de una expedición y que hay que interrumpir la exploración de las cavidades que continúan por falta de tiempo. Pero, por otro lado, ese es el aliciente para montar una nueva expedición y acabar el trabajo.

El hecho es que este 26 de febrero, mientras que en el campamento base se trajina y los participantes se dedican a lavar, secar y acondicionar el material que regresa a Francia, los resultados de todas las exploraciones recientes permiten, por fin, dejar entrever que, tras la compleja geología de la parte norte de Madre de Dios, podrían esconderse grandes sistemas subterráneos.

Camp Altitude 3, instalación del pozo de entra de la sima Halal, de 35 metros de profundidad.

Del 16 al 21 de febrero

El 16 de febrero, animados por Bernard, quien anuncia un pronóstico del tiempo compatible con los campamentos de altura, son dos los equipos que ponen rumbo a las altas cotas, con pesadas mochilas a la espalda, rebosantes de optimismo y de complementos alimentarios clandestinos, tanto bebestibles como comibles.

Como de costumbre, se parte a primera hora de la tarde, por aquello de esperar la lluvia torrencial que hace que la salida sea más épica… Y es que, si ya nos vamos a mojar en altura, ¿por qué no empezar con la lluvia?

Natalia filma la progresión.

El primer objetivo es prospectar y explorar la mayor cantidad posible de cavidades en las cotas superiores del Gran Circo y de dejar instalado para que otro equipo tome el relevo el 23 de febrero.

El segundo equipo se pone de camino para vivir la tercera temporada del campamento Altitud 3. Está previsto que ambos equipos regresen el 21 de febrero.

Bajo la lona, Natalia, Didier, Mehdi y Philippe esperan una tregua del tiempo…

La noche del 16 al 17 de febrero causa estragos en ambos campamentos. Por la mañana, un tiempo abominable asola Madre de Dios. Ráfagas de viento de 90 a 100km/h han arrancado las lonas en el campamento Altitud… En el Gran Circo, en una de las dos tiendas se produce una crecida interna. Lluvia, viento, granizo, nieve…

El camino de acceso al campamento Altitud 3 es una secuencia de delicadas escaladas…

Sorpresas en el campamento Altitud 3

Natalia, Mehdi, Yannick, Philippe, Didier, Pedro, que habían llegado el 16 de febrero por tarde al campamento, constatan que las lonas no han resistido el temporal. Se forman dos equipos para abordar objetivos distintos: Natalia, Philippe y Pedro salen a prospectar cerca del collado, que es una zona que presenta una gran fracturación y se sitúa en la parte superior de la Cueva de las Tres Entradas Más Una. Geoposicionan algunos agujeros.

Prospección aérea del campamento Altitud 3.

El otro equipo se pone el equipo de espéleo y se dirige hacia una sima localizada en enero y situada a pocos metros de las tiendas. Un pasamanos da paso a la cabecera de un pozo de unos 35 metros.

En la base del pozo P35 de la sima Halal

La base es un pequeño derrumbe en pendiente que hay que asegurar con un pasamanos. El trayecto se desvía hacia una fractura paralela. ¡Bingo! Otro gran pozo de 35 metros, casi circular, donde se alternan las capas de roca caliza negra y blanca. La base del pozo está colmatada por otro derrumbe, otro más, que marca el final de la sima 10 metros más abajo. El pozo de entrada queda bautizado como pozo del Granizo, en alusión a un tiempo en que se alternan cantidades torrenciales de lluvia, nieve y granizo. A la cavidad se le da el nombre de Gouffre Halal, en alusión a la sima Gouffralail, explorada a principios de febrero.

Ascenso de la sima Halal.

El 20 de febrero el clima se mantiene en la misma línea. El grupo al completo se pone en marcha hacia el collado, donde se habían marcado varios puntos a explorar. Uno de ellos parece prometer. La exploración finaliza a 85 metros de profundidad sobre un suelo arenoso. Será la sima de los Empapados.

De subida, detectan una continuación de meandro del que sale una fuerte corriente de aire. La Cueva de las Tres Entradas Más Una se desarrolla justo debajo y eso les hace fantasear con una posible unión. Pero se hace tarde. Son las 21:30h, así que el objetivo quedará pendiente para una futura expedición, ya que al día siguiente se debe desmontar el campamento…

Mehdi desinstala la sima Halal.
Pozo de entrada de la sima Halal.

Por la noche, el viento amaina. Por la mañana, el sol ilumina el karst, arrinconando en su guarida a Ayayema, el espíritu de las fuerzas naturales y, en particular, del terrible viento del norte. Pero ¿cuántos días durará la calma? Sobre estos karsts, el descenso es delicado con pesadas mochilas a las que se suman un petate sherpa colectivo. La ruta pasa por acanaladuras, flirtea con el vacío… No es un simple trekking, sino verdaderas desescaladas que no dejan margen al error…

Camino de regreso para los del campamento Altitud 3 bajo una bella luz.

Después de este campamento, en el que les ha tocado de todo (viento, lluvia, granizo, nieve y un poco de sol), se encuentran con que el motor del Bombard no arranca. Avisados por radio, Mowgli y Laurent van a buscarlos… ¡Ah, qué gusto llegar a la cabaña!

Jackpot en el Gran Circo

Qué simpático el compañero con botas para no mojarse los pies al desembarcar…

Para llegar al campamento, instalado en un montículo, hay que seguir la ruta abierta hace unos días bajo el impulso de Richard.

Subida de la rampa, en la que se han instalado cuerdas fijas.

Hay que seguir una pendiente muy inclinada sobre la arenisca. Encuentran los petates de 15kg que otro equipo había depositado anteriormente, y consiguen montar las tres tiendas tras limpiar de piedras unos islotes de arenisca en medio de turberas, sacando las piedras más grandes. Hay que evitar montar las tiendas sobre la vegetación, que está empapada de agua.

Instalación del campamento Gran Circo.

Una vez que el campamento queda instalado, el tiempo se avinagra. La tormenta se abate sobre el campamento, minúsculo reducto humano en medio de una majestuosa naturaleza.

Le camp est monté sur du grès, juste en face des falaises de calcaire.

El 17 de febrero, después de superar las arremetidas del viento y que Denis haya tenido que salir de su tienda para volver a atar la lona que ondeaba, esperan la calma para salir a explorar. El campamento está instalado sobre una franja de arenisca que continúa hacia el este. En realidad, se trata de una gigantesca rampa sobre la que se yergue un impresionante muro de caliza repleto de altas paredes y fallas. La tierra prometida del karst parece inaccesible. Cuando parece que es posible pasar, en realidad se encuentran con una especie de tsingy, inundado de vegetación e imposible de atravesar.

La gran muralla de caliza.

Dos equipos (Lionel, Katia, Denis y Bernard) consiguen dar con una especie de thalweg, complicado de atravesar, pero que permite acceder a la caliza. Realizan una prospección circular, sin llegar a descubrir una boca que valga la pena, hasta regresar a la arenisca un poco más arriba, a la altura de un sumidero. Resulta que es el quinto sumidero que habían encontrado el día anterior y que explora el otro equipo (Laurence, Laurent y Jean-Marc). ¡Sigue!

Laurent se comunica por radio con la base en la boca de la futura sima Jackpot. Empieza con un ramping de 50 metros.

Una entrada fósil en la caliza, por la que hay que arrastrarse por unos cincuenta metros, permite acceder a una galería en declive, interrumpida por resaltes, donde instalan varias cuerdas. A 50 m de profundidad, tras haber usado todas las cuerdas que tenían, remontan entusiasmados por esta exploración con «final en nada» (lo que, en el leguaje espeleológico, significa «continúa»). La fuerte corriente de aire que sale parece indicar que se trata de una cavidad enorme. Regresan al campamento empapados y congelados.

Hornillo hi-tech y gastronomía del Suroeste de Francia reconfortan los cuerpos.
Laurence, Lionel y Denis no se dejan amedrentar por la tormenta.

El 18 por la mañana esperan durante horas a que se presente un claro antes de que el equipo al completo se dirija hacia el sumidero n° 5. Bernard, Katia, Denis y Laurent van haciendo punta, mientras que los otros van detrás levantando la topo de la primera parte, algo nada fácil en un sistema tan sinuoso.

En los primeros pozos de la sima Jackpot.

La galería sigue bajando en la caliza y, de vez en cuando, aparece un afloramiento del contacto con la arenisca. De pronto, a un lado, se abre una gran sala que presenta un bonito espejo de falla y cuyo fondo está lleno de cantos rodados de arenisca por el que cascabelea un riachuelo de 20 litros/segundo.

Lo que sigue es algo grande…

¡Esto tiene pinta de ser una magnífica primera! Laurence llama a esta sima Jackpot. Se escapa entre pasos y resaltes fangosos y, sobre todo, algo excepcional en Madre de Dios, presenta una gran cantidad de espeleotemas de calcita e, incluso, aragonito. Se quedan en la cabecera de un pozo de unos 20 metros de profundidad, de nuevo, por falta de cuerdas. Fiesta en el campamento…

Increíbles espeleotemas.

El 19, al igual que en los otros campamentos, el buen tiempo deslumbra y reconforta los cuerpos. Pero no hay tiempo que perder, ya que esa misma tarde el equipo debe regresar al campamento base. Un intenso día. El pozo de 20 metros finalmente acaba midiendo 28 metros. En la base, el agua del río se pierde entre un caos de roca.

En el pozo de 28 metros.
segundo fluye por el colector.

Por suerte, se encuentra un paso entre los bloques de derrumbe. Al poco, la galería se ensancha y es posible seguir progresando fácilmente hasta la cabecera de un pozo de unos 10 metros, ante el que se detienen. Al fondo, se oye el río… Hay que volver haciendo la topografía, el reportaje fotográfico y filmando, hacer las mochilas y bajar hasta el bote, que se ha coordinado para que esté en el punto a las 21h.

Laurence admira la belleza de las excéntricas de calcita e incluso aragonito. ¡Único en Patagonia!
En el río de la sima Jackpot.

Por la noche, los 28 participantes de febrero se reúnen de nuevo en la cabaña para pasar una velada memorable. ¡Hay que celebrar que se están empezando a obtener resultados en altura! La topo de la sima Jackpot da -185 m de profundidad y 700 metros de desarrollo, lo que motiva al siguiente equipo a continuar.

Del 23 al 25 de febrero

El 24 de febrero, aprovechando que el mar está calmo, llegan las tres embarcaciones que nos llevarán de regreso. A nuestro pequeño seno Última Patagonia regresan la Don Arturo y la Valparaíso. También la Cap. Yerko, una embarcación nueva más pequeña… Bueno, lo de “nueva” es un decir, porque la pintura del casco ya tiene sus horas de vuelo…

Porteo de la zodiac por el Paso del Indio. Laurente lleve el motor; Yannick, el combustible; etc.

El domingo 24 de febrero, aprovechando un tiempo calmo con sol, un equipo se ha puesto en marcha para buscar la zodiac de la base de Guarello que habíamos dejado en el lago intermedio. La certeza de poder trasladar el material y todo el personal por el Barros Luco hace que esta vía de evacuación deje de tener sentido.

Se desmonta, se portean las piezas por separado y se sube todo a la Don Arturo, que ha llegado al fondo del seno acompañada por un grupo de delfines danzarines. Uno de ellos se pone a nadar unos treinta segundos de espaldas, mostrando su blanca panza a Luc, que lo filma desde la proa.

Última punta en la Jackpot

Denis y Natalia en la empinada cuesta de acceso al Gran Circo.

El 23 por la tarde, suben Natalia, Katia, Mehdi y Denis y descubren el campamento bajo los rayos del sol la mañana del 24. Se dirigen hacia la cavidad, a la que entran a las 12:30h. Tardan dos horas en llegar al punto final del equipo anterior.

Las sorprendentes concreciones de la sima Jackpot.
¡Excéntricas en Patagonia!
Un pozo de la sima Jackpot.

Descender el pozo de 10 metros es una pura formalidad ya que, como se esperaba, vuelven a dar con el río bajo el bloque de derrumbe anterior, pero hay que buscar un paso entre otro caos de bloques, que se atraviesa rápidamente. Detrás, vueven a encontrarse en la galería, que sigue siendo ancha y con mucha corriente de aire. Una arcilla grasosa (sin duda, herencia de varvas de la última glaciación) se adhiere a los pies y la ropa.

Katia y Natalia levantan la topografía.

A partir de ese punto, la galería adopta grandes dimensiones: 8 metros de ancho por 15 de alto. La sima continúa casi rectilínea hacia el noroeste. La progresión se ve interrumpida de vez en cuando por resaltes donde el río, cuyo caudal se estima en 50 litros por segundo, fluyen alegremente de cascada en cascada. Detrás van Natalia y Katia levantando la topo. FINAL EN NADA. En esta enorme galería sigue habiendo corriente de aire. La continuación habrá que dejarla para una próxima expedición con- ¡quién sabe! - una conexión con un gran sistema subterráneo al nivel de las resurgencias… ¿Por qué no Punta Blanca?

Descenso por el Gran Circo con pesadas mochilas a la espalda.

El 25 de febrero, Richard, Jean-François, Serge y Pedro, que se han puesto en marcha para realizar una prospección karstológica y botánica del karst de altura, llegan al campamento del Gran Circo. Sin embargo, no alcanzan el karst porque está oculto por la espesa niebla. Todos regresan tras desmontar el campamento de altura. Esa misma tarde Katia suma las cifras en su calculadora… Con sus 250 metros de topografía adicional, la sima Jackpot da un desarrollo de 985 metros y una profundidad de -265 metros. A esto, se suman más de cien metros recorridos y no topografiados. La sima Jackpot hace honor a su nombre. Es la más profunda de esta expedición y de la parte norte de Madre de Dios.

26 de febrero

Última incursión hasta el fondo de la Cueva de las Tres Entradas Más Una…

Bernad se ha reservado un as bajo la manga en esta cueva, explorada en 2017. En el fondo quedaban varias incógnitas que despejar. El 26 de febrero, Lionel, Laurence y Bernard, altamente motivados, salen del campamento base a las 11h y dicen que no regresarán antes de las 22h. Antes de poder hacer la primera, tiene que cumplir una misión: recuperar los datos del data-logger que Charlotte había dejado en la cueva en enero. Uno estaba en la entrada y otro, en el fondo, de donde había extraído una estalagmita. Estos pequeños aparatos graban por largo tiempo las variaciones de temperatura, presión y tasa de humedad. Permiten modelizar los intercambios térmicos de la cavidad.

Mientras que Lionel recupera los contadores (los aparatos se quedarán en la cavidad hasta la próxima expedición), Bernard empieza a instalar el pozo. Habrá que aplicar técnica ligera, porque el taladro solamente tiene una broca y el equipo de espitar tampoco cuenta con muchos espits. En la base del pozo encuentran un meandro que da a una sala. Al primer intento de llegar al fondo encuentran el punto de topografía de 2017. Bernard intenta escalar, pero la pendiente adopta un ángulo inverso. Regresa al inicio de la cuerda y toman la galería del otro lado hasta llegar al punto final de Bernard y Natalia en 2017: la cabecera de un pozo. Tiene buena pinta… Se oye el agua. ¡Bien! En la base del pozo, que deben instalar espitando, llegan al río, que mide unos 4 metros de ancho por 8 metros de alto y que está orientado hacia el sursuroeste… A veces, el agua ocupa toda la base de la galería y hay que pasar escalando por el lado. De pronto, un obstáculo inesperado: hay que nadar. El agua está helada y no están equipados para eso. Esto marca el punto final de la exploración en esta rama.

Bernard delante del sifón terminal de la Cueva de las Tres Entradas Más Una.

Regresan a la escalada iniciada por Bernard. Lionel pasa y consiguen llegar a la parte superior de una enorme sala de 10 metros de ancho por 20 metros de alto. Salen dos galerías: una presenta una inclinación de 35º por 50-80 metros con una amplitud increíble de 15 metros por 10 metros de alto. Se detienen ante un bello sifón alimentado por una activo que sale de un bloque de derrumbe. Regresan levantando la topo. El segundo punto de continuación es una bonita galería con continuaciones por todos lados, pero deciden seguir la más evidente. Es una zona muy caótica. Se quedan delante de un magnífico meandro, de grandes dimensiones, con una fuerte corriente de aire que les llega de cara y bellas cúpulas de erosión en las paredes…

El tiempo pasa rápido. Se decide regresar y llegan a la cabaña a las 22:30h.

Al llegar a la cabaña les esperan ocho grandes pizzas alineadas sobre la gran mesa, dos hogazas de pan fresco hechas por Luc y un pisco sauer mezclado por Richard. Se da inicio a la fiesta para celebrar estos inesperados resultados y el final de la expedición.

Luc, el pizzaiolo está manos a la obra.

Hoy es 26 de febrero y es el último día en la cabaña. Se guarda todo, se bajan los bultos a los barcos por la tirolina. Mañana a las 10h las embarcaciones zarparán del seno Última Patagonia…

Últimas inmersiones en las resurgencias


Jérémie, Michel (asisitidos por Mowgli) bucean una estrecha resurgencia.


Concentración antes de la inmersión.


Hace algunos días, Jérémie, Michel y Laurent encontraron una resurgencia con gran caudal en la caleta San Pedro, a pocos cables de la cabaña. Esta resurgencia, a la que se le puso por nombre La Promesa, se encuentra en el eje de la Cueva de las Duchas de San Pedro, donde en 2017 se había explorado un sistema de sifones. Como suele ocurrir en esta zona, la cavidad se forma en el contacto entre las areniscas y la caliza. El 18 de febrero remontan 60 metros (-32 metros) en esta resurgencia, superando una fuerte corriente de cara y numerosos pasos estrechos que obligan a bucear en traje húmedo con las botellas en lateral y, en las estrecheces, ¡sin aletas!


Michel comenta su inmersión con Jérémie.


El 20 de febrero añaden 20 metros y deben detenerse ante un caos de bloques. La poca visibilidad no les permite encontrar el paso.


Croquis de la topografía de la resurgencia de la Promesa.


El 25 de febrero, Mowgli retoma el buceo en la resurgencia de la Punta Blanca, explorada por Franck en 2017. El hilo guía está muy sucio y Mowgli gasta parte de su aire en repararlo. Regresan sin haber hecho ninguna primera, pero con enormes ganas de regresar la próxima expedición con los recicladores, lo que les permitirá disponer de mayor autonomía y avanzar la punta más allá de los límites teóricos del buceo con aire.

Telemedicina y maleta Parsys


Laurence ha sufrido una lesión leve, lo que permite usar la maleta Parsys para enviar una imagen al médico del CCMM.


Como en todas las expediciones, el seguimiento médico de los miembros de la expedición se realiza a distancia con el CCMM (Centro de Consultación Médico Marítimo, por sus siglas en francés), con base en el Hospital Universitario Purpan de Toulouse, en las dependencias del SAMU31. Este organismo sigue los barcos que navegan con pabellón francés por todo el mundo. Para facilitar el proceso de consulta, la empresa Parsys, colaboradora de Centre Terre, pone a disposición del equipo una maleta de telemedicina que permite realizar videoconferencias médicas y transmitir los signos vitales de un paciente (tensión, temperatura, saturación de oxígeno, etc.) para establecer un diagnóstico preciso a distancia. Esta ayuda fue especialmente útil el primer mes, cuando el equipo no contaba con un médico en terreno, aunque también se ha utilizado cuando Philippe, nuestro médico de febrero, se encuentra en algún campamento avanzado.


Compacta y bien concebida, la maleta Parsys permite tomar y transmitr los signos vitales de un herido al CCMM de Toulouse.

Lanzamiento del concurso para los escolares


El rectorat de Toulouse recuerda que está abierto el concurso para los escolares que siguen la expedición Última Patagonia 2019. Se invita a todas las clases a realizar una producción de su elección y, posteriormente, un jurado compuesto por miembros de Centre Terre, representantes del Ministerio de Educación francés y los principales partners, seleccionará los mejores trabajos de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato tanto a nivel de la académie de Toulouse como a nivel de toda Francia. Los premiados disfrutarán de una jornada de espeleología en su región acompañados por miembros de Centre Terre. La forma es completamente libre y deberá tratar sobre el inicio y continuación de la expedición durante el año. La fecha tope para enviar los trabajos es el 30 de abril del presente.

Crónica del 22 de marzo

Madre de Dios, candidata oficial a Patrimonio Mundial de la Humanidad UNESCO

Hace ya dos semanas que nuestros cuerpos regresaron a los respectivos hogares, pero nuestras mentes siguen ahí, en esa isla llamada Madre de Dios, que, en cada expedición, aunque sea con cuentagotas, nos da motivos para regresar, pese a las duras condiciones, pese al mal tiempo, las interminables lluvias y las ráfagas de viento.

En el fondo de algunas cavidades hemos dejado un «final en nada» que resonará, hasta la próxima expedición, en el alma de explorador que los miembros de Centre Terre llevamos dentro. Estos «finales en nada» marcan el final de una exploración por falta de cuerda o de tiempo.

Están también los extraordinarios paisajes, que transmutan su aspecto al son de las lluvias y del escaso sol; los interminables karsts rodeados de inexpugnables bosques de Nothofagus; esas extensiones vírgenes divisadas desde una cumbre y a las que aún no hemos podido llegar; esas cuevas del frente pacífico abandonadas porque, a menos que ocurra un milagro, no podremos alcanzarlas; y esa sublime vegetación magallánica…

Pero lo más estimulante para una próxima expedición es el apoyo del ministerio del que depende el archipiélago Madre de Dios. El 4 de marzo, durante la conferencia de prensa realizada en presencia del Ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, y del embajador de Francia, Roland Dubertrand, se firmó un convenio de colaboración entre el Ministerio de Bienes Nacionales, Centre Terre y la Asociación Espeleológica de Patagonia.

Vista nocturna de la cabaña, casi vacía, y de las lanchas de pesca, abajo, que aguardan a ser cargadas.

¡Adiós a la base! ¡Hola, Santiago!

27 de febrero es el día de la partida. El día anterior, los participantes estuvieron hasta altas horas de la noche bajando a toda máquina innumerables bultos de diversa índole. La base científica se dejó lista para la hibernación. El policarbonato ha quedado protegido con planchas de contrachapado. Se ha desmontado todo el material sensible, como el tablero eléctrico, los enchufes, el compresor, la estufa de leña, el calefón e, incluso, el lavaplatos. Además, más vale no tentar a los antisociales.

Un equipo de cinco para transportar y doblar el sobretecho de una de las carpas rusas… El desmontaje del campamento es el cuento de nunca acabar.
¡No hay que olvidarse de alimentar la moral de las tropas!

Ya no queda, en medio de la inmensidad salvaje de Madre de Dios, más que las plataformas de las tiendas y la cabaña vacía de todo objeto. Bueno, de todo, no. Quedan, prendidas en la pared, la carta de la familia de José que fue leída durante la ceremonia y una foto de nuestro amigo, algo arrugada, que Denis sacó de su bidón.

Le « coin José » reste sur place en attendant notre retour.
La puerta de la cabaña tendrá un descanso tras dos meses de fiel servicio.

Hacia las 10 de la mañana se suben a las embarcaciones el cabestrante, el trípode y el cable, que pesa 100kg él solo. Ya solo queda distribuir a las personas antes que las tres lanchas de pesca, convertidas -mal que bien- en naves de expedición, suelten amarras a las 11 de la mañana.

Los barcos en el seno Última Patagonia.

Nos vamos del seno Última Patagonia, según ha quedado bautizado oficialmente, con pesar. Desde la primera expedición de Centre Terre en 2000, la compleja relación que hemos establecido con Madre de Dios, hecha de una pasión que supera las dificultades del terreno y las deplorables condiciones climáticas, hace que incluso tras dos meses en la isla sea difícil emprender el camino de regreso.

Le Don Arturo pasa frente al Gran Circo, una prometedora zona con “final en nada”.

La Don Arturo, reconocible por su casco amarillo chillón, pondrá rumbo hacia la base de Guarello, donde el equipo dejará un poco de material para la próxima expedición y acabará de secar las tiendas, que han estado expuestas un rato esa misma mañana a un tímido sol, para asegurar que no se pudran en el contenedor.

El 28 proseguirá la navegación hacia Puerto Natales.

Nuestra flamante flota… el viaje de regreso se va a hacer largo…

La Valparaíso II, pintada de azul, y otra nueva, la Capitán Yerko, decorada con rojo para disimular el óxido, regresarán juntas por el canal Trinidad, donde la Valparaíso ira a buscar un pequeño bote neumático dejado a proximidad del “paso del indio”. Como la Yerko va más lenta, se acuerda un punto de encuentro antes de llegar al Kirke, paso estrecho donde las mareas altas o bajas cambian a gran velocidad entre el seno Última Esperanza y el canal Concepción.

La Valparaíso se desvía del canal Trinidad hacia el seno Egg

El 28 por la tarde, tras una navegación tranquila con condiciones climáticas perfectas, las dos embarcaciones llegan a Puerto Bories, situado a 8km de Puerto Natales. Durante todo el periplo hemos podido observar fauna marina y aves en el suntuoso decorado de los canales patagónicos.

Los delfines nos acompañan curiosos.
Los lobos de mar, impasibles a nuestro paso.
Regalos de la naturaleza hasta el último momento.

El 1 de marzo a mediodía, la Don Arturo arriba casi en el momento justo en que el contenido de las bodegas de los dos primeros barcos ha sido transportado a la rampla del semirremolque. En menos de una hora se descarga la bodega de la Don Arturo y acometemos el último tramo hacia el terminal pesquero de Puerto Natales. Allí nos espera el bus que nos llevará, a través de la pampa, dirección Punta Arenas, donde todos nos acinaremos en el pequeño pero acogedor hostal regentado por Betty.

El equipo espera el bus en el terminal pesquero de Puerto Natales.

El 2 de marzo nos queda un último trámite… de diez toneladas: cargar el contenedor, que está en el depósito del transitario, casi todo el rato bajo la lluvia… por aquello de no perder la costumbre.

Al día siguiente, el equipo se embarca hacia la capital chilena.

La última puesta de sol en los canales patagónicos.

5 de marzo. Santiago. Ministerio de Bienes Nacionales

A las 10 de la mañana, el equipo de Centre Terre se apresura a llegar a la sala de conferencia de Bienes Nacionales por invitación del Ministro, Felipe Ward, y con la presencia del Roland Dubertrand, Embajador de Francia en Chile.

Sala de actos del Ministerio de Bienes Nacionales, Santiago de Chile.

La conferencia de prensa, ante las cámaras de Canal 13, permite a Bernard y Natalia hacer una presentación de los resultados de la expedición, poniendo especial énfasis en las riquezas patrimoniales naturales de la isla Madre de Dios y en los estudios científicos realizados: karstología, espeleología, botánica, microbiología, arqueología, etc.

Bernard presenta los resultados preliminares de la expedición Última Patagonia 2019.

En su alocución, el Embajador de Francia ha destacado la colaboración entre el Ministerio de Bienes Nacionales y Centre Terre como ejemplo de las relaciones franco-chilenas. Luego, fue el turno del Ministro, Felipe Ward, quien manifestó su compromiso con el trabajo realizado por Centre Terre desde hace dos décadas, un trabajo de exploración y estudio que ya permitió la clasificación de la isla en 2007 como “Bien Nacional Protegido”. Se comprometió como Ministerio a seguir apoyando las próximas expediciones de Centre Terre. Para finalizar, Felipe Ward anunció que su Ministerio presentará la candidatura del archipiélago a Patrimonio Mundial de la Humanidad ante la UNESCO, dado que, tal y como ha quedado demostrado en los estudios realizados en el transcurso de las distintas expediciones de Centre Terre, se cumplen cuatro de los diez criterios establecidos por la UNESCO y basta cumplir con uno.

El Ministro de Bienes Nacionales (derecha), el Embajador de Francia en Chile (centro) y Richard Maire.

Antes de poner fin a esta presentación con un pequeño montaje de video «en caliente» sobre la expedición UP2019, una breve ceremonia dio paso a la firma del convenio tripartito entre el Ministerio, Centre Terre y la Asociación Espeleológica de Patagonia, que emana de Centre Terre y cuya presidencia ostenta Natalia. Este acuerdo es un convenio de cooperación y colaboración para los próximos años y contempla, entre otras cosas, la concesión de algunas hectáreas alrededor de la base científica del Barros Luco para oficializar la continuación de las exploraciones y estudio de Madre de Dios por parte de Centre Terre, con la mirada puesta en el expediente de la UNESCO

Al día siguiente, el equipo despega desde Santiago para regresar a Francia.

La expedición ha terminado, pero el trabajo continúa

Durante estos dos meses, el equipo Última Patagonia 2019 se ha centrado en explorar cuatro sectores nuevos. Ello ha permitido descubrir más de 5.000 metros de conductos subterráneos nuevos en condiciones, a veces, muy complicadas. En los sifones, nuestro equipo de buzos ha encontrado un sistema subterráneo inundado de casi 450 metros de desarrollo. Situado a treinta metros de profundidad, este sistema acuático nos ha permitido conectar con un sistema de galerías ya conocido desde 2017. En otro sector más elevado, en altura, se ha descendido y explorado una sima de más de 270 metros de profundidad, con numerosas galerías que dejan la puerta abierta a futuras investigaciones. Finalmente, la incursión de principios de enero al glaciar Témpanos brindó la oportunidad a quince de nuestros especialistas de descubrir y explorar más de 1.000 metros de cuevas y molinos glaciales, así como un complejo sistema hidrológico subglacial con más de cinco entradas.

Además de los resultados espeleológicos y de exploración, las contribuciones científicas realizadas por el equipo de expedición ya han dado resultados excepcionales. En el glaciar Témpanos, por ejemplo, gracias al equipamiento y la tecnología punta usados, el equipo de glaciólogos ha podido medir la velocidad de avance y la deformación dinámica del glaciar, trabajo inédito en este sector. En las aguas de Madre de Dios, en una zona donde nada parecía indicarlo, se han encontrado e identificado colares vivos.

Pero, tras los resultados en terreno, ha llegado la hora de tratar los datos científicos en laboratorio. Charlotte Honiat ya ha seccionado en dos la estalagmita que fue a buscar al fondo de la Cueva de las Tres Entradas Más Una, en el marco de un estudio paleoclimático de gran alcance que permitirá seguir la huella de la historia geológica, climática y medioambiental de esta parte tan poco conocida del planeta.

Por su lado, Stéphane Jaillet ha empezado a analizar un testigo extraído del fondo del lago José, que muestra una fina estratigrafía. Todo ello permitirá remontarse a paleoclimas pasados.

Ya se han puesto en marcha los potentes computadores que permitirán producir las fotogrametrías tomadas en terreno en los campos de cometas de rocas, de champiñones de roca y en los sitios arqueológicos.

Así que, efectivamente, la expedición no ha terminado aún. Hay que llevar a buen término estos estudios, como el inventario, en Chile, de los musgos y briófitas de Pedro, las muestras de bacterias para análisis microbiológico de las relaciones entre la roca y microorganismos, llevado a cabo por Catherinne y Nicolás, o el registro de ultrasonidos para detectar la presencia de murciélagos.

Por otro lado, el contenedor pronto se hará a la mar. Está previsto que nos reunamos un fin de semana de junio en Grigny, donde Soligotrans, para vaciarlo, repartir el material y guardar las tiendas y el material sensible para la próxima expedición.

Y sin olvidar la memoria de la expedición, en francés y español, que saldrá antes de finales de 2019.

En Montpellier ha iniciado el montaje del documental. Gilles y Yanick, que ha cambiado su estatus de director de fotografía por el de editor, se han sumergido en la selección de rushes de las numerosas secuencias rodadas.

¡Pero, no se vayan todavía, que esto continuará!

Balance del proyecto escolar

Desde 2008, Centre Terre ha forjado una estrecha relación de colaboración con la Éducation Nationale, el Ministerio de Educación de Francia, con el objetivo de que un número cada vez mayor de escolares puedan seguir las expediciones y vivir las aventuras de la asociación desde la escuela. El objetivo es doble: por un lado, organizar proyectos pedagógicos que permitan relacionar las diversas materias estudiadas en clase con la expedición; y, por otro, transmitir la importancia de saber compartir, ser solidario y superarse a sí mismo en una aventura humana.

En el marco de este intercambio escolar, las clases que así lo desean pueden participar en un concurso presentando los trabajos realizados durante el año escolar. Los ganadores tienen la oportunidad de profundizar sus conocimientos teóricos en una salida espeleológica, acompañados de uno o varios miembros de la expedición.

Este año han sido 38 las clases que, desde primaria hasta secundaria, pasando por centros tecnológicos y profesionales, han presentado una amplia gama de trabajos, todos ellos de una gran originalidad.

Plus de 300 élèves sont présents pour participer à cette première visioconférence

Para Centre Terre es una enorme satisfacción que el proyecto educativo haya ido creciendo de año en año. Desde 2010, en nuestra página web tenemos un foro exclusivo para los centros educativos, un apartado con fichas pedagógicas y hemos realizado videoconferencias para comunicarnos con los alumnos durante las expediciones. Varios expedicionarios dedican parte de su tiempo a visitar a las clases antes o después de la expedición, contarles sobre su experiencia y responder a las preguntas de los niños, que pueden versar sobre el día a día en terreno o bien sobre los descubrimientos científicos.

Esta inversión es beneficiosa para ambas partes y muy enriquecedora, tanto para los exploradores como para los escolares.

El jueves 23 de mayo de 2019, en el rectorat de l’académie de Toulouse (consejo rector de la circunscripción educativa de Toulouse), se reunió el jurado para elegir a los ganadores y organizar las salidas espeleológicas con las clases. El jurado estuvo compuesto por:

- Bernard TOURTE, jefe de expedición

- Élodie MULOT, responsable del proyecto escolar en Centre Terre

- Damien CHIGOT, Consejero Técnico Nacional de la Federación francesa de Espeleología

- Valérie BOUKBEKER, encargada de las acciones culturales en el rectorat de Toulouse

Tras varias horas de deliberación, definieron los cuatro trabajos ganadores.

En la categoría “Escuela de la académie de Toulouse”

La clase CM1/CM2 (4º - 5º de primaria) de la escuela La Prairie de TOULOUSE (31400) impresionó al jurado con su cuento sobre el pueblo Kawésqar, un trabajo de seguimiento de la expedición más conceptual.

Los alumnos disfrutaron de una jornada espeleológica acompañados por Lionel, Denis y Bernard.

En la categoría “Escuela no perteneciente a la académie de Toulouse“

La clase de CE2/CM1 (3º - 4º de primaria) de la escuela SERGINES (89140), perteneciente a la académie de Dijon, destacó con un cuaderno bitácora de la expedición y un glosario ilustrado. Los alumnos se divirtieron descubriendo el mundo subterráneo y bombardeando con preguntas a Didier, quien los acompañó en su aventura subterránea.

En la categoría “Establecimiento Público de Enseñanza Secundaria de la académie de Toulouse“

La clase de 5ème3 (2º de secundaria) del Collège Marengo de TOULOUSE (31500) se ha hecho merecedora de la salida espeleológica. Los alumnos realizaron un notable trabajo pluridisciplinario, invitaron a Bernard a su centro y participaron en las videoconferencias organizadas durante la expedición. Luego, crearon un video de presentación de la expedición con explicaciones, ilustraciones e incluso con partes en español.

Para los estudiantes y docentes fue un verdadero placer descubrir el mundo subterráneo en compañía de Lionel, Denis y Bernard.

En la categoría “Establecimiento Público de Enseñanza Secundaria no perteneciente a la académie de Toulouse

La clase de 5ème3 (2º de secundaria) del Collège du Servois de LA CHAPELLE EN SERVAL (60520), de la académie d’Amiens, ha destacado con un trabajo variado y de calidad. Construyeron una cueva, hicieron una maqueta del campamento base a partir de una fotografía, redactaron un cuaderno de bitácora de la expedición e hicieron posters para exponer.

Tuvieron la oportunidad de pasar un día con Laurence y Arnauld, que se trasladaron al Jura, donde se encontraban los escolares con sus profesores en una estadía de iniciación y perfeccionamiento de espeleología y barranquismo.

Los trabajos de las clases ganadoras se encuentran disponibles en el Espacio Escolar de la web de Centre Terre

El equipo de Centre Terre felicita a todas las clases ganadoras y a todas las clases que han participado en el seguimiento de la expedición. También agradece a la académie de Toulouse por su implicación y por los medios puestos a disposición para que las clases pudieran seguir de cerca la expedición.

Sin duda, la expedición Última Patagonia 2019 no habría sido lo mismo sin esta colaboración.

Trabajos de las clases ganadoras

Ultima Patagonia

Desde 1995, la asociación Centre Terre se dedica a explorar cuatro islas de los canales patagónicos. Se trata de afloramientos de caliza… los afloramientos karstificados en medio insular más australes de la Tierra.

Tras varias expediciones se han encontrado formaciones naturales de superficie únicas en el mundo. Son los llamados “cometas de roca”, “glaciares de mármol”, “champiñones de roca”…. Además, se ha dado con una cueva con pinturas rupestres y un cementerio de ballenas.

La película “Última Patagonia” cuenta la aventura vivida en enero-febrero de 2019 por 43 hombres y mujeres que han explorado, en plena autonomía, una amplia zona aun desconocida de la isla Madre de Dios y una parte del glaciar Témpanos, situado en Campo de Hielo Patagónico Sur.

La expedición parte con la instalación de varios campamentos avanzados bajo la lluvia, el viento y tras aproximaciones delicadas. El objetivo es ampliar la exploración a sectores nuevos. A ello se suman las incursiones rápidas y misiones científicas en zonas con potencial para, luego, proceder a la exploración sistemática de los sectores más interesantes. El resultado son más de 6 km de sistemas subterráneos fósiles e inundados explorados y el levantamiento de muestras que están siendo analizadas.

La película muestra de forma bella y didáctica el día a día de los equipos en terreno, así como el trabajo científico. Una excepcional aventura que contribuirá a conocer mejor este excepcional territorio.

Una película de 93 minutos realizada par Gilles Santantonio

Crónica del 30 de noviembre

Visita a la escuela miguel montecinos de villa puerto edén

Vista de Puerto Edén desde el mirador. Foto: Natalia Morata

La vocación de Centre Terre de compartir lo aprendido a lo largo de nuestras expediciones tiene una de sus máximas expresiones en el proyecto educativo que, desde 2010, ha ido sumando cada vez a más escuelas, clases y escolares de Francia. Este proyecto, que acerca la espeleología y las exploraciones de Centre Terre a los más pequeños, ha llevado a Centre Terre a ser reconocido como organismo educativo por el Ministerio de Educación de Francia.

Vista de la escuela G-6 Miguel Montecinos de villa Puerto Edén. Fotos: Natalia Morata

Este reconocimiento es un claro reflejo de la vocación de Centre Terre por compartir con los más pequeños la pasión por la exploración, el conocimiento y respeto de un entorno único en el mundo: el karst patagónico.

Acercando los glaciares de mármol a las pasarelas de Puerto Edén. Fotos: Franz Kroeger, Natalia Morata

Este proyecto se inició en Francia articulando las relaciones con el Ministerio de Educación a través de la Federación Francesa de Espeleología (a la cual pertenece Centre Terre), que tiene una sección específica dedicada la integración de la espeleología en los establecimientos escolares.

En Chile, la espeleología, el hilo conductor de las expediciones de Centre Terre, es una actividad prácticamente desconocida. Nuestras expediciones han contribuido a dar a conocer esta actividad deportivo-científica, pero hacía falta la creación de un organismo chileno que empezara el camino de difundirla y acercarla a los chilenos. Con este objetivo principal nace la Asociación Espeleológica de Patagonia, corporación sin fines de lucro creada en Chile de la mano de Centre Terre y en la cual nos articulamos formando parte del directorio. Para más información: https://espeleo-patagonia.wixsite.com/aepatagonia

Llegada de la barcaza de TABSA a Puerto Edén. Fotos: Franz Kroeger, María José Fernández

La Asociación Espeleológica de Patagonia que, junto a Centre Terre, firmó la renovación del convenio de colaboración con el Ministerio de Bienes Nacionales en marzo de 2019, ha iniciado proyectos de calado en suelo magallánico. El más reciente se gestó durante la pasada expedición Última Patagonia 2019 a nuestro paso por el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, cuando se nos propuso visitar la escuela G-6 Miguel Montecinos para compartir con los niños de Puerto Edén nuestro amor por la exploración y lo aprendido en el transcurso de nuestras expediciones a los glaciares de mármol y de hielo. Tras meses de trabajo y coordinación con las encargadas de la escuela G-6 Miguel Montecinos y del jardín étnico La Centollita, finalmente, Centre Terre y la Asociación Espeleológica de Patagonia dieron forma a la primera actividad educativa destinada a los 20 niños de la escuela y el jardín (de 3 a 13 años).

Preparando la sala de actividades en la escuela Miguel Montecino. Fotos: Natalia Morata y Franz Kroeger

Durante el 8 y 9 de noviembre, se compartió con los niños de manera didáctica, amena y participativa gran parte de lo aprendido por Centre Terre en los Glaciares de Mármol, nuestro entusiasmo por la exploración y nuestra pasión por la espeleología.

Presentaciones sobre karst, espeleología, fauna y flora de Madre de Dios. Fotos: Ronald Larenas, Franz Kroeger Claussen, María José Fernández

Algunas de las actividades fueron realizar varios collages sobre Madre de Dios, explorar el entorno inmediato en busca de las plantas, insectos y anfibios con lupas, buscar pistas dentro una cueva artificial con gateras, pasos estrechos y resaltes, superar un circuito de cuerdas y, finalmente, tirarse por una tirolina instalada en el mirador. Tras un completo día, los apoderados de los niños nos esperaban en la escuela con una deliciosa sorpresa.

Collages sobre Madre de Dios y las expediciones de Centre Terre. Fotos: Franz Kroeger
Cuevas y circuito por cuerdas. Fotos: Natalia Morata, Franz Kroeger
Actividad de exploración del entorno. Fotos: Ronald Larenas, Natalia Morata
Tirolina en el mirador de Puerto Edén. Fotos: María José Fernández

Finalmente, el punto final a la visita a Puerto Edén fue la proyección de la película “Última Patagonia” en presencia de niños y adultos.

Esta actividad educativa, que ha fue notificada a la Corporación Municipal de Natales (Cormunat) y a la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji Magallanes), contó con el valioso apoyo y participación del Ministerio de Bienes Nacionales de Chile. Franz Kroeger y María José Fernández (Unidad de Gestión Territorial y Patrimonio de la División de Bienes del Ministerio) y Ronald Larenas (Unidad de Catastro de la Secretaría Regional Ministerial del Ministerio de Bienes Nacionales en Magallanes) acompañaron a Natalia Morata en esta primera experiencia educativa en suelo chileno.

Proyección del film “Última Patagonia” ante la comunidad de Puerto Edén

Estamos muy agradecidos por la oportunidad y confianza que tanto docentes como apoderados nos han brindado y esperamos que esta primera experiencia educativa dé paso a muchas más.

Navegación de más de 26 horas, por los canales patagónicos, entre Puerto Natales y Puerto Edén. Foto: María José Fernández